20 de Mayo 2008

¿Educar para qué?

Son varias las veces que se ha planteado en este lugar el tema de la educación y además por gente que sabe de qué va el tema, no en vano algunos llevan veinte años entregados a tan “peculiar” tarea. Lo que viene a continuación no es una reflexión mía, sino la que hace un alumno de segundo de bachillerato en el momento de tener que evaluar al profesor que durante un año le ha dado clase.

Alumno: “En esta evaluación del curso que termina lo primero que debo es darle las gracias no ya por lo que nos haya enseñado de su materia, que en mi caso no es poco, un sobresaliente (9), sino por enseñarnos el mundo de ahí fuera, lo que se nos viene y lo que nos espera. Pero si he de darle mi opinión, yo me pregunto: ¿de qué nos vale eso? ¿en selectividad nos pedirán eso?... En el mundo de hoy en día ni de la justicia ni del saber se come, que es lo que realmente vale. Con lo que me quedo de la materia que nos ha explicado es con las enseñanzas de la vida que nos ha ido dejando caer, con el intento de hacernos mejor personas, crecer como individuos, tomar conciencia de lo esencial de las cosas, de lo fundamental. Eso es lo que quedará de usted, el recuerdo de alguien que quiso abrirnos los ojos, y hacer que veamos la vida tal y como es, por dura y amarga que sea. Gracias

Después de leer lo anterior me imagino que el profesor se iría al bar más cercano y no para celebrarlo precisamente sino para olvidar la cantidad de tiempo que había perdido durante un año, la cantidad de días que le ha dolido la garganta inútilmente, la cantidad de noches que tuvo que hacer gárgaras con limón y miel para tener afinada la herramienta para la jornada siguiente, y total, para saberse reconocido por unas enseñanzas que no valen realmente para comer, inútiles y vacías. ¡¡¡Mira que hay gente incompetente!!! Y encima con tres meses de vacaciones. Yo de mayor quiero ser profesor, aunque sea de Filosofía.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:45 PM | Comentarios (8)

9 de Mayo 2008

La estilográfica

…Progresivamente había ido perdiendo la alegría que le caracterizaba. Y la causa no era otra que el conjunto de ideas que habían invadido lenta pero insistentemente su mente, en otra hora simple y clara, actualmente confusa y abatida. Y es que, como la desesperante y contundente fuerza de una gota de agua en la roca, la vigilancia metódica a que había sido sometido, las veladas insinuaciones, las sospechas infundadas o las interpretaciones interesadas, habían terminado por despertar en su conciencia un inexplicable sentimiento de culpa. Años más tarde, asomado a aquel precipicio, después de que su vida hubiera perdido todo el sentido y la plenitud que tanto disfrutó, abocado al absurdo más aniquilador y suspendido de un vacío casi infinito, a la luz del último rayo de lucidez que le quedaba, intentaba explicarse cómo había sido posible tan inaudito suceso: el haberse llegado a sentir culpable de lo jamás pensado o sentido y menos aún realizado. Ya no había marcha atrás, tomó el arma entre sus dedos, la acarició, cuidadosamente la limpió, clavó fijamente sus ojos sobre ella, como sólo se hace con lo que oculta los grandes secretos, presionó suavemente y una gota ínfima, suave, caliente y quejosa salió de su estilográfica. Por fin había encontrado la respuesta, ya tenía el argumento para seguir viviendo, seguir escribiendo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:23 PM | Comentarios (8)

30 de Abril 2008

A corazón abierto


“Cuando el corazón se rompe, pensó, se parte como la madera, a lo largo de toda la longitud del tablón. En sus primeros días en el aserradero había visto coger una pieza de madera sólida, introducir una cuña e imprimirle un pequeño giro. La madera se partía de un extremo a otro, a lo largo de la veta. Era lo único que se necesitaba saber del corazón: dónde estaba la veta. Entonces, con un giro, con un gesto, con una palabra, podías destruirlo”.

Julián Barnes. La mesa limón

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:48 PM | Comentarios (5)

23 de Abril 2008

Sin música

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...... "Sin música la vida sería un error" F. Nietzsche

(Haz clic para escuchar la música)

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:44 PM | Comentarios (15)

8 de Abril 2008

EL ESPEJO

Se miró en el espejo y se asustó de su propia imagen. Había pasado largo tiempo desde la última vez que lo hizo detenidamente y lo primero que se le ocurrió fue pasar la mano una y otra vez por el cristal pues no daba crédito a lo que sus ojos veían. La fealdad reflejada, su propia fealdad, le producía tal desagrado que era incapaz de sostener la mirada más que unos segundos. Fue entonces cuando, de manera aparentemente inexplicable, se deslizó una idea inquietante entre el vaivén de pensamientos, creencias y sentimientos que a diario invadían su mente; y no era que en breve cumpliría los cincuenta lo cual significaba que indefectiblemente el declinar de su vida sería vertiginoso, pues aún le acompañaba un vigor físico envidiable además de que el éxito profesional tampoco le era esquivo. Consideró pues, que tal vez las imágenes en el espejo eran la expresión de todos los sentimientos negativos que durante años había acumulado en su corazón y que aparecían condensados en aquel rostro tan cargado de resentimiento, agresividad y odio. Fue justo en aquel instante cuando recordó el gesto de sus padres cuando, en su más tierna infancia, se contrariaban ante alguna trastada suya, o cuando discutían ante sus ojos inocentes. Era aquel recuerdo, -el de sus caras desencajadas, feos semblantes y llenos de ira-, el que le arrojó no ya ante su irreconocible retrato, sino ante su veraz realidad, pues le hizo comprender que se había pasado media vida discutiendo, enfadándose con las personas de su entorno, juzgando siempre a los demás, incapaz de apreciar lo que de valioso había en su vida y en la de sus semejantes.
Delante del espejo, delante de si mismo, mientras mascullaba aquellas ideas y recuerdos notó que su propia efigie se transfiguraba en una sonrisa apenas sugerida, y es que habían acudido a su auxilio los versos que, noche tras noche, cuando los miedos se apoderaban de tan sensible criatura, le repetían hasta devolverle aquella alegría tan contagiosa en tiempos, y que ya en los arrabales de la vida apenas soñada:

“Si miras el sol brillará en lo alto,
Brillará si observas que en el
Mundo hay otro mundo para
Amar”.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:29 PM | Comentarios (13)

31 de Marzo 2008

El Museo de las almas

" Sí, eso es lo que somos… un museo. Nuestras almas engloban una gran cantidad de piezas de indescifrable valor. Y así el mundo, que reúne millones de estas particulares galerías del recuerdo. Porque son esas las auténticas piezas de valor… los recuerdos. En ellos basamos muchas de nuestras experiencias, ellos son los que nos impiden volver a caer en ocasiones, ellos son los que nos animan a seguir adelante, aunque al tiempo nos pueden llegar a hundir… Esas maravillosas piezas de nuestra colección personal a la que no todo el mundo tiene acceso. Abierto las 24 horas. Un día decides darte un paseo por las instalaciones de tu mente, de tu alma y empiezas desde el principio… un recuerdo de cuando niño, lo observas, fue el día en que te caíste, ahora ya no tiene importancia apenas, tan sólo te dejó unas pequeñas cicatrices en las rodillas y de vez en cuando te duelen… sigues paseando, otro recuerdo… aquel día asustaste a una de tus primas, apenas tenías tres años, ella apagó las luces y te empujó escaleras abajo, parece un cuadro abstracto, no consigues verlo con nitidez, ahora te parece gracioso… más adelante ves una galería de amigos de cera, conocidos, gente que te ha rodeado en un momento u otro de tu vida, algunas de sus figuras te emocionan y despiertan en ti aquellas lágrimas olvidadas en otra de esas salas, algunas figuras te dan pavor, algunas figuras te entristecen… has conocido mucha gente y has aprendido tanto de ella que te cuesta separarte de esos sentimientos que os unían. A un lado y otro se ven más escenas, en esta tienes ya quince años… todo el mundo te fallaba, te quedaste sin amigos, aquellos que creías verdaderos… falsas imágenes que repercutieron en tu futuro, falsos amores, frustraciones, angustiosas situaciones… aquel fue el final, pero también fue el comienzo… empezó una nueva vida, un nuevo ser, con resquicios del anterior. Empezaron las relaciones fructíferas pero sin futuro, recibiendo palos y dando justo lo contrario, así hasta los veinte… de los errores se aprende, para eso está este museo, para darte una vuelta de vez en cuando y recordar tus fallos, tus aciertos y tus dudas… algunas obras yacen en cenizas sobre el suelo, algunos recuerdos decidiste quemarlos, tras intentar ahogarlos en alcohol u olvidarlos, siempre volvían… ahora sólo queda el recuerdo del humo, el fuego y las cenizas… a los veinte otra etapa, otra sala… en esta hay muchos cuadros, escritos, fotografías, esculturas, piezas antiguas, pensamientos… fue una época muy lúcida, llena de energía, de amor, de amistad, de alegrías, pero es una sala demasiado grande, la etapa arco iris comparte protagonismo con la más oscura de tu vida, la más sufrida… la pérdida de mucha gente querida, el desasosiego, la realidad hasta ahora semioculta de la vida, la crudeza de las cosas, el desamor, el sufrimiento… negro, todo negro… quema los ojos tan sólo mirar hacia esa parte de la sala… por último veo una figura… una escultura en pie, con los brazos abiertos gritando libertad y rompiendo las cadenas que tanto tiempo le habían condenado, sueños… veo sueños, fuerza para seguir adelante, gente maravillosa, buenos momentos, amigos, buenos amigos, ilusiones, estabilidad y seguridad… y a los pies de la estatua reflejos en un agua turbia, reflejos oscuros… envidias, maldiciones, traiciones, mentiras, maldad… la figura que antes había visto soy yo, es como una de esas fuentes de angelitos y se encuentra orinando hacia el turbio charco, se acabaron las humillaciones, las mentiras, las traiciones, todo… se acabó. Hoy, algunas salas las cerraré para siempre y tiraré lejos las llaves, son recuerdos que han pasado de ser maravillosas reliquias a simples trastos viejos, cuyo único valor había sido el que yo les había otorgado, ellos mismos rehusaron de tener ese valor y ahora no son más que basura, artículos llenos de polvo que algún basurero recogerá de uno de los contenedores de su ruta para llevárselo a casa y darle algún uso o apaño. Ya no quiero antiguallas, el futuro empieza ahora y no hay sitio para el pasado. Se cierra el museo. (..)"

Extraído del libro “Mâya” de Víctor Morata Cortado

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:21 PM | Comentarios (8)

10 de Marzo 2008

Semblanza

Esperando la muerte se encontraba ya hacía tiempo cuando el más pequeño de la casa le enfrentó la mirada y descubrió que en aquellos ojos cansados, llorosos, resignados y deprimidos se escondía un mundo sin igual. Detrás de aquella mirada triste latía un corazón en el que parecía no haber anidado jamás el rencor. Contaban de él que nunca de su boca salió un insulto ni una mala palabra pese a que su vida no fue fácil, ni más ni menos que la de muchos contemporáneos que enjuagaban la resaca de la guerra en aquellos bailes de salón a ritmo de fox tross. Tiempo pasado que rara ver evocaba, pues el presente parecía ser su auténtica medida, ya que del futuro tampoco esperaba nada. Un presente que él se encargaba de teñir de un color cada día más gris, pues esa sensibilidad tan suya producía un efecto sobre la realidad enormemente ambiguo, pues los sucesos más cotidianos o insignificantes podían ser vividos con una dicha sin igual o bien podían ser ocasión del mayor dolor. Su mundo fue siempre limitado y estrecho pues su inteligencia tampoco permitía grandes ideas, teorías o proyectos, pero esa carencia era inversamente proporcional a lo que su bondad era capaz de procurar, aunque rara vez él comprendiera el efecto de sus palabras, sus presencias o sus ausencias. Sólo cuando encaraba al más pequeño, y sus miradas quedaban prendidas por ese hilo que traspasaba el alma, la luz se adueñaba de sus ojos hasta devolverlo a su olvidada infancia. Infancia colgada siempre a un carretillo, como él mismo relataba; época en la que inexplicablemente debió aficionarse a la zarzuela así como a hilvanar palabras con finales parecidos,-que por supuesto jamás supo que se llamaran rimas-, hasta componer un poema que año tras año regalaba al amor de su vida, aunque fueran recibidos como cursis y sensibleros y rara vez valorados. Era Saulo, el más pequeño, cuyo nombre le sonaba al viejo a poesía, a gloria, a amor el que producía el milagro de volver al abuelo a la vida cada vez que tenía la oportunidad de abrazarlo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:40 PM | Comentarios (6)

4 de Marzo 2008

La resaca del debate

Tenía ya elaborado un post para hoy y sólo me faltaba mandárselo al editor para que lo colgara en el blog, pero a instancias de un imberbe de trece años he decidido acompañarlo para presenciar el segundo cara a cara emitido por televisión entre los líderes de los dos grandes partidos políticos que se presentan a las elecciones en menos de una semana en nuestros país, y no me ha quedado más remedio que cambiar mis intenciones y escribir lo que estáis leyendo.
Son muchas las veces que he presenciado la retransmisión de un partido de fútbol acompañando a mi hijo, pero jamás un acontecimiento de este tipo. Es él, el que me tiene medio informado de lo que acontece en el mundo, pues yo me niego a contaminarme con un telediario, cosa que él hace habitualmente. La verdad es que lo he vivido casi como un rito iniciático, y en su presencia intencionadamente he omitido opinión alguna, lo cual nunca hago cuando compartimos un partido de fútbol, pues me resisto a que su debilidad merengue le haga disculpar el abuso en el regate de un Robinho, o la contundencia casi agresiva de Sergio Ramos o el fallo casi divino si lo comete Casillas. En este caso he dejado mi juicio en suspenso y me he dejado llevar por la visión de un crío de trece años, por sus comentarios y chascarrillos, que la mayor parte de las veces me parecían preñados de criterio, con la capacidad de análisis suficiente para situarse por encima de las estrategias lógicas y particulares de cada uno de los políticos, y desde luego, mucho más inteligentes que los de los sinvergüenzas que con título de periodista se atrevieron a hacer coro particular a cada uno de los dos solistas que habían interpretado su partitura, con más o menos virtuosismo, minutos antes. El debate no me ha disgustado. Ya sé a qué jugaban y más o menos conocía el reglamento. Lo que me ha parecido bochornoso ha sido el espectáculo posterior con tanto palmero inútil e interesado y tanto inepto torticero. Menos mal que le he evitado al chaval el lamentable suceso, pues estoy seguro que le hubiera costado conciliar el sueño. La jornada de reflexión debería desaparecer, no sé que coño vamos a reflexionar a estas alturas de la película, o al menos deberíamos evitar a estos exegetas de la demagogia y el juego sucio. ¡Viva el pensamiento crítico!
Mi desencanto, mi escepticismo, mi desidia y mi cabreo van en aumento cada día. Sinceramente, y no es una boutade como alguna vez me significó Odyseo, esto sí que es telebasura y no Gran Hermano o el ya difunto Tomate. Basura envuelta en papel de título universitario o profesión respetable, pero basura al fin y al cabo. Tiene más argumento una película porno del C+, aunque sea codificada, que todos los que hayamos podido juntar entre todos los participantes en las distintas mesas dedicadas a valorar el resultado del debate.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:33 AM | Comentarios (7)

22 de Febrero 2008

Hechos históricos

Hay días que empiezan mal y eso, aunque parezca lo contrario, es lo mejor que puede ocurrirnos, pues así nos garantizamos para el resto de la jornada que lo mejor está por llegar y que ya se arreglarán los desaguisados. Al menos eso pensaba yo esta mañana, que me desperté con dos noticias que distintos informativos calificaban de “hechos históricos”, como eran, el ya famoso anuncio de D. Fidel de renunciar a los cargos políticos y militares que detenta en la sufrida Cuba desde 1959; y por otra parte, la inauguración de la primera línea de AVE entre Madrid y Barcelona. Y os preguntaréis, bueno ¿Y qué tienen de malo esos “hechos históricos”? Pues precisamente eso, es decir, que tuve que empezar a esas horas a preguntarme qué es un “hecho histórico”. Demasiado para mi cuerpo sin desayunar todavía, aunque ya había pasado por la ducha. Tal vez sea histórico para el hermanísimo Raúl, un adolescente de setenta y tantos años, no tener que soportar ya la larguísima sombra del comandante amigo de D. Manuel Fraga, con una sombra, por cierto, no menos alargada.
También puede considerarse histórico que el AVE haya realizado el primer trayecto sin mayor complicación, teniendo en cuenta los antecedentes que todos conocemos. Desde luego que ha sido un día histórico para la historia de los ferrocarriles españoles, pues por primera vez un tren llega sin retraso, o lo que es peor, con unos minutos de adelanto.
Parece que se convertirá también en histórico el anunciado debate entre las cabezas pensantes (jajaja) de los dos grandes partidos (jajaja) políticos (jajaja) de nuestro país, como calentamiento para la que se nos avecina en las próximas semanas antes de las elecciones generales del próximo mes de Marzo. No, tal vez no podamos calificarlo de histórico. ¿Puede ser histórico lo que aún pertenece al futuro, lo que está por ocurrir? Buuufff, ¡¡¡Qué lío!!! Donde seguro que no se producirá lío alguno será en el espectacular encuentro televisivo de nuestros (jajaja) queridos (jajaja) políticos, pues al parecer están construyendo una mesa especial para tal propósito. Ahí no queda la cosa, pues para evitar el lío, ese que me invade a mí un día más y que los directivos televisivos no quieren que se haga extensivo a esos próceres inigualables de la política patria, han decidido que el tiempo, en el turno de palabra, sea cronometrado por árbitros de baloncesto. Que digo yo, pondrán después del encuentro o combate, la moviola, pues no habrá nada más que veinte cámaras de televisión controlando los movimientos de las dos estrellas. Que pregunto yo, ¿Podrá sancionar después el comité de competición el juego sucio, las marrullerías, el navajeo que el directo no nos deje ver? Ya te digo: histórico. ¿O más bien histriónico?
Histórico o histriónico, -¿Qué más da ya a estas alturas?- debió ser el día también para Rosa Díez, invitada a la “casa” del señor Bezosa, pues en vez de sacar la mejor vajilla para recibirla le echan los pordioseros perros tan “ricamente” domesticados.
Histórico va a ser el día que me detengan por pasarme el día pirateando discos, esos discos que hace unos años nuestros artistas progres vendían por casi veinte euros y hoy los venden por la mitad y encima ofrecen dvd y todavía ganan dinero. Canon el que tendrían que pagar algunos de estos bufones por tomarnos el pelo en nombre de la cultura. Yo el único canon que estoy dispuesto a pagar, y además con gusto, sería el de Pachelbel.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:52 PM | Comentarios (10)

13 de Febrero 2008

Dos cuerpos

Dos cuerpos frente a frente
a veces son dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
a veces son dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
a veces son navajas
y la noche relámpago.

Octavio Paz

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:33 PM | Comentarios (9)

25 de Enero 2008

Caricaturas

A partir de aquel día pasó a ser conocido como “el caricaturas”. Y aquel día fue el primero en el que se despegó, -aunque sólo materialmente-, de las faldas de su madre y empezó a ganarse la vida por su cuenta, pero a costa de los demás, pues para ello se instaló en mitad de la plaza con una silla, un cuaderno, una caja de lápices y un letrero que rezaba: “Se hacen caricaturas. Precio: la voluntad”. La plaza era grande, la vida larga y no faltaban viandantes a los que exagerar un rasgo, muchas veces apenas indicado, cuando no imaginado, para garabatear aquellas cuartillas y lograr un retrato único, por llamarlo de alguna manera. Y ciertamente únicos eran aquellos dibujos pues nadie, ni siquiera él, conocía el criterio que utilizaba para seleccionar en sus modelos aquellos aspectos tan invisibles para todos menos para él. Había que reconocer que como fisonomista no tenía precio. Lo que llamaba la atención realmente, de aquel amplio muestrario de personajes que habían pasado por sus manos, era que lo exagerado, acentuado o deformado de sus semblantes no era ni esa nariz chata o aguileña, ni esos ojos saltones o extraviados, ni aquellos labios carnosos o viciosos, ni aquellos dientes despistados o perfectamente uniformados, sino los aspectos de la personalidad menos favorables, o los defectos que como personas todos tenemos, o aquellos comportamientos morales más cuestionables, o aquellas debilidades humanas tan comunes a todos. De esta manera el que no le salía envidioso, le salía soberbio, o celoso, o avaricioso, o cobarde, o suertudo, o inútil, o vago, o insolente, o cruel, o poco sensible, o mentiroso, o adúltero, o ridículo, o… Fue tal la perfección que adquirió en el “arte” de la caricatura que se convirtió en un auténtico maestro, pero del retrato, mejor dicho, del autorretrato, pues en cada una de sus láminas lo que aparecía no era más que un pincelada de su propia alma. Fueron muchas las caricaturas que realizó y vendió a lo largo de su vida, pero fue incapaz de vender esa obra maestra, su propio retrato, al que terminó abrazándose en las duras noches de la vejez cuando ya nadie posaba para él.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:56 AM | Comentarios (6)

17 de Enero 2008

Adagio

De la mañana a la noche brilla fuera la luz y no sabe que es luz.
Altos árboles respiran silencio y no necesitan descubrir
Cuál es la esencia de la naturaleza arbórea. Llanuras vacías
se tumban para siempre sin pensar en la tristeza de su vacío. Las dunas vagan y no
se preguntan hasta cuándo ni por dónde ni hacia dónde.
Toda esta asombrosa existencia es asombrosa
Pero no se asombra. Roja sale la luna, igual que un ojo
Arrancado, abrasando la oscuridad del cielo,
sola pero no desolada. Un gato dormita en una tapia.
Dormita y respira. Nada más. Noche tras noche el viento
Vira y sopla sobre bosques y colinas. Vira y se va. Sopla.
No piensa y no reclama. Sólo tú, polvo y jugos,
Te pasas la noche escribiendo y borrando,
Buscando una razón, buscando un arreglo.


Amos Oz. El mismo mar

Escrito por odyseo a las 8:20 PM | Comentarios (11)

9 de Enero 2008

Luces y sombras

Decir que todos tenemos luces y sombras es una perogrullada, pero lo realmente importante es saberse luz, reconocerse como tal, pues todos tenemos mucho bueno que aportar, no ya a los demás, que también, sino fundamentalmente a nosotros mismos, pues reconocer la propia valía es un elemento imprescindible en nuestra realización. El problema para muchas personas es que no saben apreciar la propia luz y por tanto no admiten a su alrededor el más mínimo destello de otros por si pudiera restarles luminosidad. Como ocurre en la mayoría de los casos, la equivocación radica en un error en el juicio sobre lo que somos, pues jamás el brillo de otros resta esplendor a lo que uno es. Las personas situadas en este error difícilmente pueden llegar a ser felices, pues viven más pendientes de los demás y sus logros que de ellos mismos, están habituadas a intentar apagar la luz de los demás, a buscar la parte más oscura de los otros, en lugar de procurar encender y abrillantar la propia. Y es que la felicidad tiene como punto de partida el conocimiento y valoración de lo que uno es y tiene. Ya sabemos que las personas con poca luz suelen tener mala sombra.


El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 1:19 PM | Comentarios (11)

17 de Diciembre 2007

Divina locura

Desde el precipicio de los cuarenta parecía haber arrojado la toalla de un combate aparentemente ni siquiera iniciado y se encontraba abandonado a una inercia cada vez más cansina, empleando su licenciatura en Físicas para lijar puertas en una ebanistería. Sus escasos sobresaltos emocionales le eran proporcionados cuando los domingos se entregaba a lo único que parecía entusiasmarlo con cierta desmesura, el fútbol televisado. Sólo entonces se dibujaba una sonrisa en su bondadoso y descuidado rostro, como también lo era su aspecto general. Semblante que, progresivamente y a buen ritmo, inició un llamativo cambio hacia una atención hasta entonces insospechada, empezando a desparecer esos kilos de más que la desidia había acumulado en su abdomen, así como esa irregular barba irregularmente cuidada, por no hablar de su indumentaria habitual. Esa gradual iluminación exterior era insignificante comparada con el fulgor que sus ojos eran incapaces de ocultar y por supuesto, aún más, con el volcán sentimental que estaba viviendo y que su espíritu no lograba comprender, ni falta que le hacía. Todo andaba desquiciado y nada parecía lo que era, pues el sol había dejado de serlo, como también la luna, el día, la noche e incluso su propia vida, de la cual se había apoderado la locura, esa divina locura que hace ver por otros ojos que no son los propios, que permite entregarse al otro de manera que cuando decimos “mi vida” miramos hacia fuera, esa divina locura que hace que alguien extraordinariamente normal aparezca como un ser divino y a partir de la cual encontramos sentido absolutamente a todo lo que nos acontece. Sí, aunque pareciera imposible, de cualquier manera imposible, como atravesado por un rayo, había caído fulminado en manos del amor, su amor.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:54 PM | Comentarios (11)

27 de Noviembre 2007

El beso de despedida

No gustaba de celebraciones, tal vez porque considerara que había pocas cosas dignas de tal o, más probablemente, porque estimase que la vida entera era cuestión para ello y se dedicaba a vivirla como merece. Lo cierto es que de todas las efemérides, en el calendario de su corazón, había marcado, de manera indeleble, el 28 de Noviembre, y cada año, en silencio, sin ruidos, sin grandes aspavientos, a las diez de la noche cerraba los ojos y recordaba, cada vez con menos nitidez pero más intensidad, el momento en el que descubrió que el amor, ese sentimiento tan complejo, abstracto y difícil de explicar, puede concretarse en algo tan material y volátil como un beso. Fue un beso de despedida, pero significaba la bienvenida al reino de lo verdadero, lo bueno y lo bello, nada más y nada menos, pues la unión de aquellas almas guardaba el sabor de lo fundante, de lo original, de lo arquetípico, de lo divino. Era su arjé particular, en el que el todo resultaba ordenado y en el que el tiempo adquiere y pierde, en un instante, su auténtica dimensión. Esta noche, una vez más, cerrará los ojos y, como aquella noche, esperará que el sueño le sorprenda en sus brazos.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:49 PM | Comentarios (9)

19 de Noviembre 2007

Poesía

Llevaba tiempo haciendo balance de su vida y, llegado este momento, cuando apenas había cumplido la década que indica el comienzo de la plenitud, aquella en la que el sosiego y la sensatez sustituyen al vigor físico, entendía que la vida ya no tenía mucho que ofrecerle, aunque en el fondo esto lo había considerado durante toda su trayectoria vital. Nunca se paró a pensar que a la vida hay que regalarle, al menos, lo mismo que se le exige, y en este sentido, su pereza innata y la invasión cada vez más persistente de la rutina, apenas dejaban resquicio para un acto de generosidad. Quedaban lejos, muy lejos, pese a su juventud, aquellos momentos en los que sabía valorar una llamada de teléfono una tarde de domingo, o los bombones que recibía a escondidas por la ventana para endulzar las sacrificadas horas de esfuerzos estudiantiles, o la mirada siempre atenta ante sus frecuentes lamentos adolescentes.
Olvidó que la vida, su vida, algún día fue poesía, que cada hora era un verso, cada semana una estrofa, cada mes un poema, salpicados en cada instante con el brillo de una rima mágica, y en la que el silencio sonaba a música. La cadencia del vivir, su vivir, cambió el paso, y en un momento, -¿en qué momento?-, cada gesto de amor, cada brizna de hierba, cada ráfaga de viento, cada gota de lluvia, esos detalles que tanto disfrutaba cuando el otoño decidía anunciarse, se convirtieron en algo tan prosaico que ni su recuerdo lograba arrancar una sonrisa a aquellos labios tan añejamente inocentes.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:37 PM | Comentarios (11)

6 de Noviembre 2007

¿Qué valor tiene el pensamiento?

(...) ¿El misterio de las cosas? ¿Sé yo lo que es misterio?
El único misterio es que alguien piense en el misterio.
Aquel que está al sol y cierra los ojos
Comienza a no saber lo que es el sol
No puede ya pensar en nada
Porque la luz del sol vale mas que los pensamientos
De todos los filósofos y todos los poetas.
La luz del sol no sabe lo que hace
Y por eso no yerra y es común y buena.


¿Metafísica? ¿Que metafísica tienen estos árboles?
La de ser verdes y copudos y echar ramas
Y dar frutos a su hora -nada que nos haga pensar,
A nosotros, que no podemos dar por ellos.
¿Que metafísica mejor que la suya,
No saber para que viven
Ni saber que no lo sabes? (..)

Fragmento de un poema de F. Pessoa


El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 12:06 PM | Comentarios (16)

30 de Octubre 2007

Mi reino no es de este mundo…

…y bien que lo siento, pues cada vez que mi alma se asoma al balcón de la vida y contempla el mundo que le rodea se siente más extraña, más descolocada, como si el reloj se le hubiera parado y, a destiempo, intentara recuperar su ritmo natural pero con el paso cambiado, en un mundo ajeno, raro, y dónde la orientación fuera imposible, pues olvidó el lenguaje primigenio y el entorno se empeña en trabajar una ocultación persistente. Qué hace mi alma en el mundo del PIN, el PUK, el euribor, los contratos basura, la música bacalao, los gigas, la liga de las estrellas, la maniobra política, el boom inmobiliario, el doping, el tripartito, los post, el ibex, los coches híbridos, el TC, el buzón de voz, la telebasura, el chute de autoestima, el portarretratos digital, la prensa salmón, el portal de Internet, el pensamiento débil, la ley de memoria histórica, el dispositivo de beatificación, el fútbol en abierto, los megas, el primo de Rajoy y Revilla el del primo, el AVE, la semana horríbilis, el real decreto, la intención de voto, el pew per view, el NIF, el CGPJ…
No, no. No encuentra acomodo, cada día se le hace más difícil ubicarse en ese contexto. Intenta vivir este mundo, ese nuevo mundo, que se le resiste, se abre a él a través de un nuevo periódico, pero entristece, se deprime, se enfada. Todo sigue igual, “distintos castillos con los mismos fantasmas” que diría la abuela. El aire sigue enrarecido. Se retira, cierra el balcón y vuelve a sus aposentos: los libros, sus besos, mi música, su amistad, mi deporte, tus ojos, su mirada, tu sentido común, mi lógica, tu error, mi terror, su capacidad de trabajo, su risa, tu fidelidad, mi lealtad, sus abrazos, su generosidad, su eficacia… mi mundo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 1:03 PM | Comentarios (15)

23 de Octubre 2007

Ser

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"También yo he querido ser. No he pretendido otra cosa; ese ha sido el verdadero motivo de mi vida: en el fondo de todas esas tentativas que parecían inconexas encuentro un mismo afán: expulsar fuera de mí la existencia, despojar de su grasa los instantes, retorcerlos secarlos, purificarme, endurecerme, para dar finalmente el sonido neto y preciso de una nota de saxofón". J. P. Sartre

El rival de Odyseo

(Para ver la foto a mayor tamaño, pulsar aquí)

Escrito por odyseo a las 8:39 PM | Comentarios (6)

16 de Octubre 2007

La primera conversación

Hoy os quiero dejar unas letras que llegaron a mis manos hace tiempo, y que desconociendo la finalidad de las mismas, me parece es el momento de compartir en nuestro viaje:
“Hace ya años de aquella conversación. Seguramente tú no la recuerdes, pues hacía pocas horas que habías sido arrojado al mundo, este -muchas veces- triste mundo, aunque da la sensación de que para ti esto sea el paraíso. No, no tengo clara la hora en que mantuvimos aquel primer tête à tête pero sí recuerdo el mensaje que te envié. Te prometí algo que en principio puede parecer absurdo, no por la imposibilidad de cumplirlo, sino de comprobarlo: “Sería la persona que más te quisiera del mundo”. Las cosas se habían puesto contra ti, pues aparecías como un intruso en un mundo que no te esperaba, y como tal, no te deseaba. Ese mundo lo presidía una luz hasta entonces sin igual, una luz que deslumbraba. Un mundo que luego tú te has puesto mil veces por montera y que te has encargado de cambiar con esa mirada única, profunda, limpia e intermitentemente bizca, todo hay que decirlo, y que tan buen provecho sabes sacar. Pero en aquellos iniciales instantes, cuando aún no me veías y nos dejaron solos un momento y pudimos mantener aquél encuentro, creí necesaria aquella promesa, consciente de lo difícil que se te ponían las cosas. Estoy seguro de haberla cumplido, pese a la imposibilidad de cuantificar tales cuestiones, pues, sin pretenderlo, sé que me he convertido en tu ídolo, como tú dices. Lo cual no pienses que me agrada del todo, pues arroja sobre mis espaldas una responsabilidad que jamás imaginé en aquellas primeras horas de vida compartida. Una responsabilidad que empieza a pesar más de lo esperado pero que tú sabes aliviar como nadie cada vez que, de esa manera tan tuya, me dices: te quiero, o cada vez que saliendo las mismas palabras de mi boca, me respondes: gracias.”

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:23 AM | Comentarios (16)

9 de Octubre 2007

El termómetro del Amor

Siempre me ha resultado curioso cómo desde que somos pequeños y apenas podemos hablar para preguntar, intentamos saciar la inquietud que suscita el interrogante de saberse querido o no. Por eso no es de extrañar que a veces los niños pregunten a los padres sobre el tamaño de su amor hacia ellos. Desde luego lo fundamental es sentirse querido (o no), pero tanto cuando somos niños como cuando somos adultos nos gusta que nos lo confirmen, sea en el sentido que sea, aunque probablemente ya lo conozcamos de forma bastante fehaciente. Por supuesto que cuando somos adultos esa pregunta infantil desaparece de nuestros labios, aunque seguramente no la inquietud ante la imposibilidad de una respuesta definitiva ante semejante tema. No se trata de cuantificar el amor, cuestión a todas luces imposible y tal vez absurda, pero supongo que el amor, como la tristeza, la alegría, la ira o la simpatía admite grados, y el determinar los mismos a veces tiene su importancia. Me imagino que cada persona ha desarrollado estrategias –acertadas o no ese es otro tema, y no sin importancia, aunque no es mi objeto desarrollarlo aquí- que le permiten conocer esa realidad. Siguiendo la definición de Santo Tomás cuando señala que “amor es querer lo mejor para el otro”, creo que encontramos un termómetro sencillo y eficaz para determinar lo que amamos y lo que nos aman. Cada vez que alguien se alegra del bien de los demás, de sus triunfos, logros o conquistas y además los desea de corazón, podemos estar seguros de que ama de verdad. Y a la inversa, cada vez que eso ocasiona sentimientos opuestos habrá que reflexionar y considerar que algo ocurre o no va bien, -por decirlo de manera suave-, si es que nos situamos del lado del amor, y no queremos que la palabra pierda su sentido y se quede sólo en retórica, como ocurre en muchas ocasiones.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:33 PM | Comentarios (31)

1 de Octubre 2007

El Dios del Rival

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El autor de este dibujo es José Luis Serna, y el propietario del mismo es el que les habla. Son libres de comentar lo que deseen.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:47 PM | Comentarios (13)

24 de Septiembre 2007

En el jardín...

Los rigores del verano definitivamente han aflojado y han sido sustituidos por los de los colegios, los trabajos, los horarios y la normalidad casi establecida. Y aquí, en el jardín, en el primer sábado postvacacional, la vida se expresa en su esplendor y variedad a través de los chillidos, carreras, llantos, inocencia y egoísmo de los más pequeños, siempre vigilados por sus héroes protectores, distraídos a ratos en conversaciones insulsas y forzadas. No están solos, no, su alegría se mezcla con el impaciente aburrimiento de aquellos que cambian cromos mientras de reojo observan entre envidiosos y perplejos a los de voces aflautadas unos y pechos incipientes otras, despistados todos, que miran y miran, andan y andan sin saber dónde dirigir sus aún inocentes pasos. Frente a éstos se sitúan los que ni andan, ni miran, ni chillan, ni lloran ni cambian cromos pero se abrazan, besan y ríen ocupando el altar de la vida dónde los demás no se atreven a entrar, salvo aquellos que, enfrentando ya la muerte, intentando acomodar lo inacomodable, -sus dolores, anhelos y tristezas-, a lo lejos, con la mirada fija en ninguna parte, disfrutan de la algarabía generalizada. No falta el despistado de turno que hace tiempo mientras llega la hora del dentista, ni la asistente doméstica que rebosa angustia y cansancio, ni el aburrido paseante de perro capitalista, ni el mendigo de turno con su putrefacto olor a vino, ni la divorciada de buen ver y mal mirar, ni el viudo de mal ver y buen mirar, ni el lector interesado y poco interesante. No falta nadie, ni Dios, que también disfruta su día de descanso.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:32 PM | Comentarios (12)

18 de Septiembre 2007

Autoayuda

En estos días de vorágine librera, en los que es imposible darse una vuelta por las librerías y ojear con tranquilidad y deleite tan preciados objetos, no deja de llamar la atención el aumento, cada vez mayor, de un tipo de literatura denominado de forma general de autoayuda; literatura que no goza de muy buena prensa, que digamos, entre los autoconsiderados intelectuales del momento y que en cuanto pueden no dejan de hacer mofa de tal tipo de inquietud entre los cada vez más numerosos lectores. No es que quiera defender dicha literatura, entre otras cosas porque desconfío bastante de su utilidad y porque tal ayuda uno puede encontrarla en otros lugares, ni tampoco porque sea un gran consumidor de la misma, aparte de que algunos no tenemos arreglo. Lo que me pregunto es de dónde arranca tal preocupación, cuál es el origen de tal inquietud. Sé que, como ocurre en otros ámbitos, el marketing y la moda juegan un papel importante en dicho fenómeno. Pero bien es cierto que seguramente sólo en un mundo en el que el hombre cree en la libertad y desea volar libre, en un mundo en el que el hombre entiende que es responsable en gran medida de lo que le ocurre y además asume esa responsabilidad, cabe que busque ayudas en la tarea siempre difícil y compleja de vivir. En un mundo dominado por el destino, el miedo o Dios no cabe posibilidad de intervenir en los acontecimientos, de pensar en un futuro distinto, y menos aún, de que cada uno sea artífice del mismo. Sólo cuando el hombre comprende lo que es, o al menos quiere intentarlo, o cuando tiene más o menos claro lo que quiere ser, cuando reconoce humildemente su gran pequeñez, que no su insignificancia, y siente la inquietud de que puede mejorar, puede plantearse el cambio, la transformación, el auténtico conocimiento. Cierto es que muchos de esos libros, salvo raras excepciones, puedan a veces dar risa, o que parezcan dirigidos a individuos de pocas luces, pero es la única forma de que determinados conocimientos lleguen a una inmensa mayoría de personas, pues al fin y al cabo no todos somos especialistas en psicología. No se me escapa que detrás de este fenómeno aparece, aunque sea de lejos, algo preocupante, y me refiero a que tal vez sea la insatisfacción, la frustración o la angustia lo que empuja a no pocos contemporáneos a buscar una salida a esa situación. Por tal motivo, me parece aún más grave el juicio que a veces se hace de tal fenómeno editorial, pues traduce algo enormemente grave, la infelicidad y sufrimiento que muchas personas padecen a nuestro alrededor y que muchas veces se toma tan a la ligera.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:44 AM | Comentarios (19)

10 de Septiembre 2007

¿Qué ocurre?

Algo está ocurriendo y la verdad es que no acierto a identificarlo. Lo digo porque desde hace un año largo, y tras la iniciativa de Cuidadanos oigo que, tanto en el País Vasco con Rosa Díez y compañía, en Cataluña otra vez y ahora en Navarra, se están proponiendo alternativas, -o plataformas, como las llaman ahora-, a los grandes partidos políticos que domina en todo el Estado. Lo cierto es que este moviendo puede tener varias lecturas, y no sabría cuál se aproximaría más a la esencia misma del fenómeno. Tal vez indique que son cada vez más, y no sólo los ciudadanos de a pie, quienes están desencantados con la tarea de los políticos profesionales, y muchos de éstos últimos empiezan a sentir que muchos de sus compañeros de profesión, incluso de partido, tienen otros intereses distintos de los legítimos, y que por tanto sienten la necesidad de desligarse de tal colectivo. También puede significar que los partidos políticos ya asentados campan cada vez más a sus anchas y que con el paso del tiempo siguen siendo partidos cada vez menos políticos y aún menos democráticos, y muchos hombres y mujeres honrados dedicados a la cosa pública viven en sus propias carnes las formas cada vez más opresivas, menos libres y más demagógicas con que ejercen su tarea esas organizaciones encargadas de articular la democracia en nuestro país. En vistas de lo cuál no les queda más remedio que emprender sus tareas en las nuevas iniciativas en las que se embarcan. Muchos desearíamos que estos nuevos proyectos se asentaran de verdad, que crecieran en todo el país y se convirtieran en alternativas reales a esos dos, tres o cuatro dinosaurios de la política patria, pero me temo que en el origen de todas estas buenas intenciones de los hombres y mujeres que inician estas aventuras se encuentra algo enormemente sospechoso y preocupante. ¿Cómo es posible que muchos de los actores directos de la actividad política tengan que buscar válvulas de escape por las que dar rienda suelta a sus inquietudes y no les que más remedio que abandonar las grandes organizaciones que supuestamente son las únicas que verdaderamente pueden hacer efectiva la política? ¿Qué ocurre dentro de los partidos políticos que terminan por desilusionar a sus propios protagonistas, curiosamente, muchas veces a los más honrados? ¿No será que intencionadamente aplican la estrategia del “divide y vencerás” y son ellos los que promueven y fuerzan estas espantadas de lo más granado moralmente de sus responsables?
Mientras encuentro solución a éstos y otros enigmas se me acaba cruzar por el camino el viejo CD Harbour of tears de CAMEL que os recomiendo fervorosamente, como cualquiera de sus obras.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 3:52 PM | Comentarios (17)

4 de Septiembre 2007

Volver a empezar

Has dormido mal, compañero. Ese puñetero mosquito, ese calor insoportable, ese disgusto vespertino o que barruntabas la vuelta al curro te han dejado un cuerpo serrano propio de un “picaor” accidentado. Ducha fresca y andando, que es gerundio. El desayuno, para empezar como Dios manda, lo haces fuera de casa, pero como no quieres lío cambias el lugar habitual para pasar inadvertido. ¡Vaya hombre! ¿Quién te lo iba a decir? No haces más que pedir el café y aparecen los compañeros de trabajo. Apretones de manos, besos y…: ¡Qué vacaciones más cortas! Lo de siempre. Como estás cansado de lo de siempre subes al despacho con sigilo, como despistado e intentas sacar el calor allí acumulado durante el verano. Pero la cosa no es fácil, como no lo es el soportar el reloj, los zapatos y los vaqueros después de estar todas las vacaciones en chanclas. Te sientas al ordenador, abres el correo y encuentras un único mensaje, de tu entrenador, recomendándote ponerte en forma para la nueva temporada. Nunca entendiste al susodicho, ni lo que pretende al intentar dirigir a una panda de inútiles cuarentones que no le hacen ni caso. Pero… cada tonto con su tema. Después visitas el blog del amigo, que por cierto, hoy te ha sido infiel tomando café con la rubia de turno. Vaya, vaya, ¿Así que neosocialismo? ¿Y qué esperabas, querido? El amigo te chafa el post que tenías pensado hacer hoy después de oír a las cinco de la mañana, -¡pero qué noche, Señor!- que Rosa Díez, que abandona el PSOE, y el profesor Savater –del cual prometiste no leer ni un libro más y ya tienes otro en tus manos- acaban de formar un nuevo partido político o plataforma o lo que coño sea, que te imaginas será de izquierdas, pero ¿será “neo” también? No dejas coment en el blog, estás alicaído, además ¿Qué tienes que decir a estas alturas? Hace tiempo dejaste de creer que lo mejor está por llegar y te cuesta incluso levantarte de la cama y echar a andar. Pero hay que hacerlo y tú cumples, faltaría más. Eres demasiado joven para desertar y demasiado viejo para empezar. ¿O tal vez no? ¡Si estás hecho un chaval, Viejo! ¿Qué contradicción? ¿O no? ¡¡¡Qué lío!!! Pones música. ¡Menos mal!. Dicen que la música amansa a las fieras, pero en tu caso no necesitas que te amansen, cada día eres menos fiero y más manso. ¡Quién te ha visto y quién te ve! En este caso la música te hace sentir vivo, por suerte. Pasean tus compañeros por el pasillo, algunos pasan de largo, lo agradeces, otros entran a saludar, lo agradeces. Todo está bien. ¿Todo? ¿Seguro? Sí, la mesa en orden, es decir, tan desordenada como siempre, pero cada cosa en su sitio. Has aprendido a encontrar todo en ese desorden y ya no pones el menor interés en ordenar el desorden, no vaya a ser que el nuevo orden te desordene a ti. Una vez más: ¡quién te ha visto y quién te ve! Tu puerta, siempre abierta. Hombre, mira tú por dónde aparece Alex. Nuevo cambio de imagen y van… Tiene que hacer un examen de Matemáticas pero lo que quiere es hablar, que le mires a los ojos, que le preguntes. Pero tienes que avisarle, se le pasa la hora. Para mí que lo que quería era precisamente despistarse una vez más, como en Junio. Le has fastidiado, ya no tiene disculpa, tiene que presentarse al examen. ¿Te odiará por ello? No, los ojos de Alex son limpios, son incapaces de odiar. ¿Y tú? ¿Odias? Estás terminando el libro Los siete pecados capitales de Savater y me da que te pillan todos, colega. Ayer, cuando terminaste de leer el capítulo dedicado a la ira te quedaste tocado. ¿Por qué? Te llevo observando tiempo y, como un niño pequeño, sinvergonzón, empezaste el libro por el final, te apetecía leer antes el capítulo de la lujuria. Pero ¿A ti todavía te preocupan esas cosas? Ya sé lo que estás pensando, “que te preocupan más que te ocupan”. Tú siempre igual. Si es que “no te doy educado”, que te decía el otro. Sí, te noto de otra manera, has logrado sonreír, menos mal colega, pensaba que te había pillado la depresión postvacacional. Ah! ¿Qué ese fue tu primer post del curso pasado? Pues paso ahora a leerlo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:16 PM | Comentarios (20)

25 de Junio 2007

Adiós

Llegó la brisa del norte en la apacible mañana primaveral. El jardinero le dio las gracias a su cabaña por los años de cálido cobijo, y al cruzar la puerta se despidió de su pequeña planta amada. Abrazó tiernamente a su maestro Odyseo y a sus amigos en aquellas tierras, y desde la paz de su pecho les dijo:
- Me esperan otras tierras y otras personas, que desde el corazón de la Vida con insistencia me llaman. Os dejo mi amor en la forma de un jardín, y a un Viejo jardinero que cure vuestras heridas. Y cuidad vosotros de lo que la Vida os dio; de vuestros montes y llanos, de vuestra tierra escarlata, y de todos los seres que habitan en ella, ved que es vuestro mayor tesoro, y el semblante de Dios ante vuestras miradas.
Y con su largo bastón de madera de roble y sus sandalias de cuero, el jardinero partió de allí a través del rojo manto de las amapolas de primavera, con el frescor de la brisa del norte… hacia el lejano horizonte.

Adaptación de El jardinero de Grian

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:23 PM | Comentarios (16)

18 de Junio 2007

Dos goles

Terminado el campeonato nacional de liga de fútbol y observando cómo se viven estos acontecimientos, me pregunto cada vez que esto ocurre, qué es lo que separa el éxito del fracaso, porque, sinceramente, cada día entiendo menos toda esta parafernalia. Tengo que reconocer mis simpatías por el R.Madrid y me alegra, relativamente por supuesto, el triunfo merengue. Pero más que madridista me considero un deportista en toda regla y por ello mismo siento también una cierta decepción, pues no podemos dejar de reconocer que si queríamos disfrutar con el fútbol la temporada recién acabada, no teníamos más remedio que ver los partidos del Barça, o del Sevilla, o del Getafe, sin ir más lejos. Cuando esto escribo no han llegado todavía los futbolistas blancos a la Cibeles para celebrar el triunfo como se espera y las televisiones ofrecen imágenes simultáneamente de las calles de Barcelona, que de haber sido de otra manera, estarían plagadas de gente, como ocurre en Madrid. Dos goles tienen la culpa de que la botella a estas horas unos la vean medio llena y otros la vean medio vacía. Dos goles tienen la culpa de que un equipo aparezca como ejemplo de profesionalidad, compañerismo y esfuerzo y otro como ejemplo del vicio, las envidias y los celos. Dos goles tienen la culpa de que un entrenador severo, duro y antipático sea visto como el gran arquitecto de un proyecto modélico y otro entrenador educado, dialogante y siempre deportivo sea considerado un calzonazos incapaz de cuadrar a sus muchachos dentro y fuera del vestuario. Dos goles tienen la culpa de que mañana el rendimiento en el trabajo disminuya considerablemente respecto a otros lunes. Dos goles tienen la culpa de que media España haya salido a la calle a celebrar la victoria de su equipo y la otra media no pueda dormir. Dos goles tienen la culpa de la alegría de media España y la tristeza de la otra media.
¡Y pensar que si los dos goles fueran a favor del Barcelona todo sería al revés! ¿Y qué son dos goles?: Éxito o fracaso. Valdano seguro que tiene la respuesta correcta.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:25 PM | Comentarios (15)

9 de Junio 2007

Una de política… a mi pesar

Se solapan todavía los ecos de las últimas elecciones habidas en nuestro país hace quince días, con imágenes y noticias de aquellas primeras consultas electorales de hace treinta años, en los primeros años de la democracia, después de la resaca de cuarenta años que dejó la guerra civil. Y la verdad es que aquellas añejas imágenes tienen un vigor y una frescura que desde luego no aparecen, ni de lejos, en los glamurosos carteles y vallas publicitarias no retiradas aún del último -y casi único- ejercicio democrático de los españoles. Sinceramente, tengo que reconocer que siento una enorme tristeza por la “normalidad democrática” que hemos adquirido; normalidad enmohecida, lastimera, sin nervio alguno, aunque con bastante histerismo entre los contendientes más activos. Sí, contendientes, pues más que a una consulta electoral parece que fueran a una guerra en toda regla, en la que todo vale, incluso un abuso sin igual de la libertad manifestado en la agresión producida en algunos colegios electorales del País Vasco (¿español?) a los representantes democráticos. Desde luego, hace treinta años había mucho que celebrar, por eso aquello parecía una fiesta, no como ocurrió hace unos días. Da la impresión que en esta normalidad impuesta los únicos normales son los ciudadanos de a pie, porque los políticos no parecen estar a la altura de estos tiempos postmodernos y globalizadores del siglo XXI; parecen estar hastiados de democracia, de diálogo, de reflexión, de ilusión, y tiene uno la sensación de que a lo más que aspiran es a pasar a la historia como sea, lo importante es pasar, aunque sea haciendo el imbécil, y de esto encontramos ejemplos a diestro y siniestro. Debería sonrojar a estos mequetrefes que resulten hoy ejemplares políticos los de hace treinta años, de quienes lo más suave que se les podía decír es que eran franquistas o que habían participado activamente en alguna matanza que otra en su querida guerra civil. Hay que joderse.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:22 PM | Comentarios (12)

28 de Mayo 2007

Cuerpos gloriosos II

Los verdaderos triunfadores de la celebración de cuerpos gloriosos fueron dos cuarentones que resistieron, que vencieron, y por eso triunfaron un año más, aunque luego haya quien no lo sepa agradecer. Pero el auténtico protagonista en el corazón fue… llamémosle Vicenzo, el cuerpo de la fiesta, pues ronda el uno noventa, y que insulta no ya por su juventud sino por su humildad y nobleza, que no podía celebrar nada de lo que allí se celebraba pues sus años escolares han sido más bien un desastre; sus manos, sus largas manos, inocentes manos, temblarían si tuvieran que sujetar el fracaso de sus notas, pues, de momento, sólo puede ofrecer una mercancía que el mundo, -ese nuevo mundo que los demás celebraban-, no sabe apreciar. A Vicenzo le falta apetito para comerse el mundo. Ni el éxito, ni la fama ni la gloria le espera, no llega ni siquiera a mediocre pues es el fracaso en persona. Da la impresión de no tener metas ni objetivos, cuanto más para plantearse excelencias. Vicenzo no ha tenido que vivir tantos años como mi viejo Odyseo para sentir el dolor del tiempo perdido. Pese a su juventud, tal vez ni siquiera el tiempo por venir juega a su favor, y su naufragio seguramente sea el maldito porvenir, no el pasado. Yo me pregunto dónde le colocará la vida a mi querido Vicenzo. De momento, y sin que él lo sepa, la vida lo metió en el alma de su profesor de filosofía hace ya tres años, desde allí, desde el último pupitre, pues era el único que le permitía desplazar su enorme y delgado cuerpo para así hacer más llevadera la jornada escolar, hasta hoy, visibles todavía las huellas de la celebración del fracaso. Cuando los efluvios etílicos habían hecho su aparición en no pocos de sus compañeros, y la alegría desbordada regalaba apretones de manos, derrochaba fotografías en las que inmortalizar el momento o robaba besos a traición, mi querido Vicenzo, que no tenía nada que agradecer, que no tenía nada que pagar, se le acerca al cada día más cano profesor entre el neón y el decibelio mal acomodado y antes aún de abrir sus enormes brazos, dejando como suspendidos sus casi dos metros en el aire, le dice: “profesor, ¿puedo darle un abrazo?”. Lástima que los abrazos sinceros, las miradas comprensivas, los gestos cariñosos, las almas cándidas, los corazones nobles no sean evaluables, si no tú llevarías matrícula.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 11:31 AM | Comentarios (7)

21 de Mayo 2007

Háblame.... desnudo


"Lo más profundo del ser humano es la piel".
Paul Valery

Le dije: “Desnúdate”.
Y ella me dijo: “¿Tan pronto?”.
Y yo dije: “Entiéndeme; lo que quiero decirte es que me hables de ti”.
Y ella me dijo: “Entonces, mejor será que me desnude”.

Luciano G. Egido. Cuentos del lejano Oeste.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 12:44 PM | Comentarios (19)

14 de Mayo 2007

¿Cuestión de idiomas?

Llama la atención la gran importancia que está cobrando la enseñanza de los idiomas, sobre todo del inglés, el idioma del imperio, del imperio del dinero, me supongo. La verdad es que hay que reconocer que teniendo en cuenta el mundo en el que nos movemos, el aprendizaje de varios idiomas es importante. He podido comprobar en mis propias carnes, en una reciente visita al extranjero, lo limitado que puede llegar a encontrarse uno en determinadas condiciones ante la imposibilidad de comunicar lo que uno desea. Este hecho también me ha permitido experimentar algo que ya intuía y es que ante cualquier dificultad lingüística y anterior a todo ello, está el interés por el otro, la preocupación por el que tienes enfrente y la sensación de que hay personas con las que ni siquiera el idioma es problema, a veces, a la hora de comunicar, pues tiene uno la certeza de que hay un lenguaje íntimo que expresa lo que las palabras ocultan. Y lo considero íntimo, en la medida que muestra lo que verdaderamente somos, sentimos o deseamos. La existencia de este lenguaje íntimo, que tampoco sabría determinar exactamente su forma de expresión, es lo que permite, al menos a mí, considerar que hay personas con las que uno habla el mismo idioma. Un idioma que llamaría del corazón, pues independientemente de lo comunicado, del grado de acuerdo o desacuerdo, está una forma de sentir común que hace posible el milagro de la comunicación auténtica, aquella en la que el alma humana siente que no está sola, pues hay otras almas que saben a qué atenerse en presencia unas de otras, ya que lo primordial queda manifestado. Lograda la intuición primera de lo íntimo, resulta luego enormemente placentero y gratificante ahondar por separado y conjuntamente en el fondo siempre insondable de ese misterio que es el hombre para el hombre. Este lenguaje del sentir común sólo es posible cuando la confianza en el otro es total, y cuando es mirado con la nobleza que exige salir de uno mismo al encuentro de los demás. Son muchas las veces que todos hemos experimentado el hecho de personas con las cuales la comunicación es casi inviable por mucho que hablemos, y otras con las que una mirada, un gesto, una sugerencia es suficiente para llegar al entendimiento. Probablemente el idioma necesario para comunicar entre los hombres nada tenga que ver con ninguna de las lenguas habladas en el mundo y sí mucho con lo que en lo más profundo del corazón humano podamos encontrar.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:53 PM | Comentarios (20)

7 de Mayo 2007

Carta abierta a la muerte

Tal vez sea una frivolidad, o incluso una temeridad (no vayas a tomar venganza por mis palabras) ponerte ahí, frente a frente, en una página en blanco, y señalarte de cerca para decirte lo que, tal vez, cuando me tengas en tus manos no haga falta, pues te mostrarás como eres y el misterio habrá desaparecido. O no, ¿quién sabe? Antes que nada, y por puro egoísmo, rogarte que cuando decidas hacer acto de presencia, lo hagas en mí antes que en mis seres queridos. Mi vida sin ellos sería mi peor muerte. No obstante, no tengas prisa, mi vida, aunque a veces esté exhausto y cada día haya cosas que me cueste más trabajo entender e incluso aceptar, merece la pena vivirse.
Cada día pienso en ti, y no poco, por cierto. A veces es poner el pie en el suelo al despertar y ya te tengo frente a mí. Aunque bien es cierto que hace tiempo, no mucho, la verdad, dejé de tenerte miedo. Cuando en ti pensaba me invadían tales temores y angustias que a veces no podía soportarlo. Ahora, cuando he empezado a entender que vivir y morir no son cosas tan distintas, y que no soy tan importante como para que a mí no tengas que visitarme, soy capaz de echar esta parrafada contigo, hoy, precisamente hoy, el día de la madre, que para mí lo son todos los días del año. Sé que hace tiempo me rondas, pero cuando te asomes a la ventana me gustaría que la música que oyera, a ser posible, no fuera el Clavelitos, aunque tampoco está mal. Preferiría algún concierto de CAMEL, eso sí en directo, sólo aceptaría un play-back si tu presencia también lo fuera. Si estamos en serio, estamos en serio, y tú cuando actúas no andas con tonterías, pues la música lo mismo. Por supuesto, por mí no quiero que doblen las campanas, no hay motivo para el luto, se lo tengo dicho a los míos, no quiero llantos ni pesares. Tú llegada tiene que ser motivo de fiesta por doble motivo. Los que me han querido y he querido se han llevado lo mejor de mí y, sobre todo, yo de ellos. Y los que no me han querido, que los habrá, quedarán a gusto. Tampoco quiero grandes lápidas y mármoles, esos lujos no son para mí. Un puñadito de tierra valdría. Tampoco quiero epitafios, ¡qué mal gusto, Dios mío! De todas formas el amigo Odyseo me regaló uno hace días que no me disgustó, sobre todo por lo castizo que era, más que por la verdad que pudiera contener. ¡Ten amigos para esto! ¿Y para qué mejor?, digo yo. Precisamente, junto al viejo Odyseo se fraguó parte de este post, y me da la impresión que también su último escrito sobre la confianza, en silencio los dos. Allí arriba, sobrevolando los Alpes y el Lago Le Mans pensé en la muerte, y lo minicelebramos con esas minicervezas aéreas. Ya en tierra, las cervezas tomaron tamaño natural y celebramos la vida y la muerte como Dios manda, no se despachaba menos de medio litro. Me da que el Dios que nos mandaba por lo menos era Dionisos.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:59 PM | Comentarios (13)

30 de Abril 2007

Forasteros del tiempo

“En los soportales, sentado en una silla baja de anea, junto a una columna, había un vendedor de barquillos, reliquia de una profesión y de una golosina que pertenecía a las épocas heroicas, restos de un mundo neorrealista en trance de extinción. Era un pobre viejo, envuelto en ropas anacrónicas y en bufandas pardas, con el cabello alborotado y bohemio, la barba entrecana y el cuerpo arrugado, hecho a las inclemencias de la plaza. Tenía ante él el barquillero, de un rojo antiguo que había adquirido la policromía opaca de los desperfectos y los años, y con el mágico mecanismo de la ruleta en la tapadera. En otro tiempo, los niños se acercaban al vendedor de barquillos en los días de fiesta y pagaban cinco céntimos o diez céntimos (perras chicas, perras gordas) para dar impulso a la ruleta. Los ojos infantiles seguían ávidos e impacientes el giro vertiginoso inicial de la ruleta, la progresiva ralentización y la vacilación final al detenerse, un caprichoso y cansino ir cayendo de número en número, el veinte, el dos, el cinco, el diez, hasta pararse del todo en un número concreto, el premio del azar. Los niños aspiraban al veinte y temían al dos, que eran los extremos de la suerte, y la atracción del número era superior al sabor de los barquillos que recibían a cambio. Pero eso era en otros tiempos, diría el vendedor de barquillos. Ahora los niños no sentían atracción alguna por el barquillero, ni por los barquillos, ni por la ruleta. Y si el vendedor de barquillos seguía sentado junto a aquella columna era por vocación y por derechos adquiridos, porque a su edad no podía darle otro sentido a la vida que no fuera la obligación de ocupar cada mañana su puesto de toda la vida junto a la tercera columna. El forastero lo había visto allí mismo y, acaso como una rememoración de su remota infancia, de los tiempos de albahaca y hierbabuena, se quedó mirando con fascinación el mecanismo de la ruleta. El vendedor de barquillos advirtió la nostalgia de aquella mirada y sonrió con bondad… ¿Es usted forastero, verdad?, le preguntó. El forastero asintió con mansedumbre. No se preocupe, oyó decir, aquí todos somos forasteros…”

Gonzalo Hidalgo Bayal. Paradoja del interventor

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:27 PM | Comentarios (18)

23 de Abril 2007

Compartir

¿Qué cosas son especiales

y dignas de ser compartidas?

Escrito por odyseo a las 9:29 PM | Comentarios (21)

11 de Abril 2007

Circus vitae

Le dejé hace quince días a la escucha, a la espera de que la vida le hablara una vez más. Y la vida le habló, según me dijo, para decirle que los viejos fantasmas no habían desaparecido, es más, que se habían convertido en personas, con nombres propios, como en otras ocasiones. Al menos algo le había quedado claro: no estaba loco, como a veces había llegado a pensar, aunque esto no era consuelo para él, pues no se conformaba con la verdad, era ambicioso y también pretendía la felicidad. Dos tareas, dos metas, que parecían no ser buenas compañeras de viaje hacía tiempo. Entendía, -tal vez equivocadamente-, que la felicidad o iba de la mano de la verdad o no podía considerarse tal. Por eso, -o por orgullo incluso-, no entendió nunca los esfuerzos que algunos hacían por mostrarse agradables con él. Consideraba esos esfuerzos innecesarios, pues eran fruto, tal vez, de la hipocresía y de corazones poco limpios o interesados. En un ejercicio de coherencia, él siempre intentó huir de esas formas de proceder. Pese a todo, sabía que el mundo, sobre todo el humano, era grande, diverso y le permitía encontrar a su alrededor ejemplos contrarios, modelos de sensibilidad, ternura y respeto de los que siempre estuvo dispuesto a aprender, pues entendía que esa era una de sus tareas en la vida: aprender, aprender a ser. Tarea en la que se empleaba a fondo siempre que tenía oportunidad. Y la vida le enseñó que cualquier circunstancia es propicia, al menos siempre que estuviera atento, lo cual no ocurría tanto como deseaba, pues su cabeza, pese a tener pocas ideas y ocurrencias a veces parecía un torbellino y quedaba distraída a menudo. Distracciones en las que ocupaba grandes ratos, y que en muchos casos no eran más que lecciones prácticas de los anteriores aprendizajes, eso sí, con sus consiguientes errores. Errores que desaparecían cada vez que, sentado en la sombra, detrás del resto de los músicos de la banda, se ponía a las órdenes del director y daba comienzo la sesión del Circus Vitae. Era allí, en el circo, con las baquetas en la mano, siempre en segundo plano, y con los ojos puestos en la pista central, donde el mundo de verdad se transformaba y donde la magia hacía acto de presencia no sólo en las caras inocentes de los más pequeños, sino en su alma también. Sabía que con sus redobles ayudaba a crear el ambiente necesario para que el esfuerzo del funambulista, el acróbata o el payaso fuera eficaz. Sin embargo, el momento que él esperaba con impaciencia durante toda la jornada y que intentaba retener en su retina y en su corazón hasta la sesión siguiente, era cuando ella, con aquellas piernas atléticas, musculosas y finas al mismo tiempo, saltaba del trapecio para recibir los aplausos del público. Era entonces cuando más suave tocaba, envolviendo con delicadeza cada una de las notas de sus compañeros y los vítores de los asistentes. No quería por nada del mundo restarle protagonismo a ella, la auténtica estrella. Era su brillo, el de su cuerpo, el de su sonrisa, el de sus modales delicados, lo único que de verdad llenaba el cielo de su dicha, y de su desdicha cuando los focos se apagaban.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:24 PM | Comentarios (12)

26 de Marzo 2007

No entiendo

No entiendo nada y cada día entiendo menos. Y me explico. Me cuenta el director de un instituto de enseñanza secundaria que se contempla la posibilidad –que no se hará realidad, si lo sabré yo- de poder expulsar a un alumno de clase, -como en los viejos tiempos-, si no hace lo que debe o impide el aprovechamiento de los demás compañeros. ¡Qué zurro que tiene el susodicho director! pues, si la medida se llevara a efecto parece que quedaría a su cargo, como coordinador fundamental del centro, arbitrar las medidas oportunas a tomar con los chicos en cuestión, que según parece no serían pocos, él que se jacta de dirigir el mejor centro de la localidad. Vamos, que el regalito de la medida para “limpiar” las aulas bien, pero que el cascabel al gato que se lo pongan otros. Y como me recrimina no haberme enterado de la anterior noticia por mi persistencia en no leer el periódico me aplico a ello y cojo EL PAÍS, periódico independiente donde los haya. Por supuesto, comienzo por la última página, por si hubiera foto aprovechable y me encuentro con la noticia de que en aplicación de la Ley de Igualdad (jajaja), en un pueblo murciano algunas concejalas tendrán que abandonar sus cargos en beneficio de algún hombre, pues hay superhábit de mujeres en la corporación municipal. Pues no, no sobran mujeres, como reza el titular, ni hombres, si fuera en sentido contrario. Lo que sobran son leyes estúpidas y polític@s estúpidos, y por supuesto, estúpidos que cuentan las noticias de manera aparentemente neutral pero cargadas de una “malababa” que estomagan a aquellos que además de leer aprendimos a hacer comentarios de texto, y digo aprendimos porque no nos enseñaron, y me refiero a aquella impresentable profesora de literatura que nos tocó padecer en nuestra mocedad del bachillerato, ascendida hace tiempo a profesora de Universidad, me imagino más por méritos de su marido, -actual jerifalte de las instituciones encargadas de velar por el cuidado de nuestro lengua-, que por los suyos, ¿o tal vez fue ella abanderada de las cuotas antes aún de que se le ocurriera la idea a alguno de nuestros políticos preocupados por una igualdad artificial, como era ella, ese lujo de profesora que no supimos aprovechar aquella panda de alumnos a los cuales les hacía poner de pie cuando entraba en clase en los primeros años de nuestra democracia? Pero no, retiro lo dicho, algunos debimos aprender poca literatura, poquísima, y no por los profesores, la verdad, sino por nuestra incapacidad, pues si voy a las páginas de cultura del mencionado diario, encuentro que entre las diez mejores novelas en castellano de los últimos veinticinco años, en cuarto lugar se encuentra 2666 de Bolaños, y en el puesto trece, Soldados de Salamina, de Javier Cercas. Nunca he logrado comprender estos rankings que hacen con los libros, a menos que el criterio que se utilice sea el de la venta, como si la calidad de un libro o de cualquier otra obra de arte se pudiera medir como la velocidad punta de un fórmula uno. Hace unos días, en uno de los comentarios a un post anterior, me referí a la novela de Bolaños y no me voy a repetir. Respecto a la de Javier Cercas he de decir que no me desagradó, pero recuerdo que por aquellas fechas leí otras novelas sobre la guerra civil, nuestra “querida” guerra civil: El lápiz del carpintero de Manuel Rivas, La voz dormida de Dulce Chacón y La balada del abuelo palancas de Félix Grande. No voy a entrar aquí en lo que antes he criticado, es decir, no voy a determinar cuál es mejor y cuál es peor de las cuatro, -¿quién soy yo?-, pero sí señalar que la que menos repercusión tuvo seguramente fuera la de Félix Grande, y desde luego, a mi modesto entender, es una gran novela, de las mejores que he leído en los últimos años. Pero como he señalado antes, no entiendo nada, y cada día menos. Y no entiendo cómo, a mi amigo Carlos, que ni tiene deudas, ni hijos, ni mujer que le moleste, pues su querida Esther ni habla, que no necesita el dinero para nada, le pueden haber tocado una “porrᔠde millones que no me caben en la cabeza. Me alegro, de verdad, pero sobre todo porque anoche cuando hablé con él para felicitarle, estaba contento no porque se hubiera hecho rico, sino, como me dijo, por haber hecho rico a veintinueve familias. Bueno, dos cosas he entendido: que merece la pena leer el periódico, pues en un plis-plás te sale un artículo, así, como el que no quiere la cosa y que merece la pena jugar al Euromillón, pues en un plis-plás, así, como el que no quiere la cosa, te conviertes en un ricachón.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:57 PM | Comentarios (18)

20 de Marzo 2007

Te crees que...

No es gallardía lo que hoy le acompaña, pero cuando le conocí no levantaba un palmo del suelo. Por entonces disfrutaba patinando en el agua helada de los charcos en invierno, peleando con los grillos en sus subterráneas casas en primavera, persiguiendo lagartijas en verano, comiendo castañas en otoño o contemplando el fuego de la chimenea cuando se ponía a tiro. Visitaba la ciudad a menudo, pero no logró encontrarse a gusto en ella hasta que no fue mayor, pues, acostumbrado como estaba en el campo, a que todo el mundo se conociera y saludara cada vez que se cruzaba, no entendía muy bien aquel trato tan impersonal que la urbe imponía. Pronto descubrió que la vida infringe circunstancias que uno no elige y que elegir alguna de ellas, cuando ello tocaba, suponía un dolor y un desgarro incomprensible, paliado sólo por el balón al que siempre estaba dando patadas. Aunque con lo que realmente disfrutaba era compartiendo el tiempo con la gente, en aquellos momentos fundamentalmente con los de su edad. En su ruda y temprana adolescencia aprendió también que aquellos con los que tan buenos ratos había pasado y tantas risas, ilusiones y experiencias había vivido desaparecerían como por arte de magia. Sólo unos meses bastaron para descubrir que las promesas de amistad eterna se desvanecerían para siempre. Todavía hoy le acompaña el recuerdo de su amigo, aquél con el que tantas veces compartió liderazgo dentro y fuera de un campo de fútbol, y que jamás contestó a sus reiteradas cartas. Vinieron luego duros años, años fundamentalmente de aprendizaje, de experiencias fuertes, de Conocimiento, sí, con mayúsculas, en el trato con otros humanos, tan iguales y tan distintos a la vez. Años de sacrificios propios y ajenos. Años de mirar para adelante, al futuro, a veces tan lejano, demasiado lejano, siempre buscando el final, pero viviendo el presente. Presente lleno de frío, a veces de afecto, a veces de hambre, a veces de libros, a veces de chicas, a veces de castigos, a veces de premios, siempre recuerdos. Pero lo mejor estaba por llegar: Por fin todos juntos. Y ella en medio. Apareció en su vida como aparecen los tesoros, por sorpresa, pero, como dice la canción, ocupando el espacio con su luz durante años, al cabo de los cuales ella murió, dicen que de un ataque de celos. Las ilusiones se llenaron de sudor y lágrimas, pues la vida le pilló por sorpresa una vez más. La incomprensión, la ira, la perplejidad y sobre todo, él mismo. Se empeñó en ser el de siempre. Y se equivocó. Así lo consideró durante mucho tiempo, ese mismo tiempo que le devolvió a la vida, cuando de vez en cuando, y cada vez con más persistencia, la vida misma le hablaba y le decía “te crees que todo el mundo es como tú”. Y la vida, en su palabra, acertó. Y la vida le sacó de la equivocación, pues ¿quién mejor que la vida sabe de la verdad? Y cada vez que la vida le habla, y acierta a escucharla, más se reafirma. Ese fue su error, y también su verdad. Siempre recuerdos. Háblale, vida, háblale.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:29 AM | Comentarios (12)

12 de Marzo 2007

Leer para qué

Hace unos días me preguntaban porqué leía tanto. Mi respuesta fue que porque me gustaba, lo cual dejaba perpleja a quien me hacía la pregunta, con el esfuerzo que a esa personita le están costando sus primeros pasos en ese apasionante mundo de la lectura. Tampoco reparaba la criatura en que últimamente lo que hago sobre todo es pasear los libros. Siempre voy agarrado a uno como si fuera un bastón que necesitara cada vez que me pongo en pie. La imagen del bastón es enormemente precisa y además creo que no sólo en mi caso, pues la lectura no sólo permite aprender o llenar el tiempo libre, sino que puede enseñar a vivir el tiempo, todo tiempo, de forma realmente libre, desentrañando la propia vida y haciendo que ésta resulte digna de ser vivida intentando mejorar, y en este sentido un libro siempre es buen lugar en el que apoyarse. Bien es verdad que, como ocurre con las personas, no toda relación con un libro aporta este intento por crecer. El amante de los libros disfruta de ellos antes y más allá de la lectura propiamente dicha. Está siempre atento a aquella obra en la que intuya puede descubrir algo provechoso y que sirva de alimento a su apetito casi insaciable por lo bueno, bello o verdadero. Y después de degustar el manjar, cuando ha sido el caso, queda en una sobremesa siempre placentera, que no siesta modorra, sino lúcida y reflexiva que perdura muchas veces en el recuerdo pasado el tiempo. No, no soy ni un temprano lector, ni un lector voraz, ni seguramente un buen lector. Mi afición a la literatura es tardía. Mientras muchos de vosotros disfrutabais la infancia y la adolescencia o intentabais engañar las vacaciones y el verano con Tintín, Zipi y Zape, El Capitán Trueno, El guerrero del antifaz, Salgari o Agata Crhisti, yo tenía la cabeza en charcas, renacuajos, pesca, tirachinas, bolas de nieve, fumar -con sus consiguientes accidentes- o pintar a las gallinas el pico o lo que se terciara con un invento de la ciudad llamado acuarelas, -qué maravilla, Dios mío, las acuarelas, claro-. Sin embargo cada día valoro más la tarea del escritor, mucho más aún desde que tengo que ponerme todos los domingos ante un folio en blanco e intentar juntar unas cuantas palabras y haceros el guiño de la lechuza. Entenderéis que ande preocupado ante la desgana y pérdida de apetito lector de los últimos meses. No obstante siempre llevo un tentempié a mano, nunca mejor dicho, por si en cualquier momento el hambre hace su aparición. En estos días me apoyo en Roald Dahl y sus Historias extraordinarias, Sándor Marai y su Mujer justa y Hans Magnus Enzensberger y sus Diálogos entre inmortales, muertos y vivos. Lo que no sé es si el menú está a la altura de la cocina tradicional o a la altura de la cocina de diseño o simplemente quita el hambre pero no alimenta como si fuera fast-food. Comida y lectura. Dos necesidades, dos placeres. Sí, hija, me gusta leer, pero no sólo. Me gusta leer porque quiero crecer, ser más humano, mejorar y llegar un día a reír como tú o mirar como tú; como a ti te gusta comer porque quieres ser grande como yo, y correr como yo y roncar como yo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:12 PM | Comentarios (21)

5 de Marzo 2007

Una pregunta....

¿Cuál es tu especialidad?

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:10 PM | Comentarios (17)

26 de Febrero 2007

¿Egoísmo o generosidad?

“Tener hijos es un acto de egoísmo”. Así como suena, es lo que oí hace muchos años, cuando aún no me había estrenado en esas lides. La frase sonó en mi cabeza, tal vez más que en mi corazón, como cuando te das un golpe fuerte y quedas aturdido y casi sin sentido. La “perla” venía de una mocita de unos treinta años y que a mis ojos era fea, insatisfecha y acomplejada más que otra cosa. Pero lejos ya en el tiempo aquel atontamiento inicial, y después de haberle dado el acomodo en mi pensamiento que la vida me ha permitido, son muchas las veces que considero que tal vez aquella estúpida compañera de trabajo no lo era tanto y que seguramente le había dado más vueltas al tema que yo, que siempre fui un poco ingenuo. Todos sabemos que ser padres exige entrega, sacrificio, generosidad y que en muchos casos es un acto de heroísmo. Pero es cierto que este saber, como muchos otros, sólo se comprende cuando se viven, y que antes de ejercer de padres difícilmente puede uno ni siquiera barruntar lo que conlleva. Si consideráramos despacio lo que el hecho de existir supone para un ser humano, el sufrimiento que una persona puede llegar a soportar o la angustia que puede padecer y que en última instancia los responsables son aquellos que le trajeron a la existencia, tal vez nos pensaríamos más ciertas decisiones. Si echamos un ojo a nuestro alrededor y observamos el mundo que estamos construyendo para nuestros hijos seguramente lo más sensato sería, después de la insensatez que fue darles la vida, quitársela. Pero este sacrificio tampoco estamos dispuestos a hacerlo, por egoísmo también, pues nuestra propia vida sería aún más difícil de soportar sin lo que ellos nos dan. ¿Difícil situación verdad? Tranquilos, no se me está pasando por la cabeza aprovechando que mis hijos están en la cama aliviarles del madrugón y los exámenes de mañana haciéndoles dormir el sueño eterno. Pero llegados a este punto lo único que está en nuestras manos es dedicar nuestras vidas a la de aquellos que no nos pidieron permiso para tener la suya.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:06 PM | Comentarios (13)

20 de Febrero 2007

Máscaras

Cayó el Carnaval y me imagino que no son pocos los que sienten gran tristeza, pues ven estas fechas como una oportunidad única para esconderse detrás de los disfraces, las máscaras y hacer de su capa un sayo. Parece, según cuentan, que son fechas en las que hay una relajación en las normas que habitualmente presiden la vida de muchas personas, y en un estado de semiinconsciencia, permitirse ciertos deslices que por ese motivo parecen justificados. No entiendo muy bien cuáles pueden ser los motivos que lleven a la gente a actuar así, menos aún en sociedades como las nuestras en las cuales la bandera de la libertad ondea sobre cualquier otra, y en las cuales pareciera innecesaria esa liberación de las ataduras de todo el año. Esto me da qué pensar y considerar que tal vez existan muchas libertades formales pero pocas reales, o que tal vez no estemos demasiado satisfechos con lo que somos durante todo el año y que estemos reprimiendo permanentemente deseos, inquietudes o necesidades que sólo seamos capaces de acometer desde una ficticia identidad. ¿O es tal vez ese yo oculto durante todo el año tras nuestro traje de corbata y ahora desatado tras la máscara, nuestro yo más real? Por todo esto siempre me han resultado ciertamente ridículas y desagradables estas celebraciones, pues nunca he entendido que haya personas que necesiten de un disfraz para ser ellas mismas. Pero si considero lo anteriormente expuesto a la luz del quehacer diario, me doy cuenta de que no soy quién para juzgar esos comportamientos, pues tal vez otros hacemos del disfraz uniforme hasta para dormir. Así como quienes en el Carnaval tienen un traje para cada día, seguramente otros cambiemos de antifaz varias veces al día durante todo el año, con personajes tan dispares y contradictorios que difícilmente encontrarían acomodo más allá de la consulta del psiquiatra. A veces las ataduras de los papeles que cada día tenemos que interpretar son tan fuertes, que sentimos la necesidad de pasar al siguiente para que, con otras ataduras de otro papel distinto, seamos capaces de liberarnos del anterior. En fin, que igual es más sano y económico que una vez al año ejerzamos la inconsciencia.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:55 PM | Comentarios (11)

12 de Febrero 2007

¿Deporte de base o política de base?

Como practicante siempre he entendido el deporte como juego, como medio de diversión, de expresión y como forma excepcional de engañar a la vida, sobre todo cuando ésta se pone puñetera, que no son pocas veces. Como espectador, aunque cada día paso más del tema, mi postura es bastante parecida. Veo espectáculos deportivos fundamentalmente para disfrutar, en el amplio sentido del término, y no sólo ni tan siquiera con la victoria de mis equipos preferidos, que también los tengo. El triunfo para mí, como practicante o como espectador, no tiene absolutamente ningún valor si no es como resultado de la expresión de las excelencias de los participantes, y éstas van más allá de las virtudes propiamente deportivas, abarcando toda una serie de elementos que muchas veces no se dejan ver con absoluta claridad en una cancha de juego. Hoy sin ir más lejos, pese a mis simpatías madridistas y la clara derrota de “mi equipo”, la Final de la Copa del rey de baloncesto me ha parecido un espectáculo, pues ha triunfado el deporte, -pese a lo que estaba en juego para los dos equipos-, incluso en detalles, para mi tan relevantes y tan poco apreciados en las grandes celebraciones, como los abrazos entre los rivales, fundamentalmente entre aquellos que menos han participado en el juego y que tan poco les dice a veces la victoria o la derrota, o el reconocimiento por los entrenadores de los méritos del contrario, independientemente del resultado. Por todo esto hoy podría haber sido un buen día para mí. Pero sinceramente no he podido disfrutar como suelo hacerlo pues durante todo el día me ha rondado una tristeza que no me ha sido fácil alejar. Y curiosamente la causa ha sido otro acontecimiento deportivo. Durante el fin de semana se ha celebrado en Cáceres el Campeonato de España de fútbol infantil femenino por comunidades autónomas. Me cuentan que en el acto de presentación inicial de cada partido, en el que las jugadoras, niñas de doce años, ocupan el centro del terreno de juego junto al árbitro, la selección del País Vasco no saludó a las jugadoras de los otros equipos, salvo cuando tuvo que enfrentarse a la selección de Navarra. La verdad es que uno se queda cuando menos perplejo ante situaciones de este tipo. Al parecer no le ha ido muy bien a la selección vasca. Sin profundizar en el tema, - no quiero que se me agríe más el carácter-, sólo me surgen preguntas, que tal vez sólo tengan valor para mí, pero a las horas en que esto escribo es lo único que me pide el cuerpo: ¿Hubieran saludado al equipo contrario si hubiera sido noruego, o polaco? ¿Qué mérito hubiera tenido ganar, si estaba logrado sobre el desprecio y la desconsideración del rival? ¿A qué les hubiera conducido? ¿Los padres de esas criaturas se podrían sentir orgullosos de sus hijas? ¿Qué sentido encontrarán esas crías cuando el próximo curso se enfrenten a la asignatura de Educación para la ciudadanía y les hablen de la igualdad, el respeto, el concepto de persona, etc. etc.? ¿Le harán pedorretas al profesor? ¿De haberse lesionado y necesitado una transfusión hubieran admitido sangre sin mirar el Rh? ¿Les habrán explicado a esos angelitos en sus escuelas que la diferencia entre lehendakari y bellotari?
A la misma hora que se celebraba la final del mencionado trofeo, jugaba mi hijo, también al fútbol, de la misma edad que las niñas mencionadas, y compañero de equipo de una de las seleccionadas por su comunidad, y la preocupación que tenía no era el partido en sí, sino el no poderse enfrentar al hijo de mi rival , -un tal Odyseo, no sé si os sonará-, que lo hace en el equipo contrario, pues no había sido convocado por su entrenador, y cómo se encontraría su amigo ante la frustración que suponía no poder disfrutar del momento que tanto habían esperando los dos durante toda la temporada. Bueno hijos, siempre os quedara la Play Station, ante la cual también sudáis, os metéis con el árbitro, os dais algún codazo que otro y os cagáis en vuestros respectivos padres, mientras ellos disfrutan tomando unas cervezorras.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:19 PM | Comentarios (5)

5 de Febrero 2007

Escucha a Dios

Si os dais cuanta lo único que deja absolutamente claro en el post anterior el combativo Odyseo es que el rival tiene dios, así, con minúsculas y en negrita, para que se vea bien. Bueno, pues como lo que busca es que entre al trapo voy a ello, y además intentando “hacer amigos”. Después de leer el artículo anterior y los comentarios, tengo que reconocer que estoy en minoría, -cosa que no me importa, voy acostumbrándome poco a poco, incluso a veces demasiado de golpe-. Estoy en minoría no porque tenga Dios, -lo siento, no me sale escribirlo con minúsculas- sino porque soy el único que está liado de verdad, pues todos tenéis más o menos claro vuestro ateísmo o agnosticismo (sufrido o no), las cicatrices que os hicieron y los miedos que os metieron como consecuencia de un Dios que habéis descubierto como “entelequia superior”. Yo, sin embargo, no tengo claro, ni mucho ni poco, nada, absolutamente nada. Me pasará como a Unamuno, del que me parece que se cuenta que se levantaba creyente y se acostaba ateo, o viceversa. Tal vez no sea casualidad que, precisamente, sea uno de sus libros, San Manuel Bueno Mártir, de los que más huella hayan dejado en mí.
Tu rival tiene Dios. ¿Y qué Dios tiene tu rival, si ni él mismo lo sabe? Tal vez habría que concebirlo a la manera del “daimon socrático”, que le aconsejaba lo que debía hacer. Una exposición de este estado de ánimo propicio para oír al daimon figura en un artículo de Unamuno donde afirma: ”¡No, mi buen amigo no! Muchas de estas ocurrencias de mi espíritu que te confío, ni yo sé lo que quiero decir, o, por lo menos, soy yo quien no lo sé. Hay alguien dentro de mí que me dicta, que me lo dice. Lo obedezco y no me adentro a verle la cara, y si me dijese su nombre me moriría yo para que viviese él”. El Dios del rival en todo caso es una fuerza interior que le pone en contacto con lo divino de la realidad, que lo tiene, un dios que no da órdenes sino que convence o propone, que me sitúa en el ámbito de la búsqueda, -a veces ni siquiera sé de qué-, y que me aleja del intento (muchas veces pretendido) de hallarme en posesión de la verdad absoluta. En este Dios creo, a este Dios amo, este Dios se me escapa de las manos como el agua y no me deja que lo aprisione y lo abrace por más que quiera, pero otras veces lo siento dentro de mí a través de una mirada, de un abrazo, de la brisa de la mañana, de unas cervezas compartidas, de unos proyectos comunes, de unos sentires parecidos, de opiniones no compartidas pero respetadas, del rostro del necesitado y en el momento que esto escribo Dios me habla a través del guitarrista Vinnie Moore.
Me temo que algunos de vosotros estáis más cerca de mi Dios que yo mismo. Aquí os dejo una joya, de cuyo autor aún se respira su espíritu en la tierra que me vio nacer:

LA ORACIÓN DEL ATEO

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.

Miguel de Unamuno

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:22 PM | Comentarios (14)

30 de Enero 2007

Soy lo que quiero ser

Hace un mes Odyseo nos proponía que nos definiéramos con una palabra. Allí pudimos comprobar, por los comentarios que hacíamos, que la cuestión no resultaba nada fácil. Incluso hubo quienes tuvieron que preguntar a los que les rodeaban para que les echaran una mano, y los que así no lo hicimos no fue porque lo tuviéramos más claro, ni mucho menos. Y es que eso que creemos ser y la forma de considerarlo es ya un reflejo de cómo nos han etiquetado los demás, acertada o equivocadamente. Lo queramos o no, aquello que somos y la manera en que a nosotros mismos nos vemos es en gran medida fruto de un proyecto que nosotros no hemos diseñado. Así pues, aquello que decimos que somos es en gran parte, y al menos durante un tiempo, constituido socialmente por normas, valores, gustos, aficiones o roles que tiene su origen fuera de nosotros. Todo lo mencionado no deja de ser algo absolutamente natural y aún necesario, pues sólo por los otros podemos saber, saberlo todo, incluso lo que somos. Pero esta identidad no sería más que un muñón de la misma si no la contrastamos y la completamos con lo que además “nos” proponemos ser, con lo que “queremos” ser. Y aquí es donde empieza la gran tarea. Llega el momento de sustituir las expectativas que los demás tienen sobre nosotros por las metas que debemos autoproponernos. Sólo cuando esto sucede la vida tiene sentido, pues es cuando de verdad empezamos a vivir nuestra vida. Cuando no aparecen metas en nuestro horizonte que orienten lo que hacemos, empezamos haciendo lo que otros quieren para terminar haciendo lo que no queremos, y lo que es más grave, alejándonos de las posibilidades prefiguradas en cada uno de nosotros y cuyo cumplimiento implicaría el ir creciendo en lo que deberíamos desear ser: más humanos. De tal manera, lo que somos, apunta por un lado al pasado (lo que nos han hecho creer que somos), pero fundamentalmente al futuro, pues somos una tarea inconclusa, estamos en camino hacia la realización de nuestra posibilidades. Y ese proyecto, esa tarea, admite caminos y orientaciones muy distintas. En esa dirección juega un papel decisivo el conocimiento, nuestra aspiración a comprender, puesto que se trata de juzgar sobre las modalidades de realizar esa existencia, de manera que sea posible obrar como seres humanos, y no como clones que vivamos de manera poco auténtica. A no ser que, como las llamadas filosofías del absurdo, consideremos que el hombre es una pasión inútil, una tarea imposible.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:41 AM | Comentarios (11)

23 de Enero 2007

Otro amor

“En la vida ordinario, las parejas se enamoran de fuera hacia adentro. Primero se interpone el cuerpo y después, con un poco de suerte llega el alma. Al cruzarse en cualquier parte esos dos seres que luego serán amantes se encuentran con un rostro, unas manos, unas piernas, unos ojos, con la superficie humana que está expuesta a la intemperie. A partir de esta atracción física, la pareja se acerca, traba un conocimiento, expresa unos sentimientos, desvela su pasado, proyecta una felicidad común, se va introduciendo en el alma del otro y llega un momento, en que se produce esa conexión deslumbrada de ambos espíritus que se llama amor. Pero cada día son más las parejas que se relacionan por primera vez por medio de Internet. En este caso, al contrario que en la vida ordinaria, el amor se desarrolla de dentro hacia fuera. Alguien lanza un mensaje anónimo a la red, con un nombre supuesto. A este reclamo acude desde el otro lado del planeta una internauta y en la pantalla del ordenador se produce un primer contacto entre dos almas desconocidas que empiezan a ofrecerse datos de su espíritu: deseos, fantasías, falsos sueños, promesas imaginarias, aspiraciones de belleza, todos esos materiales con que se fabrica una gran pasión. El cuerpo no ha intervenido todavía. Una vez enamorados de su alma los internautas comienzan a mandarse fotografías, la de la primera comunión, aquélla tan bonita del parque, una de muy joven en que salió guapísimo. Estas imágenes son tan irreales como los sentimientos que previamente estos amantes se habían ofrecido, pero el engaño ya no tiene importancia. Así le sucedió a un gordo y seboso señor de Hamburgo que conectó con una gorda y decrépita señora de Toronto. Se encontraron en un punto virtual de la red. Comenzaron a intercambiarse sentimientos delicados, deseos puros o tal vez inconfesables; abrieron sus respectivas almas en el espacio inmaterial y desde esa intimidad, seducidas a causa de tanta perfección, fueron concretando sus figuras y primero se mandaron mutuos retratos donde aparecían jóvenes y radiantes. Finalmente se dieron una cita en el Plaza de Nueva York y allí se descubrieron gordos, viejos e incluso repulsivos, pero ya se habían enamorado ciegamente por dentro. La sorpresa que se llevaron fue la contraria que se produce cuando alguien, fuera de Internet, se enamora de un cuerpo espléndido y se encuentra con un alma idiota”.

(Artículo de Manuel Vicent publicado en El País 10-01-1999)

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:28 AM | Comentarios (19)

16 de Enero 2007

A propósito de la perfección

Nunca he entendido la perfección como algo alcanzable, que por definición es imposible, pues difícilmente seres imperfectos y limitados pueden tener logros que no admitan una mejora, por pequeña que sea. Cuando el viejo Odyseo señalaba en el post anterior que hay personas que quisieran entrar en el club de los perfectos no se equivocaba, pues partiendo de lo previamente expuesto, es cierto que hay formas y Formas de hacer las cosas. Hay personas que, a sabiendas de lo que somos, consideran que las cosas se pueden intentar hacer bien o no, y optan por hacerlo de la mejor manera posible (a su juicio). Otras, sin embargo, actúan a “tontas y a locas”, o sin el más mínimo propósito de hacerlo bien, incluso sin tomar conciencia de que se puede actuar de diversos modos y que no todos son iguales, o en el peor de los casos, teniendo casi como único principio actuar contra lo que consideran mejor, bien por pereza, capricho, costumbre, irresponsabilidad, etc. Todos sabemos, todos, que no es lo mismo saludar al vecino por la mañana que no hacerlo, escaquearnos en el trabajo o cumplir con nuestra tarea como corresponde, ser buenos compañeros o poner al de al lado todas las zancadillas que podemos, sacrificarnos por nuestros hijos o que de su educación se ocupen los Simpson mientras nosotros tenemos todo el tiempo del mundo para leer. Está claro, al menos en lo que yo estimo, -que no tiene porqué ser lo que otros estimen-, que un grupo de acciones se aproximan más a la perfección y a la excelencia moral que otras. Pues sí, hay personas que se proponen estas metas en sus vidas, absurdas metas seguramente, pero tal vez no tan absurdas como las contrarias. Ahora bien, uno tiene que ser lo suficientemente humilde como para reconocer que, los propósitos de cada uno no son los únicos, ni tal vez los mejores, que las circunstancias, -sin servir de coartada- condicionan la manera de llevar a cabo nuestros fines, que no todo está en nuestras manos, así como el reconocimiento de la debilidad humana frente a la exigencia que implican las ideas más nobles. Por todo esto, algunos, más que aspirar al club de los perfectos lo que pretendemos es que nos den de baja del club de los pecadores.

…La perfección está en el intento

PD: En respuesta a Dímelo tú y Odyseo.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:49 AM | Comentarios (12)

9 de Enero 2007

El poder de las ideas

Todas las personas, seamos conscientes de ello o no, sostenemos determinados modos de ver las cosas, de afrontar los problemas, de percibir, etc. Normalmente a todo ello es a lo que llamamos nuestra filosofía de vida. Esto es algo que podemos comprobar fácilmente: Me imagino que, como yo, habéis hecho la prueba de intentar leer los comentarios de los asiduos a los blogs que visitáis sin ver quién es el autor del mismo. Muchos de esos comentarios no haría falta que fueran firmados, pues transcurrido un tiempo seríamos capaces de descubrir al artista. A veces incluso seríamos capaces de definir con bastante acierto algunos rasgos de esas personas. Pues bien, esa filosofía de vida, que se manifiesta en nuestras opiniones, puede que conste de ideas que sean adecuadas herramientas para resolver problemas y ayudarnos en el difícil viaje de la vida o bien puede estar compuesta por ideas que se convierten en obstáculos añadidos al mismo. Afortunadamente, nuestra filosofía de vida no es algo que esté troquelado de modo irreparable, sino que puede ser cambiado, aunque no nos engañemos, con cierto sacrificio. Cambiar ciertas ideas puede resultar ciertamente provechoso. Ahora bien, esto sólo sería posible si somos capaces de considerar nuestro modo de estar situados en el mundo a través de nuestros pensamientos. Sólo nosotros podemos descubrir qué ideas o pensamientos son la causa de nuestras contrariedades, de nuestros sentimientos negativos. Por eso es conveniente hacer un repaso de nuestras ideas y ser capaces de detectar aquellas que nos conducen a un estado de armonía y aquellas que están en el origen de muchos de nuestros problemas, incluso de salud, pues no debemos de olvidar que nuestra mente está en una íntima relación con nuestra salud corporal. Con el fin de separar la cizaña del trigo os propongo buscar una idea constructiva, positiva, liberadora y potenciadora de nuestro bienestar, y otra negativa, destructiva y que nos conduce a la irritación o la tristeza.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:25 AM | Comentarios (11)

2 de Enero 2007

Y cayó otro año

Y cayó otro año, uno más. Si hacemos balance sereno de lo sucedido, salvo raras excepciones, apreciaremos que el libro de cuentas sigue como hace un año, o dos, o tres. Pues la VIDA no entiende de medidas, ni de años, ni de meses, ni de días, ni de horas. Nos daremos cuenta de que las experiencias forman un continuum con las de tiempos atrás, y que esas experiencias son muy parecidas: amamos, reñimos, leemos, disfrutamos, sufrimos, perdemos el tiempo y el dinero, ganamos amistades, conquistamos princesas, asaltamos castillos, ahogamos penas, soñamos músicas, desperdiciamos energías, gritamos injusticias, callamos secretos… Sólo desde la pequeñez del yo otorgamos a esas vivencias la trascendencia que tal vez no tengan, sólo desde un yo reducido a una palabra, como nos proponía Odyseo en el post anterior, logramos convertir nimiedades en abismos, y abismos en profundidades que no nos permiten ver. Si lográramos tomar la distancia suficiente de cada una de esas experiencias cotidianas podríamos percibir que tal vez el tiempo perdido ni fue sólo tiempo ni fue perdido, que la lectura fue una forma de ahogar las penas, que la chispa de aquel enfado fue fruto de un egoísmo atroz o de una verdad no asumida, que el pasado sufrimiento sólo hoy adquiere sentido, que las amistades ganadas fueron nuestra mejor inversión, que los castillos asaltados sólo existían en nuestra cabeza, que fuimos unos ilusos al pretender conquistar princesas, pues esas brujas abrieron nuestro corazón sin pedir permiso, que cometimos más injusticias que las gritadas a otros, que los secretos guardados fueron vox populi sin nosotros saberlo.
Sólo a la vida con minúsculas, a la mía, aquí y ahora, a la tuya, todo esto le supone algo. Es en esa vida en la que cada hora, cada dolor, cada risa, cada cana, supone un mundo. Un mundo que muchas veces no sabemos leer, apreciar, vivir. Gracias a todos los que cada día me ayudáis a que mi vida se aproxime a la VIDA, cuyo final tan cierto me es.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 12:22 PM | Comentarios (8)

23 de Diciembre 2006

Sexo por decreto

La semana pasada acudía mi hija a unas actividades extraescolares organizadas por Cruz Roja Juventud que consistían en distintas charlas sobre el consumo de drogas y alcohol, seguridad vial, etc. pero para nada de sexualidad. Al finalizar la jornada y como muestra de “gratitud” a los escolares tuvieron un pequeño detalle y les obsequiaron con un regalo, que tuvieron que elegir entre un preservativo o un juego de destrezas mentales. Por supuesto, mi hija optó por el juego, faltaría más. No, no me hubiera escandalizado si aparece en casa con el preservativo. Tendría que ser muy cínico e incoherente para ello. Digo lo de “por supuesto” porque de haber aceptado el preservativo seguro que no lo hubiera dicho, como la mayoría de sus compañeros. Lo que si me “escandaliza” es la desfachatez de las instituciones que organizan algunas de estas actividades. ¿O acaso me estoy haciendo tan conservador como para no poder equiparar las dos opciones que les propusieron a chicos de trece y catorce años? Porque desde luego la disyuntiva no me parece “inocente”. A veces tengo la impresión de que lo que se pretende fomentar no es la salud ni el bienestar de los ciudadanos sino divulgar formas de entender determinadas cosas, en este caso la sexualidad, que van más allá de lo que debería ser aceptable democráticamente. Los responsables de la educación de nuestro país confunden el culo con las témporas, como dice el refrán, y más que preocuparles cuestiones como el sida o los embarazos no deseados parece que quisieran que los niños, y no tan niños, follásemos por decreto, saliéramos del armario por decreto, recuperáramos “su” memoria histórica por decreto, perdiéramos la virginidad por decreto y por supuesto, les votásemos por decreto. Y no, las cosas no van así, o mejor dicho, no deberían ir así. Yo como padre, prefiero darles determinadas informaciones a mis hijos y transmitirles mis ideas francamente, a que les sean impuestas subrepticiamente las de otros, sobre todo porque “estos otros” quieren menos que yo a mis hijos y me fío menos de ellos que de mi, y ya es decir. Parece que, como ocurriera en tiempos pasados, aunque en sentido inverso, hay quienes tiene fijación con el tema del sexo, que les fuera la vida en ello y que tengan que marcarnos el ritmo coital. Me gustaría que a los adolescentes les dieran alguna charla, alguna vez, sobre algo interesante y más que dirigir lo que tienen que hacer les ofrecieran criterios para que ellos eligieran inteligentemente. Que les dijeran, por ejemplo, que una cosa es el sexo y otra el amor, que se pueden dar el uno sin el otro, pero también conjuntamente, que el sexo es importante, pero que no lo es todo en las personas, que el sexo, como cualquier actividad humana tiene un sentido, como también tiene sus límites, etc.
Mi hija eligió, aunque no sé si inteligentemente. Y llegado el momento, -¡pero qué iluso soy!- si me pidiera consejo, tal vez le recomendaría otros juegos.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 1:39 PM | Comentarios (10)

12 de Diciembre 2006

No se convierte nadie

Hace tiempo le oí decir a un cura que “no se convierte nadie”. Y la verdad es que la frase, cada cierto tiempo y en determinadas circunstancias, me golpea la cabeza con la rotundidad de una aldaba, pues si llevamos el pensamiento más allá de la dimensión clerical, cierto es que convencer a alguien de algo es enormemente complicado. Si echamos una ojeada a las relaciones que mantenemos con los que nos rodean nos daremos cuenta que, por ejemplo, nuestra compañera, y después de cientos de argumentos, sigue erre que erre dejando para última hora la preparación del equipaje de vacaciones, y consiguientemente lamentándose durante todo el viaje de los olvidos por su mala cabeza; o que nuestro hermano, que cuanto más esfuerzo ponemos por hacerle ver lo perjudicial que es el tabaco, más empeño pone él en sacarle a las colillas hasta el último miligramo de nicotina; o que nuestro padre, que por más que le insistimos en la conveniencia de una dieta sin grasas, con más deleitación parece saborear esa jugosa panceta a la brasa; o que nuestra hija, que por más de le digamos que los pantalones sirven para vestirse, y que el ayuntamiento ya tiene encargados de la limpieza de las calles, más ahínco pone en convertirlos en abrillantadores del suelo. Y así podríamos alargar los ejemplos hasta cansarnos. Ahora bien, mientras esto ocurre en la distancia corta y respecto a los más allegados, parece suceder lo contrario cuando en lugar de intentar convencer, alguien, y ese alguien puede ser cualquiera, hace la más mínima sugerencia o comentario, para que los cambios aparezcan como por arte de magia. Y de repente, y sin saber cómo, vemos que nuestra consorte entra en una agencia de viajes para preguntar por un fin de semana esquiando, ella , que tiene frío hasta en Agosto; o que nuestro hermano, que no distinguía la velocidad del tocino se convierte en un catador de vinos profesional, o las compañeras de trabajo que siempre habían considerado como marimacho a cualquier fémina que se entregara a la práctica de cualquier deporte que no fuera el ganchillo, como en una iluminación descubren las maravillas del paddel –o del billar, según el inquilino de la Moncloa-. Por no hablar de la capacidad de “convicción” que tienen los mass media para ordenar nuestros pensamientos y conductas.
No sé, tengo la impresión de que razonar, intentar argumentar, son estrategias en desuso, que requieren un esfuerzo que muchas veces no estamos dispuestos a soportar, y de que las razones todas valen igual; que confundimos el derecho a pensar, a razonar o a argumentar que todos tenemos, -faltaría más-, con que los modos de razonar sean igualmente correctos. Y es que no debemos de olvidar el hecho de que aunque todos tengamos la capacidad de razonar, eso no implica que todos sepamos utilizarla.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:17 AM | Comentarios (18)

5 de Diciembre 2006

Apostillas al catecismo

El 16 de Mayo del 2004 Odyseo escribía un magnífico post titulado Educar para qué. No estaría de más leerlo detenidamente y sacarle punta hasta donde nuestras entendederas puedan, sobre todo en estos días, en los cuales la educación se ha convertido en noticia en las páginas de sucesos de los distintos medios de comunicación. Allí establecía el viejo Odyseo lo que vamos a llamar los 12 mandamientos de su Catecismo educativo, sobre algunos de los cuáles me voy a permitir ironizar un poquito, -eso sí, desde el cariño-. Lo siento, el día no ha dado para más y espero lo entendáis al final del post.
Primer mandamiento: Educar es ayudar a formar una escala de valores… ¡Pero es que no se ha enterado el combativo Odyseo que los jóvenes de hoy están sobrados de valores: consumismo, pasotismo, egoísmo, etc. etc! ¿O es que considera que siguen siendo actuales aquellos viejos valores que le hicieron famoso y que le convirtieron en todo un héroe?. Por cierto, ¿qué es un héroe?
Segundo mandamiento: Educar es abrir ventanas… El viajero Odyseo no se entera, tanta batalla con su “querido” Poseidón le ha sacado de este mundo. ¿Es que acaso no observa a la juventud de hoy frente a un ordenador con infinidad de ventanas abiertas por las que el mundo queda a su disposición con sólo dominar un inofensivo ratoncito?
Tercer mandamiento: Educar para ser, no sólo para saber. Qué tonterías dice usted, Abuelo, bien se nota que ha dejado de tomar sus pastillas. El niño, antes de incorporarse al colegio, donde se supone que le enseñan algo, -sobre todo malo, por supuesto- ya lo es todo: es un angelito, es único, es caprichoso y no sabe matemáticas ni lengua, ni falta que le hace, (geografía sí sabe el niño de hoy, es un niño muy viajado, no como usted, iluso Odyseo), pero sin embargo sabe lo fundamental: sabe que el profesor no sabe nada y que no sabe enseñar. ¿Dónde ha aprendido tanto?
Quinto mandamiento: Educar para ser críticos y autónomos, no sumisos y dependientes. ¿Para qué?, me pregunto yo. Los niños de ahora otra cosa tendrán que aprender, pero autonomía no creo que les haga mucha falta, si se independizaron nada más nacer cuando se incorporaron a esa magnífica institución llamada guardería. Tampoco entiendo muy bien por qué se les ha de educar para ser críticos, si no hay nada que criticar. ¿Usted no se ha enterado que España iba bien y ahora va mejor? La segunda parte de este mandamiento del Catecismo de Odyseo insiste en no educar en la sumisión y la dependencia. Hay que ver qué fuera de onda está su Ilustrísima. Los jóvenes de hoy no son sumisos, sino coherentes (con el sistema) y no son dependientes sino colaboradores. Pero qué mal domina usted los términos, a saber qué educación recibió. Seguro que se educó en colegios de pago, no como otros que nos tocó cantar aquello de “Cara al son…” o era “Cara al sol…! Yo creo que era como ahora “Cara al sol que más calienta…”.
Dejamos para otro día el Sexto mandamiento, que ese siempre ha tenido su separata especial, y no quiero cansaros y aburriros en exceso.
Bueno, pues todo lo anterior lo escribo desde el dolor, desde el dolor que supone escuchar a un alumno decir que mi actitud en clase no es la adecuada porque me propongo que aprendan y piensen y no sólo que aprueben y porque soy incoherente en mi vida particular. Lo doloroso propiamente no es la opinión que el chico pueda tener, que puedo entender perfectamente, sino que se permita decirlo después de haberse quedado dormido dos veces en clase el día anterior y haber estado durante dos días estudiando otras materias en clase mientras yo explicaba la mía. No hay que negarle a la criatura espíritu crítico. Ojo, la nota media del niño, que en las próximas elecciones podrá votar, es de sobresaliente. Pese a todo, lo mejor de la enseñanza siguen siendo esas criaturas: inocentes, prepotentes, desgarbados, ilusos, protestones, comprensivos, altivos, vagos, trabajadores, llenos de granos, llenos de ilusiones, alegres, tristes, irresponsables. Y siempre buenos, aunque algunos, y sólo algunos, sean unos buenos pájaros.
Sí, querido Odyseo, educar para qué. Estas joyas que tú y yo conocemos tan bien, y que tanto queremos, no necesitan educación. La educación sólo tiene sentido, como bien señalas en tu añejo post, como forja de la excelencia. Pero si estos diamantes, unos pulidos y otros aún por descubrir, han llegado a considerar, o al menos así se lo han hecho ver, al modo de Leibniz, que éste es el mejor de los mundos posibles, y no cabe mayor excelencia, el esfuerzo y el valor para educar quedan sin sentido.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:00 PM | Comentarios (21)

28 de Noviembre 2006

Delicatessen

De un tiempo a esta parte, en los países en los que la mayoría tenemos garantizadas las lentejas, y en los que la clase proletaria del siglo XIX ha ido adquiriendo mejoras progresivas hasta convertirse en lo que hoy somos, -ya me gustaría saber qué somos de verdad-, han ido apareciendo una serie de prácticas que, sinceramente, a mi me producen cierta… Me refiero, por ejemplo, a esa afición que estamos adquiriendo a la hora de comer, o incluso de cocinar, de convertirnos en gourmet por decreto, por supuesto, por decreto de una sociedad absurda y del capitalismo más grosero. No es que tenga nada contra los gourmet y su intento porque todos aprendamos a apreciar el refinamiento en cuestiones referidas al comer y beber. Pero nuestro refinamiento lo queremos conseguir no a base de educar los sentidos sino por la vía del comercio. Hoy cualquiera puede ser un gourmet, basta con entrar en esos preciosas tiendas en los que sólo con leer el luminoso (El palacio de los licores, El rincón el gourmet, Delicatessen, etc) uno se transforma en especialista en vinos, licores y al mismo tiempo en arte, pues es cerrar la puerta de estos establecimientos y es como si uno entrara en un lugar sagrado, en un museo, en una catedral, donde uno nota como su espíritu se transciende hasta el éxtasis. Nuestra titulación en cuestiones del buen comer y buen beber es proporcional a la cantidad de euros que estamos dispuestos a pagar por los productos que se ofrecen en esos pequeños templos o capillas especializadas y en las que se da culto más que nada al dinero y a nuestra estupidez. Leía hace poco una definición de gourmet que rezaba más o menos así: “Persona que sabe apreciar la buena comida, el buen vino y las cosas buenas de la vida”. Me temo que a los gourmet de última hora no les gustaría para nada el último matiz de la definición, pues las cosas buenas de la vida no son susceptibles de comprarse y venderse con la misma facilidad. Yo propondría que existieran establecimientos donde los auténticos DELICATESSEN como la Verdad, el Bien, la Belleza, la Justicia, etc., se nos ofrecieran de manera atractiva, donde nos enseñaran a apreciar lo que significan, en los que nuestra sensibilidad fuese educada para distinguirlos de sus contrarios. Y por supuesto, donde nos enseñaran que la estupidez humana es grande y que un máster en la Vida no puede comprarse, por suerte.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:48 AM | Comentarios (13)

20 de Noviembre 2006

La existencia como problema

Tengo que haceros una confesión: tengo un problema, el problema de mi existencia. Desde hace bastante tiempo, además de vivir –materialmente hablando- que es lo que nos pasa a todos, mi vida se ha convertido en un problema, es decir, una vez que puede distinguir entre vivir y pensar sobre mi vida, los problemas me aparecieron a la hora de considerar cómo afrontar la vida. La existencia no sólo es problemática sino que además se convierte en un problema desde el momento en el que tenemos que decidir qué hacer y al considerar que en cada una de las elecciones que hacemos nos va la vida, nos jugamos la vida. Plantearse un modo concreto de vivir supone darse cuenta, tomar conciencia de que la vida puede ser vivida de varias maneras, que no todas son iguales y que elegir una implica perderse otras. Personalmente soy consciente de haber tenido que jugármela desde bien pequeño, que yo recuerde con siete años o incluso antes. Y a esa edad sentí no pocas veces la angustia que la libertad puede suponer. A veces incluso hubiera deseado no ser libre y que me obligaran a no serlo. Tiempo después me he dado cuenta hasta qué punto esas elecciones iniciales me pueden haber marcado. Sin embargo, nunca agradeceré suficientemente a aquellas personas que me obligaron a ser libre la enseñanza que aquello supuso para mí, sobre todo sabiendo que ellas también se jugaban su vida en aquellas decisiones, y que eran sobre todo ejercicio de la generosidad que sólo el amor auténtico es capaz de ofrecer.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:01 AM | Comentarios (10)

13 de Noviembre 2006

El álamo amarillo

Sucedió un día de otoño caminando por la Casa de Campo. Creo recordar que estaba nublado y el ambiente era húmedo; podía percibir con toda claridad el acuoso perfume de las plantas flotando por todas partes, creando una atmósfera particular. El gris del cielo armonizaba perfectamente con el verde perenne de los pinos, el ocre del camino que seguía y los tonos amarillentos de los álamos y los fresnos. Los troncos de las encinas y algunos otros árboles, jaspeados de caleidoscópicos líquenes, impresionaban mi vista y remataban magníficamente el cuadro.
Caminaba despreocupadamente, me dejaba llevar por mis pasos, muy relajado; casi me parecía flotar. Iba como suspendido, expandiéndome en la visión que el paisaje otoñal me ofrecía. No pensaba, sólo percibía. Los pensamientos no se interponían en mi percepción; más bien, me observaba a mí mismo pasear a través de este jardín y me sentía incluido en él.
De pronto me encontré frente a un gran álamo amarillo. Algo pareció abrirse en mí y la visión dejó paso a la experiencia desnuda. ¿Cómo describirlo con este burdo lenguaje? Veía el amarillo de las hojas de una manera directa. Experimentaba el amarillo y la belleza natural de aquel árbol de un modo nuevo y desconocido. Sentía alegría pura, sin motivo alguno, sin explicación. Era algo grandioso y desnudo de conceptos, totalmente espontáneo. De algún modo yo mismo participaba de aquella belleza, no era simplemente un objeto del que mi visión pudiera gozar. Era como si un velo, normalmente cerrado entre las cosas y yo, se hubiera abierto y las viera como realmente eran por primera vez. No las juzgaba en modo alguno; sólo las veía.
El árbol estaba ahí, siempre estuvo ahí; pero yo lo veía por primera vez. No tengo por qué extenderme en más detalles, no es cuestión de hacer literatura. Supe entonces que, normalmente, percibo el mundo no como es sino como yo soy capaz de verlo en cada momento, según mi estado emocional o intelectual. En realidad, lo que suelo percibir no es más que el reflejo de mi estado interior. Veo las cosas, las situaciones, todo, a través del velo de mis sentimientos y mis pensamientos y, de algún modo, a cada instante creo el mundo y lo percibido según mi conveniencia.
No veo la verdad de las cosas sino la proyección de mis ficciones. Entonces, el mundo es una inmensa pantalla donde creo ver lo que tomo por real.


El Rival de Odyseo

(Del relato filosófico titulado "El álamo amarillo". de Xavier de Tusalle)

Escrito por odyseo a las 6:37 PM | Comentarios (7)

7 de Noviembre 2006

Desencanto de la política

Como bien sabéis los que por este Viaje os dejáis ver, llevo ocupándome durante más de un año de la sección El guiño de la lechuza. Me parece que sólo en una ocasión le dediqué unas líneas a la política. Incluso creo recordar que mi querido editor tuvo a bien felicitarme por atreverme a hacerlo. Tengo que reconocer que en principio no tengo –o mejor dicho, no tenía- nada contra la política. Es más, mis intereses por esas cuestiones fueron tempranas, -aún me recuerdo, siendo un mocoso, sentado en las piernas de los mayores en casa viendo La Clave, programa en el que la problemática política aparecía a menudo, como bien sabéis los que ya habéis dejado en la cuneta la cuarentena-. Pero desde hace unos diez o doce años he caído en una apatía progresiva que cada vez me cuesta más superar. Y desde luego, viendo como se desenvuelven los acontecimientos y el poco respeto que los responsables de la “cosa pública” tiene por la ciudadanía, temo que la enfermedad se puede cronificar. Los últimos días nuestros queridos políticos están que se salen: El señor Piqué culpa a la COPE de su fracaso en las elecciones catalanas. Ante el triunfo –porque éstos si han ganado- de Boadella y compañía en las mismas elecciones, y de la manera en que les ha sacado los colores a todas las demás formaciones políticas el “antipático” Bufón, no tienen otra ocurrencia mejor que compararlo con el GIL marbellí. Y por si fuera poco, nuestro gracioso e irresponsable presidente de Gobierno señor (jajaja) Zapatero, haciendo las Américas cual folklórica decandente o novillero meritorio se despacha con unas palabras que sólo un sinvergüenza se atrevería a pronunciar, señalando que más muertos produce el cambio climático que el terrorismo. Que digo yo, que para qué queremos elecciones, más que para gastar dinero y hacernos creer que somos libres sin serlo. Pues si la COPE hace perder votos al PP, y como señala hoy Agapito Maestre, El Mundo y Libertad digital se los hace ganar a los Cuitadants, qué necesidad tenemos de estos trileros desvergonzados. (Lo de la corrupción de los trincones de unos ayuntamientos u otros, de unos partidos u otros, es pecata minuta al lado de lo anterior, a mi modesto entender).
Llevaba una temporada haciendo el esfuerzo por intentar ponerme al día sobre los avatares de la política, pero con estas tres perlas que he cogido al vuelo con sólo asomarme de lejos al ruedo patrio, creo que dejaré pasar al menos otros diez años para ver si me recupero o desaparecen del panorama estos farfulleros de pacotilla. No me merece la pena, mi salud ya no resiste según qué cosas.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 11:34 AM | Comentarios (8)

30 de Octubre 2006

Relaciones humanas

Muchas veces las grandes esperanzas terminan en aún más grandes decepciones. La gran esperanza que suponía la defensa del hombre y la confianza en sus capacidades propuestas por el Renacimiento, ha conducido a una visión del hombre solitario, individualista y orientado hacia el conocimiento del mundo con la pérdida del hombre mismo, pues cada una de las situaciones alienantes e injustas del hombre actual suponen el fracaso del hombre entero. A base de mirar a la Naturaleza como lugar de ubicación del hombre, -que ciertamente lo es, pero no sólo-, hemos terminado por perder de vista que la fundante relación del hombre, no es con la Naturaleza sino con los demás hombres, a los que no podemos reducir a simple experiencia o saber –como hacemos con las cosas- sino que son sobre todo “lugar de encuentro y diálogo” (M. Buber). La verdadera relación dejó de ser la relación con Dios (Edad Media) para pasar a ser la relación con la Naturaleza. Y tanto a una como a otra le faltaba la relación humana por excelencia, que es la relación con los demás hombres. La presencia de los otros es totalmente distinta a la presencia de cualquier otra realidad, ya que su certeza es innegable y su ser no se agota en ser conocido o pensado por nosotros. Pero el reconocimiento del otro deber de ser fundamentalmente ético, y esto quiere decir reconocerlo en el mundo, no como una mera abstracción sino como una realidad viviente, y por tanto, necesitada. “Mi existencia está ligada a la llamada del otro que quiere ser alguien delante de mi, o que me invita a ser alguien delante de él” (Levinás). Esa es nuestra gran responsabilidad: que nuestras relaciones sean verdaderamente humanas, es decir basadas en la bondad y la justicia. Vamos, justo justo, lo que se lleva.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:16 PM | Comentarios (13)

16 de Octubre 2006

Escucha y dime qué sientes

Abrazando la tristeza ...es el título de un tema del último disco de Fito y los Fitipaldis. Me parece una joya de canción. Logró moverme, y no precisamente por su ritmo, desde la primera vez que la oí. Es una de esas composiciones en las que no falta ni sobra nada, en la que la música habla, el texto emociona y el conjunto resulta conmovedor. Y en la que, pese al dramatismo que refleja, deja una puerta abierta a la esperanza en un triste verso que bien pudiera haber dado título al disco entero: "...menos mal que con los rifles no se matan las palabras".

Escuha y dime qué sientes
(escuchar la canción)

El rival de Odyseo


Escrito por odyseo a las 1:49 PM | Comentarios (17)

9 de Octubre 2006

¿Por qué te quejas?

Si llevas las velas recogidas, ¿por qué te quejas de no tener buen viento que te impulse?
Si llevas enrollada tu bandera, ¿por qué te quejas de que los demás no se contagien de tu verdad?
Si te sientas a la primera piedra, ¿por qué te quejas de quedar siempre en medio del camino?
Si a la hora de la tempestad desistes de llevar el timón, ¿por qué te quejas de tantos tumbos y de tanto andar a la deriva?
Si a la hora del dolor emponzoñas y ahondas la herida, ¿por qué te quejas de no poder cicatrizarla?
Si lo que transmites es inquietud y desazón, ¿por qué te quejas de quedarte cada día más solo?
Si a la hora de cooperar te encierras en tu concha, ¿por qué te quejas de que el oleaje te pase por alto y barra contigo?
Si a la hora de conocer y servir a Dios te apartas de Él, ¿por qué te quejas cuando te suelta de la mano?
Si a la hora de hacer un recuento estás inconforme, ¿por qué te quejas si no has sabido vivir?
¿Por qué te quejas, por qué?.......

Tomado de Internet. (Siento no recordar la fuente)

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:58 PM | Comentarios (7)

2 de Octubre 2006

Lactancia materna

¿Pero qué ven mis ojos? ¿Una concentración de mujeres a pecho descubierto amamantando a sus churumbeles en plena vía pública? ¡¡¡Qúe ternura!!!
¿Pero qué oyen mis oídos? ¿Qué han declarado la semana de la lactancia materna o algo por el estilo? ¡¡¡Qué idea!!!
La idea, como cualquier otra, puede ser considerada de maneras distintas. Me imagino que, escuchada por una feminista recalcitrante, vería en ella un síntoma evidente del renacer de una moral neoconservadora que invade espacios conquistados por la mujer en pos de una liberación que parece no interesar a los hombres, que ven peligrar su hegemonía progresivamente, y por tanto, el recomendar la lactancia materna supone una “esclavitud” para la madre mientras el partener se escaquea de ciertos menesteres para los que la Naturaleza no le ha dotado –si es que a los ojos de la susodicha, le ha dotado para algo-. Por supuesto que esto es pura ironía, aunque habrá quien no lo considere así. Pero lo que me ha llamado la atención de verdad son las razones que se esgrimen para tal recomendación: “...Es sana, ecológica y económica”. No hay que ser un lince para dar semejantes argumentos que, siendo ciertos, me parecen tan fríos como lo son los paritorios –al menos algunos- en los que acogemos al recién nacido en su llegada a este mundo. La verdad es que no tengo un conocimiento detallado de la noticia, pero, al menos como yo la escuché, en ningún momento se nos ha dado como argumento en que apoyar dicha campaña la importancia que puede tener para el desarrollo futuro del lactante el contacto con la piel de la madre; la transmisión, no sólo de nutrientes materiales, sino también afectivos que tan necesarios son en el crecimiento del ser humano, así como que es un momento privilegiado para el aprendizaje de los primeros rudimentos de la comunicación humana. Sin entrar en otras consideraciones, en absoluto me parece descabellada la idea de semejante campaña, pero si tan preocupados están las autoridades pertinentes de nuestra alimentación desde la cuna no deberían olvidar que “no sólo de pan vive el hombre”, y que la alimentación y la salud abarca otros aspectos del ser humano que ellos parecen desconocer. ¿Acaso se han parado a pensar cuál es el alimento espiritual que ofrecen a los más jóvenes en esa teta de “taitantas” pulgadas con pezón a distancia que tan diestramente manejan los polluelos? Teniendo en cuenta que la imitación es una de las principales formas de aprendizaje, ¿Han considerado alguna vez cuáles son los modelos que ofrecemos a esos niños en nuestra sociedad? Tal vez, los valores que estamos inculcando a nuestros hijos nos conducirán precisamente a que no logren el destete nunca. Una cosa parece que no terminan de aprender –y no por culpa suya- nuestras generaciones más jóvenes, y es que no se puede estar toda la vida tirando de la teta.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 8:09 PM | Comentarios (9)

25 de Septiembre 2006

¿Todo es relativo?

Cada día parece más habitual la consideración de que “todo es relativo”. Siempre, en mayor o menor medida, hemos pensado que las circunstancias concretas, la situación personal, el contexto (social, político, cultural, etc.) hacían entendibles y justificables “determinados” acontecimientos, sucesos o formas de proceder. Pero hoy podemos sustituir el determinados por el todos. No es cuestión de refutar teóricamente el relativismo, sino de analizar las consecuencias que puede tener, en el acontecer diario, mantener postura tan aplaudida en nuestros días. Sostener el relativismo de forma general supone la justificación de cualquier “cosa” y dar entrada subrepticiamente al egoísmo más generalizado, pues implicaría prácticamente la imposibilidad de la aceptación de ningún principio o norma que regule la vida en sociedad. Si la convivencia es posible de una forma pacífica, al menos en parte, es porque se aceptan o se nos imponen ciertas normas que se suponen preferibles para todos, independientemente de los individuos, los momentos o las situaciones a considerar. El relativismo es peligroso porque supone, en gran medida, que todo vale, incluso cuando lo hace el otro y me perjudica. En ese momento, es decir, en el momento en el que lo que hace el otro me perjudica, es cuando el relativista reclama en su auxilio la ley, el derecho, por supuesto, olvidándose del derecho que tienen los demás a ser tan relativista como él. El contexto, la situación o las circunstancias pueden llegar a explicar muy “coherentemente” cualquier acto humano, por salvaje que nos pueda parecer. Por supuesto que no todo puede ser blanco o negro y que hay muchas gamas de grises. Lo que me llama la atención es que el fondo de armario de nuestro espíritu esté lleno de grises pero que en el fondo de armario del vecino, con el que a veces compartimos incluso la lavadora donde todo lo lavamos, sólo admitamos el blanco inmaculado o el fúnebre negro. A esto lo mal-llaman –relativamente- en mi pueblo, la ley del embudo, pues una ley que se preciara de tal, merecería comparación más noble.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 1:48 PM | Comentarios (10)

18 de Septiembre 2006

Cuestión de tamaño

Admitir que en el mundo tiene que haber de todo parecía una perogrullada hace tiempo, pero da la impresión de que hoy esto no parece tan evidente, incluso a nivel astronómico ya vemos como le ha ido a Plutón por no dar la talla. Por supuesto que en el mundo hay de todo, pero la forma de considerarlo y los criterios que utilizamos para ello tiene como consecuencia que la parte menos vistosa o espectacular quede al margen de lo considerado real. En las grandes cifras de la macroeconomía no aparecen nunca los sacrificios, la entrega y el esfuerzo de aquellos que hacen posible todos esos informes y que no son otros que los abnegados ciudadanos y trabajadores. Por no hablar de esa “insignificancia” numérica que son las dos terceras partes de la población mundial cuya “grosera” preocupación es buscar qué llevarse a la boca cada día. Hace años aparecía una noticia cuyo titular rezaba más o menos así: “La obesidad será una enfermedad mundial en los próximos años”. ¿Para qué mundo? me pregunto yo, cuando la mayoría del mundo muere de hambre. Nuestros políticos no ignoran esa realidad, y en la línea que venimos señalando, ante ello se conforman con grandes discursos, efectistas foros de debate pero nulos, y efectivos gestos que palíen la situación. Los criterios que regulan nuestras relaciones interpersonales a veces parecen obedecer también a esa ley que busca sobre todo impresionar, confundiendo no pocas veces la ética con la estética, donde pesa más el rubí, la esmeralda o el topacio el día de la madre o de los enamorados, por poner un ejemplo, que la mirada cálida y el sacrificio doméstico en el caminar diario. Y qué decir si nos referimos a otros ámbitos como los de la cultura, en los que la tiranía de los números, ventas, inversiones, etc, han sustituido el significado genuino del término. La penúltima corrupción de la misma es la utilización del lenguaje, elemento cultural por excelencia, en el que caben expresiones tan absurdas como “metrosexual” para referirse a no sé que condición y medidas. Tengo la impresión de que mi reino no es de este mundo, tan grande todo él.

El rival de Odyseo

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11 de Septiembre 2006

La condición humana

Si algo ha ocupado a los hombres a lo largo del tiempo ha sido intentar encontrar una respuesta al misterio que supone su propia forma de ser. La condición humana ha sido definida de muchas formas, seguramente todas ellas ciertas, aunque parciales. Tal vez cada ser humano sea un resumen de la especie humana, tanto de sus logros como de sus posibilidades, así como de sus miserias. Y sin embargo, el cómo se sitúa cada uno ante esa realidad es precisamente lo que nos hace al mismo tiempo tan iguales y tan distintos, y lo que nos lleva a pensar que sea perfectamente lícito hablar no de una sola condición humana sino de varias, en función de cómo realicemos esa supuesta misma naturaleza. Un vistazo a nuestro entorno más próximo nos permite apreciar hasta en los detalles más pequeños, estas condiciones tan diversas. Perplejo se queda uno al contemplar las formas tan distintas de comportarse de individuos -¿todos humanos?- en un atasco de tráfico cuando acudimos al trabajo por la mañana, así como ante el recibimiento tan dispar por parte de nuestros compañeros de faena, o cuando en nuestro equipo de trabajo encontramos seres de todos los pelajes, desde aquel que tiene que tenerlo todo planificado al otro que lo deja todo para última hora, o aquel que tiene que dirigirlo todo frente al que no tiene iniciativa alguna. No digamos ya cuando, al final de la dura jornada laboral, tenemos que hacer cola en la pescadería y con lo que allí nos vamos a topar. Agotado ante la constatación de tanta diversidad, acude uno al hogar, -dulce hogar- esperando encontrar descanso y sosiego en lo que se supone más afín, pero no has puesto los pies en el felpudo de la puerta y la perplejidad se convierte en inquietud cuando compruebas que “los tuyos” parecen extraterrestres cuando tú, que no dejas nada en el plato, oyes por todas partes “esto no me gusta”, cuando tú, que perteneces a aquella generación de “antes la obligación que la devoción”, constatas que nadie tiene obligaciones y que las devociones adquieren la condición anterior, cuando tú, que te tomas en serio la educación de tus hijos y no les pasas ni una, observas que tu compañera, que se la toma con la misma seriedad se lo consiente todo. Para poner fin a una agotadora semana llena de perplejidades decides tomarte el Sábado y el Domingo con tranquilidad disfrutando de la música, los libros, etc., y mientras intentas gozar de un feliz sueño otros intentan gozar de la calle con sus ruidosos ciclomotores, mientras te abrazas a un cuerpo amigo a la luz de la luna otros han decido apalear un cuerpo enemigo a luz del neón.
Lo peor de todo, o lo mejor, según se vea, es que cualquiera de nosotros, en cualquier momento, puede reconvertir su condición y considerarla igualmente humana. ¿Pero lo sería, en realidad?

El rival de Odyseo

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4 de Septiembre 2006

Sindrome postvacacional

Mañana comienza mi vuelta al trabajo después del merecido descanso estival y la verdad es que me veo como un bicho raro, al menos si hago caso de las encuestas y noticias que año tras año aparecen por estas fechas: aquellas que hacen referencia a la llamada depresión postvacacional. Yo pensaba que después de la depresión postmundial de fútbol los españoles quedaban vacunados contra cualquier otro acontecimiento que pudiera provocar todo ese complejo conjunto de síntomas que suponen la vuelta al trabajo para unos y al colegio para otros. Pues no, no sufro el famoso síndrome. Y la verdad es que empiezo a estar preocupado, porque pese a ser un gran futbolero, tampoco pillé el del Mundial. ¿Estaré enfermo?: ¿Un enfermo que disfruta de su trabajo? ¿Un enfermo que goza practicando deporte regularmente, -pese a perder siempre-, y que los triunfos de Casillas, Pujol, Torres y compañía le traen sin cuidado? No quiero frivolizar la cuestión, pues imagino que hay casos en los que existen motivos para encontrarse en la situación mencionada. Pero esto me lleva a pensar que algo va mal, cuando, al parecer, es tan generalizado. Algo va mal cuando el trabajo, que debería ser una fuente de realización personal como ninguna otra, y por tanto una herramienta de plenitud, se convierte en motivo que desequilibra, que causa malestar, que nos hace enfermar. Algo va mal cuando muchas de estas personas resulta que, según las mismas encuestas, tampoco disfrutan de sus vacaciones como sería deseable. Qué decir de aquellas personas que, según parece, además de enfrentarse al trabajo, además han de enfrentarse a un divorcio o una separación como consecuencia de un “verano movidito”.
Recomiendan los expertos, para evitar tan trágico momento, no pasar bruscamente de las vacaciones al trabajo y dejar unos días de transición de un momento a otro, o si esto no fuera posible, continuar con algunos hábitos veraniegos, -como el vermut del mediodía, las cervecitas de por la tarde o las copas de por la noche-, durante las primeras semanas de trabajo. Como estoy realmente preocupado por mi salud, y no quiero caer enfermo, yo pienso mantener estos hábitos durante todo el año. Incluso para evitar el divorcio un año más, este verano he mandado a mi santa durante un mes a Alemania para que me trajera la auténtica cerveza que garantice nuestra unión. Os lo recomiendo, con esto evitaréis también a la suegra.

El rival de Odyseo

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10 de Julio 2006

¿Héroes?

Acabó el mundial de fútbol e independientemente del resultado final y de nuestras simpatías por unos u otros, todavía en caliente, la sensación de tristeza que invade a los aficionados al fútbol no es pequeña, pues el “mago del balón”, un tal Zinedine Zidane, -¿os suena?- ha sido expulsado a pocos minutos del final por una acción claramente antideportiva. La verdad es que la idea que tenemos de él como una persona humilde, cordial, buena gente, que diríamos, choca con lo que hoy, y otras veces, le hemos visto hacer en un campo de fútbol. Es unánime la opinión de los comentaristas deportivos de que no se merecía acabar así su carrera deportiva. Pero ¿por qué?: me pregunto yo. Con demasiada frecuencia olvidamos que estos individuos son humanos, a veces demasiado humanos, que no son héroes al modo clásico de considerarlos, como nacidos de dioses, y por tanto considerados más que hombres y cuasi divinos. No, no son dioses, por más que algunos se lo crean u otros muchos así les consideren. Tendríamos que preguntarnos también porqué se ha llegado a esa situación, cuál es la hazaña o virtud por la que estas personas ocupan el Olimpo no sólo futbolístico. Detrás de todo esto hay, entre otras cosas, una consideración de la virtud muy sui géneris, y que personalmente no comparto. Estoy más próximo a aquella idea de M. De Fontaine para el que “la virtud no consiste en hacer grandes cosas, sino en hacer bien las pequeñas, su grandeza no se ejercita en lo grande, sino en lo mediocre”. La grandeza del señor Zidane en lo futbolístico no admite discusión, pero para consagrarse, para convertirse en un héroe de verdad, hoy le ha faltado una cosa muy sencilla, aparte de ganar, que era lo de menos. Le ha faltado hacerse el sordo. Pero bueno “el mejor escribano hace un borrón”.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:32 AM | Comentarios (12)

3 de Julio 2006

Evaluación final

Hace ya casi ocho meses que Odyseo me metió en este lío de la blogosfera y en la tesitura de tener que escribir todos los lunes un artículo. Tengo que reconocer que no siempre me ha resultado fácil esta pequeña tarea. Antes de ponerme a ella siempre me he planteado qué podía resultar de interés para uno lectores “desconocidos” para mi. Al final, casi siempre, he escrito sobre lo que a mi me interesaba. Hoy, después de todos estos meses, a veces soy capaz de identificar vuestros comentarios antes de conocer al autor del mismo. Cada uno de vosotros, los asiduos a este lugar, habéis logrado dejar vuestra huella de manera significativa con cada apreciación, sugerencia, apostilla, reflexión e incluso con vuestra forma de expresaros. Siempre me he planteado qué puede ser aquello que, a personas tan dispares en edad, ocupaciones, lugares de procedencia, etc., les haga ponerse a pensar, a reír o a emocionarse conjuntamente. Creo que aparte de hacerme replantear muchas cuestiones, esta lechuza de los lunes, también ha supuesto para mí un”encuentro” inimaginable con una serie de personas que de una forma u otra han colaborado en un conocimiento más apropiado de mí mismo. Siempre he considerado que los demás representan para nosotros un espejo que refleja lo que somos, y en este sentido, vuestra ayuda es impagable. Estamos a final de curso, pensando ya en las vacaciones, y es el momento de evaluar, de considerar qué ha supuesto cada una de las cosas que nos han pasado, y en este sentido, el “guiño de la lechuza” ha sido para mi un medio de conocimiento de realidades distintas a las mías, que va más allá de lo que en un principio podía suponer, aportando cada una de ellas un matiz, un color y una perspectiva que me han permitido fundamentalmente dos cosas: en primer lugar, el saber que no estoy solo en el mundo, que los demás existen, y que incluso a veces a esos otros les puedes importar, en la medida que sea. Y en segundo lugar, el conocer que pese a la diversidad, tan enriquecedora por cierto, hay un núcleo común que nos identifica y nos unifica y que es el que nos permite poder ponernos en el lugar del otro. Gracias a todos.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 11:09 AM | Comentarios (21)

26 de Junio 2006

El rey y su maestro

Cuando era pequeño, el príncipe Cosroes tenía un profesor que consiguió hacerle destacar en todas las asignaturas que estudiaba. Una tarde, el maestro, aparentemente sin motivo, lo castigó con toda severidad.Años más tarde, Cosroes ascendió al trono. Una de sus primeras providencias fue hacer llevar frente a él al maestro de su infancia y exigir una explicación por la injusticia que éste había cometido.- ¿Por qué me castigaste sin merecerlo, preguntó.- Cuando vi tu inteligencia, supe que heredarías el trono de tu padre, respondió el antiguo profesor. Y decidí mostrarte cómo la injusticia es capaz de marcar a un hombre para el resto de su vida. Como ya sabes lo que eso significa, espero que jamás castigues a nadie sin motivo. (Selección Alfonso Esponera)

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:12 AM | Comentarios (15)

12 de Junio 2006

¿Y tú de qué te admiras?

Si es verdad aquello que dice el viejo Aristóteles de que la Filosofía tiene su origen en la admiración, tengo que reconocer que he tenido un día la mar de filosófico. Mi admiración, y asombro, comenzó a las 7:15 de la mañana cuando mi radiodespertador sonó en distinta emisora que lo hace habitualmente, y siguió, pero ahora teñida de decepción, cuando pude comprobar en las noticias que emitía que los medios de comunicación siguen sin saber contar, pues no se ponen de acuerdo sobre el número de manifestantes que asistieron a la concentración habida ayer en Madrid. Admiración y cabreo se dieron conjuntamente cuando oí las interpretaciones tan distintas que esos mismos medios han dado a los móviles de la manifestación y quiénes eran los auténticos protagonistas de la misma.
Para aliviar tensiones, a media mañana me fui a jugar un partidillo de fútbol. Pero mi admiración crece y de qué manera: ¿Cómo es posible que lo que se supone gente deportista, sana, padres de familia casi todos, entre los cuales encontramos profesionales de la banca, profesores de universidad, arquitectos, etc. puedan ponerse a discutir entre ellos porque no se pasan la pelota uno a otro, “pues me enfado y me voy”, porque “ tú eres un señorito y no corres”, o que se crean con derecho a decirle lo que les sale de las narices al árbitro porque el hombre cobra 12 €? Y todo esto a casi 35ºC.
Hemos sudado un rato, que es de lo que se trata, al menos para algunos, y sobre todo hemos cogido fuerzas para seguir admirándonos, en esta caso ante la capacidad de aprendizaje de los españoles, y digo españoles incluidos los ciudadanos gallegos, del País Vasco, Cataluña, andaluces, etc. pues si no, no se explica cómo el país entero puede casi paralizarse a eso de la una del mediodía y ponernos delante del televisor a discutir sobre circuitos Mc Laren o Renault, pole position, chicanes, neumáticos michelin o firestone, etc., términos que hace no más de dos años tenían una oscuridad cuasi metafísica; y sobre todo olvidarnos del Statut, planes Ibarrextes, Rajoyes, Zapatones y demás animales del “corrá de o pᔠpara que un coche azul pase primero la línea de meta.
Ya tocaba un “poquito de por favor”, pero no, como el día salió como salió, a admirarse toca, ahora ante la fuerza, tesón, concentración y capacidad de superación de un mallorquín veinteañero que se dedica a pasar la pelota por encima de una red, y que dicen es el nº uno en “tierra batida”.
Con un domingo así, y al caer la tarde, que no el calor, la lechuza me hizo su guiño semanal: papel, bolígrafo y a escribir. Pero la gran admiración estaba por llegar. Cuando me estoy ocupando del artículo de hoy, una “mocosa” de seis años me pregunta:
-¿Sobre qué estás escribiendo?.
-De Filosofía.
-¿Y eso qué es?.
-Ehhhh, pues, cómo te diría, hacerse preguntas un poco “raras” y que no siempre tiene una respuesta fácil.
-Pues entonces yo también hago Filosofía, pues no logro saber como cada vez que me caigo se me rompe la carne, y además con sangre, y no el pantalón, que es lo que roza el suelo.
-NO SALGO DE MI ASOMBRO.

El rival de Odyseo.

Escrito por odyseo a las 4:05 PM | Comentarios (10)

5 de Junio 2006

Yo no entiendo a la gente grande

Yo no entiendo a la gente grande…
Porque tapa la luz del Sol. Quitan las flores de las plantas para dejarlas marchitar en un jarrón y enjaulan a los pajaritos. Porque han pintado todas las cosas de gris y han llenado el cielo de antenas y chimeneas.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque se creen importantes, por el solo hecho de ser grandes. Porque no me dejan caminar descalzo, ni chapotear en la lluvia. Porque me compran juguetes y no quieren que los use porque se rompen.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque le han puesto nombre difícil a las cosas sencillas. Porque se pegan entre ellos o pasan la vida discutiendo. Porque quieren empleos importantes y pasan la vida sentados en sillas.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque no sienten el placer de perder el tiempo mirando alrededor y son incapaces de dar vueltas en un carrusel. Porque cuando me porto mal me amenazan con una inyección y cuando me enfermo, me dicen que una inyección me va a poner bien.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque quieren que coma con horarios y no cuando tengo hambre. Porque cuando pregunto algo no me contestan, porque soy muy chico y cuando pido un chupete, me dicen que soy un grandullón.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque siempre se hacen los lindos o serios. Porque dicen mentiras y ellos mismos no se las creen.
Porque cada vez que mienten me doy cuenta y sufro mucho.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque me dicen miedoso y ellos me hablaron de cuco y fantasmas. Porque me piden que sea buenecito y me regalan para jugar, revólveres, dardos, flechas y escopetas. Porque han llenado la casa de cristales, porcelanas y cosas que se rompen y ahora resulta que no puedo tocar lo que veo.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque perdieron las ganas de correr y saltar. Porque olvidaron las cosas que tanto les gustaban de chicos. Porque hasta para reírse la piden permiso al reloj.
Yo no entiendo a la gente grande…
Porque cuando hago algo malo, me dicen: "no te quiero mas" y tengo miedo de que me dejen de querer en serio. (“Fábulas para pensar” Midix Space)

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:19 AM | Comentarios (14)

29 de Mayo 2006

La resaca de la lechuza

Como todos sabéis este espacio de los lunes lo titulamos el “guiño de la lechuza”. Pues bueno, ayer por la noche la lechuza salió, pero no como todas la noches, pues se puso gayumbos nuevos y se largó de fiesta. Ya tocaba. Y regresó como siempre, al amanecer, aunque no como siempre que salía de fiesta, y es que el calendario no perdona ni a las lechuzas.
Quien más quien menos ha sufrido alguna vez una resaca, es decir, la aparición de un conjunto de síntomas -¡puñeteros síntomas¡- al día siguiente de haber bebido demasiado, y no precisamente refresco de limón, amigo, como si fuese un tributo que tuviéramos que pagar por haber cometido un exceso. Pero es frecuente la generalización que hacemos del término resaca a otros aspectos de la vida cuando se ha producido un hartazgo que, lejos de habernos dejado satisfechos, cuando se han pasado los efectos anestésicos de la borrachera, nos produce un sentimiento de tristeza e incluso de destrucción. Suele ocurrirles a aquellos que han ocupado un lugar destacado en la sociedad por el motivo que fuera, sometidos al halago permanente. Pero en mayor o menor medida casi todos hemos padecido alguna vez esa situación –en la primera y, en muchos casos, última comunión, en nuestra boda, en nuestro trabajo, etc-. Y digo padecido, con todo sentido, pues el exceso del reconocimiento, el halago desmedido, la proliferación de besos, de fotografías, autógrafos, etc. puede llevarnos a una borrachera que haga que nuestros pasos antes firmes, se conviertan en torpes, nuestra visión justa en inadecuada y nuestra percepción sana en patológica. Pasada esta embriaguez, la resaca juega un papel importante y sanador incluso, pues de alguna manera nos hace poner los pies en el suelo, el suelo del dolor, del dolor por lo perdido, en este caso la euforia que da el prestigio, la fama, el halago, la juventud, etc. El tratamiento de esta resaca del alma es tan sencilla como la del cuerpo. Fundamentalmente dejar que pase el día, reposo, abstenerse de todo aquello que ocasionó el exceso del día anterior, nunca intentar “quitar una resaca con otra”, pues sería ir de dolor en dolor, de tristeza en tristeza, de vacío en vacío, e implicaría estar siempre fuera de sí, que curiosamente es la situación que muchas veces buscamos, pues el estar “ensimismados”, con nosotros mismos, supone un síndrome de abstinencia difícil de soportar.

La lechuza beoda.

Escrito por odyseo a las 6:07 PM | Comentarios (21)

22 de Mayo 2006

¿Qué harías tú?

Existen numerosos dilemas en los que entran en conflicto la legalidad (leyes aprobadas por los parlamentos legislativos y, por tanto, vigentes en un Estado) y la legitimidad (lo que es justo en sí mismo, independientemente que las leyes jurídicas lo autoricen o no).
Por ejemplo, negarse a pagar impuestos en un Estado corrupto (en el que o existan dudas de que los gobernantes y los altos funcionarios se apropian continuamente de dinero público) parece una actitud legítima, aunque sea claramente ilegal.
En el caso de ser ciudadano de uno de estos Estados, ¿te negarías a pagar los impuestos como forma de protesta y testimonio públicos, aunque debido a ese hecho te pudieran caer sanciones económicas e incluso penales? ¿O preferirías pagar lo que te corresponde, diciéndote a ti mismo que tú quieres vivir tranquilo y que al fin y al cabo nada puedes hacer contra esa corrupción?
Dada la misma situación, ¿mentirías en tu declaración o no declararías determinados ingresos a Hacienda, argumentando que todos roban y que, por tanto, es legítimo que tú también lo hagas?

(Tomado de Internet: www.iesmurgi.org)

El Rival de Odyseo


Escrito por odyseo a las 12:17 PM | Comentarios (21)

15 de Mayo 2006

Se abre el telón: Arriba el Bufón

Siempre he sentido gran admiración por los bufones, esos personajes agudos, ingeniosos, mordaces y dotados de una gracia especial que hacen reír pero que también son capaces de decir a la cara lo que todo el mundo piensa y nadie se atreve. Como dice Francisco Umbral, el bufón moderno es el intelectual, que actúa contra el poder arrojándole palabras como ladrillos o carcajadas como sentencias de muerte. En nuestro país es posible encontrar todavía algún bufón al modo antiguo de considerarlo y no exento de la connotación moderna. Es el caso de Albert Boadella y la inicativa política que representa. No conozco mucho su obra. Leí su libro Memorias de un bufón mientras estaba convaleciente de una intervención quirúrgica y me hizo pasar el trago con otro talante. Y ahora, en estos momentos, en los que políticamente me he convertido en un descreído y un escéptico casi total, veo su propuesta –junto con otros compañeros de viaje- de crear un partido político, con cierta ilusión. Seguramente pocos como él están tan autorizados hoy para poner en duda nuestros valores, el conformismo imperante y decirle a los responsables políticos actuales que mienten como bellacos, y que abusando de la confianza depositada en ellos por gente de buena voluntad no permiten que otros puedan expresarse, y que sólo ellos, desde el lugar privilegiado que les hemos concedido puedan hacer uso de la palabra y por tanto influir en la sociedad. Ciertamente veo con simpatía la propuesta de Boadella, Aracadi Espada, Félix Azúa y compañía. Fundamentalmente porque, a mi corto entender, la izquierda ha entrado en barrena y creo que es necesaria una formación política de izquierdas como alternativa no sólo a los partidos políticos nacionalistas sino a la izquierda nacional, un partido que sea integrador y formado por personas más comprometidas con la verdad que con las siglas. El señor Boadella, que tan bien visto estaba por la izquierda , con la que incluso coqueteó en épocas pasadas –aunque más de uno de sus responsables le defraudara, como él mismo cuenta en sus memorias- veremos a ver si no pasa a ser considerado el mismo demonio -reconvertido en fachorro- en cuanto empiece a restarle votos al señor Zapa y su tropa. Porque una cosa es animar la fiesta cantando coplillas y otra muy distinta que el bufón se convierta en rey y nos joda el tinglado. Esperemos, por la salud política de nuestro país -¿ o nación?, yo qué sé- que la cosa cuaje y no se quede en una bufonada.

El rival de Odyseo.

Escrito por odyseo a las 10:13 AM | Comentarios (12)

8 de Mayo 2006

El futuro

Tenemos próxima la celebración del día del padre y caliente aún el de la madre. La preocupación de todos los padres ha sido siempre la vida de sus hijos y fundamentalmente su futuro. Al fin y al cabo su presente preocupa menos pues siempre se puede estar ahí para cumplimentar sus necesidades. Pero el futuro se presenta hoy a nuestros ojos marcado fundamentalmente por la incertidumbre e incluso el catastrofismo. Hace tiempo que nuestra confianza en el futuro desapareció, pues dicha confianza venía de la mano de un valor aparecido en la Ilustración, el valor del progreso, que hoy está también en entredicho. Durante el mencionado periodo, el progreso humano se interpretaba como un proceso de racionalización constante que serviría para poder liberarse de la superstición religiosa o del gobierno irracional y de esta forma rectificar el curso de la Historia. Pero hechos como el terrorismo internacional, las armas de destrucción masiva, la contaminación industrial, el control de la información, el fanatismo religioso, los nacionalismos extremos, etc. no son obra precisamente de esa esperada racionalización. Más bien parece que nos hemos quedado sin porvenir y lo que se evidencia ante todo es una desconfianza total en el futuro. El optimismo de hace unos siglos en que el progreso guiaba nuestros pasos ha sido sustituido en gran parte por el miedo. Son muchos los padres que hoy ven con preocupación el futuro que a sus hijos se le avecina, pues ni siquiera el trabajo individual, vemos pueda servir al bien de todos, como antiguamente se consideraba. Si a esto añadimos que la Educación ha perdido el sentido moral y social que tenía y que ha dejado de ser considerada un valor en sí misma, no debe extrañarnos que a los padres no se les “pegue la camisa al cuerpo”. Me temo que tenía razón Paul Valery cuan decía que “lo malo de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era” .

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:40 AM | Comentarios (9)

1 de Mayo 2006

¿Qué es leer?

Me encuentro estos días dándole vueltas al pensamiento de Nietzsche y la verdad es que estoy hecho un lío, pues encuentro interpretaciones suyas muy diversas. Siempre me he preguntado si un libro, una canción, o cualquier otra creación humana puede dar lugar no ya a interpretaciones diversas sino a veces totalmente contradictorias. Y sobre todo cuáles son las razones por la que esto ocurre. Tal vez una cierta explicación al hecho la encontremos en un artículo de Ortega y Gasset titulado Qué es leer, donde señala que leer un libro, como todas las ocupaciones propiamente humanas, es una faena utópica, es decir, una tarea nunca acabable, en el sentido de que leer es fundamentalmente el proyecto de entender plenamente un texto, lo cual es imposible, ya que cualquier lectura no es más que una aproximación al contenido sin poder llegar nunca a alcanzar el sentido completo del mismo. Y esto es así porque todo “decir” cumple una doble condición: 1. Todo decir es deficiente, ya que dice menos de lo que quiere, con lo cual el lector sólo podrá, y no sin esfuerzo, sobre todo en algunos casos, extraer parte de lo que el texto decía. 2. Todo decir es exuberante, es decir, da a entender más de lo que se propone, lo que da lugar a que el lector encuentre ideas que el autor no ha querido expresar de manera voluntaria, o incluso que el texto pueda generar ideas en el lector no deseadas por el autor. Hay quienes sostienen que todas las lecturas e interpretaciones de un texto suponen un enriquecimiento del mismo y que en este sentido cada texto tiene su propia vida. Aplicando esto al caso que me ocupaba me pregunto si la posible lectura que de Nietzsche (voluntad de poder, superhombre, etc.) pudiera haber hecho el nazismo, caso de haberlo leído, supondría enriquecimiento de la obra del filósofo. O si por el contrario, no son ciertas interpretaciones que se hacen de algunas obras, como pudiera ser la del autor germano, más fruto de la vacuidad de los lectores y críticos que de esa exuberancia de la que hablaba Ortega.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:41 PM | Comentarios (14)

24 de Abril 2006

La conciencia

Uno de los protagonistas de la novela La balada del abuelo Palancas de Félix Grande dice: “tienes que hacer lo que tu conciencia te diga... la conciencia puede ser mu jodía, pero no miente nunca. Y sirve pa dormir tan ricamente, porque sin estar emparejado con su conciencia un hombre no es más que mierda”. Seguramente no somos pocos los que suscribiríamos la sentencia. Pero también es cierto que muchas personas parecen dormir como un lirón sin necesidad de recurrir a semejante señora para que les lea un cuento todas las noches. Es más, consideran que la conciencia es el auténtico cuento, un cuento chino. Por supuesto, y que lo que es “jodío” de verdad es seguir mínimamente unos principios morales básicos, sobre todo si persiguen determinados objetivos, que rara vez tienen nada que ver con el proceso de convertirse en auténticas personas y en personas auténticas.

El rival de Odyseo.

Escrito por odyseo a las 9:00 AM | Comentarios (13)

3 de Abril 2006

Un tipo de felicidad

“... esa otra felicidad que sólo se conquista en la rutina, en lo que se comparte cuando nada es extraordinario, todo común, un tiempo sin relieve y el ánimo que asume la laxitud de las cosas cotidianas, la pequeñez de lo que sucede sin que parezca que está sucediendo, como si la vida fuese un discurrir anónimo que vierte la plenitud en el agua remansada”.

El eco de las bodas. Luis Mateo Díez

De parte del Viejo Rival

Escrito por odyseo a las 6:25 PM | Comentarios (18)

27 de Marzo 2006

La chispa del negocio

Se está celebrando estos días en los institutos de enseñanza secundaria de toda España el concurso de redacción que lleva por título “Ocio activo y saludable”. Después de las noticias aparecidas en los medios de comunicación sobre la forma tan poco saludable que tiene de divertirse muchos de nuestros jóvenes, el hacer pensar a los adolescentes sobre ello me parece una iniciativa más que interesante, si no fuera porque está patrocinada por la fundación coca-cola. No sabía yo que a la mutinacional en cuestión le interesara tanto la salud de nuestros jóvenes o que la cultura estuviese entre sus objetivos. Me pregunto si a nuestros responsables en educación no se les pueden pasar iniciativas parecidas por la cabeza sin necesidad de recurrir a estas empresas. ¿Cómo les explico yo a mis hijos, sin que me vean como un bicho raro, que las multinacionales son en gran medida responsables de los grandes males de nuestra época, o que consumir determinados productos es contribuir a que las desigualdades sociales del mundo no desaparezcan?
Estas grandes empresas se presentan como las grandes benefactoras del mundo, aparecen asociadas a actividades que distan mucho de preocuparles en si mismas y ello no es más que una estrategia para lograr sus auténticos intereses. Lo peor de todo es que a los más jóvenes nos va a resultar cada vez más difícil hacérselo comprender.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:50 AM | Comentarios (18)

20 de Marzo 2006

Macrobotellón

Casi siempre es una alegría cumplir años. Pero durante mis últimos cumpleaños esta sensación va desapareciéndome, pues da la impresión de que cada 365 días no me cae una año sino cinco. Veo con cierta tristeza que la proximidad que tenía con las generaciones más jóvenes es cada día menor. Y no me refiero sólo a lo físico –ahí todavía uno se mantiene, aunque a duras penas- sino sobre todo es una cuestión de inquietudes, vivencias, sensibilidades. etc. Me despierto esta mañana con la noticia de altercados graves en algunas ciudades españolas debido al famoso macrobotellón convocado por Internet. No termino de entender que salir de fiesta, a divertirse, si se quiere incluso a beber, dependa de una convocatoria hecha por no se sabe quién. Yo me pregunto si estos que recriminan falta de libertad para divertirse, reclaman espacios adecuados para ello, se quejan del uso de la fuerza por parte de la policía, tienen razón para hacerlo cuando la motivación que les lleva estos días a salir sea una orden, dada sin saber por quién ni exactamente para qué. Aún recuerdo hace años cuando la convocatoria en torno a una litrona –hermana pobre del botellón- era intercambiar apuntes o algún libro, la charla afable entre compañeros y amigos, el escuchar música de gente tocando en la calle, el disfrutar de las primeras tardes primavera sin necesidad de coger paraguas o cazadora. Todavía hoy, veinte años después, en vacaciones de verano sobre todo, sigo sentándome muchas tardes a tomar una cerveza en la Plaza de Anaya en Salamanca, justamente donde ayer se produjo la famosa concentración, convocado por la lectura de un libro, o por el ir y venir de turistas de todos los pelajes, o por el disfrute que supone el contemplar las catedrales, el palacio de Anaya, el aterrizar de las cigüeñas en las torres.
Digo yo, que viendo lo efectivo que ha resultado el “medio” como forma de reunir, concentrar y, en definitiva de mover a los jóvenes –entre los cuales me incluyo-, podría pensar alguien con capacidad para ello, –absténganse políticos-, la forma de utilizarlo para otros fines. Yo propongo que, puesto que el fin de curso se acerca, vayan pensando en convocar por Internet o SMS la hora de empezar a estudiar. Pero que no se tome lo de “hora” en sentido literal que éstos son capaces de hacerlo sesenta minutos antes de los exámenes y quedarse tan contentos.
Dentro de unos días me cae “uno” más. No sé si después de lo antes expuesto no me caerá un lustro o incluso una década de una tacada, pero de prisión, por carca, aguafiestas, reaccionario y no sé cuantos cargos más.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 11:03 AM | Comentarios (16)

13 de Marzo 2006

Realidad y medios de comunicación

Definir cuál es el papel de los medios de comunicación en nuestro mundo sería harto complicado. Pero, lo que a mi juicio está fuera de lugar es el tratamiento que muchas veces se hace de determinados acontecimientos. Da la impresión de que para que en la actualidad exista un acontecimiento es necesario que aparezca en los medios de comunicación, los cuales, lejos de ser los mensajeros o reproductores sin más de los acontecimientos, se han convertido en los creadores o diseñadores de los mismos, no porque inventen las hechos, sino porque pueden llegar a transformarlos en acontecimientos absolutamente diferentes, incidiendo incluso en la producción del acontecimiento mismo. Basta recordar el atentado contra las Torres Gemelas o el últimamente “celebrado” golpe de Estado del 23F, y ser conscientes del papel que jugaron los medios de comunicación, sobre todo las imágenes de TV. No digamos ya el tratamiento que se ha dado en los últimos días a la dimisión del presidente del R. Madrid que, según me cuentan, abrió los informativos de algunas cadenas de TV con quince minutos de duración.
Cuando oigo hablar de programas del corazón, sensacionalistas, etc, me pregunto si la mecánica misma de los llamados medios de comunicación no es otra que la de provocar esa sensación, espectáculo o alarma, pues es lo que mantiene las “audiencias”, concepto éste que parece el único criterio a considerar en la programación de los distintos medios. Son éstos mismos los que fomentan lo “sensacional”, creando su necesidad en los consumidores, “espectacularizando” cualquier acontecimiento, lo mismo da una rueda de prensa de un político, un desfile de moda, un terremoto, la presentación de un fichaje de fútbol o la salida de un concursante de Operación Triunfo o de Gran Hermano.
Hoy, muchos de nuestros jóvenes (hablo con conocimiento de causa) han descubierto una nueva profesión, quieren ser “famosos”, y en su consecución ponen gran empeño. Aunque el currículum lo tengan lleno de incultura, frivolidad, operaciones estéticas, desvergüenza, falta de escrúpulos y por supuesto “polvos”, muchos polvos, y no precisamente mágicos.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:10 PM | Comentarios (15)

6 de Marzo 2006

En vida

“Si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho, díselo hoy... En vida, amigo, en vida.
Si deseas dar una flor, no esperes a que se mueran, mándala hoy con amor... En vida, amigo, en vida.
Si deseas decir “te quiero” a la gente de tu casa, y al amigo cerca o lejos... En vida, amigo, en vida.
No esperes a que se muera la gente para quererla y que sienta tu afecto... En vida, amigo, en vida.
No visites panteones, ni llenes tumbas de flores, llena de amor los corazones... En vida, amigo, en vida”.

A. Rabate

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:28 AM | Comentarios (11)

2 de Marzo 2006

Morir

Todos sabemos desde la más tierna infancia que moriremos. Pero sin embargo no sabemos lo que es morir, porque aunque los demás también mueren, lo que nos preocupa de verdad es la propia muerte. La muerte de los demás, sobre todo la de aquellas personas más próximas, a las que amamos, son como preparativos para mi propia muerte. Pero son preparativos irreales pues entran dentro de lo que imagino, supongo, pero que el único saber que aportan es el reconocimiento de la pérdida de lo insustituible, de lo irreparable. Hasta hace pocos años esa preparación era seguramente mucho más eficaz -como otras cosas, por cierto- pues estábamos más familiarizados con ella, se vivía más de cerca, ya que la enfermedad, preludio muchas veces de la muerte, y la muerte misma, se producían en casa. Hoy nuestros enfermos y moribundos son recluidos en hospitales, muchas veces no para paliar sus sufrimientos o ayudarles a morir, sino porque no somos capaces de afrontar nuestra propia muerte anticipada en ellos y les sumimos a ellos y a nosotros en una deshumanización del único acontecimiento que sabemos inevitable. La muerte la vemos siempre como espectadores. Tomar conciencia plena de la muerte -en la medida en que esto sea posible- implicaría no verla como espectadores, como algo sólo posible, sino como algo cierto y real, lo único cierto. Esto puede conducir a la desesperación, ante la imposibilidad de conservar la propia vida. (Curiosamente lo contrario si nos es posible). Pero la desesperación es lo menos operativo que nos puede suceder pues nos conduce a descuidar la propia vida e irla matando más rápidamente aún. Una forma de vencer la muerte es vivir consciente y plenamente la vida, pues aunque con la muerte termine todo -o no- lo que no podrá borrar es lo ya vivido, lo que estamos viviendo. Y eso ya depende en gran medida de nuestra voluntad y no de nuestra condición mortal. Tal vez la mejor forma de prepararnos para morir sea VIVIR. La muerte se llevará la vida, pero no lo vivido.

“Obra buscando lo mejor, espera lo mejor, y toma lo que venga... Si con la muerte termina todo, será la mejor manera de encontrarnos con ella”. Stephen Fitzjames.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:58 PM | Comentarios (19)

20 de Febrero 2006

YO

Yo duermo, yo como, yo trabajo, yo sueño, yo juego, yo sudo, yo amo, yo odio. YO.
“Yo” se ha convertido en la palabra con la cual expreso mis actos, mis sensaciones físicas, mis enfermedades, mis deseos, mis estados de ánimo.
¿Pero dónde está ese yo? ¿Existe? ¿Cómo detectarlo? ¿Puede ser ese yo mi cuerpo? Jamás puedo encontrar el yo en mi cuerpo. Ninguna de sus células ha vivido más de diez años. ¿A qué llamar yo? ¿A la forma? ¿A la estructura del conjunto? Imposible, pues esa forma ha variado enormemente. Basta con ver una fotografía de cuando éramos pequeños.
Queda el pensamiento, es bien sabido. Todo cambia, pero no sus recuerdos, su conciencia de seguir siendo el mismo, idéntico pese a las alteraciones. Tampoco aquí encontraré atrapar el yo. Nunca encontraré más que pensamientos, recuerdos, deseos que están afectados por eso que llamamos yo.
Entre todas esas sensaciones, entre todos esos acontecimientos mentales, yo parece ser el denominador común. Pero no es un soporte ni un motor de los mismos. Yo no es algo o alguien. Sin embargo, no es tan sólo una palabra.
Si yo no es mi cuerpo, ni mi pensamiento, ni tan sólo un palabra, ¿Qué es? Y yo que sé. ¿Lo sabes tú?

Para leer más: "101 Experiencias de filosofía cotidiana" de Roger-Pol

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:50 PM | Comentarios (26)

13 de Febrero 2006

Absurdamente correcto

En los tiempos que corren resulta bastante correcto confesarse anticlerical y por supuesto agnóstico, que no ateo, aunque muchos de los que por tal se tienen no sepan el significado de ninguno de los dos términos. Hace un par de semanas, practicando ese deporte único que tan poco cansa y que tanto aburre llamado “zaping”, me encuentro a unos cuantos de estos últimos “próceres” de la cultura que tanto abundan por los distintos medios de comunicación criticando de una forma abierta la dimensión religiosa del ser humano. A alguno de ellos creo haberlo oído en alguna ocasión señalar que lo religioso representa una dimensión ya superada, en clara oposición a la dimensión racional, científica y madura en la que vivimos; que lo religioso no es más que síntoma de ignorancia. Yo me pregunto si Leibniz, Newton, Einstein y otros grandes científicos de la Historia de la Humanidad son tan ignorantes. Lo anteriormente expuesto puede parecer más o menos grave, más o menos acertado o más o menos equivocado. Pero lo que colmó mi paciencia (cada día menor) y logró soliviantarme de manera total fue que al finalizar el programa solicitaron la presencia de una bruja, (esas fueron sus palabras), para realizar un ritual de bienvenida al año nuevo.
Semejantes eruditos, semejantes sabios no queman brujas como hizo la Iglesia hace siglos (esa era una de sus críticas). Ellos las muestran en estos nuevos altares en que se han convertido las televisiones. Todos estos paladines de la modernidad y de la cultura serán todo lo políticamente correctos que quieran, pero a mi corto entender, son de una corrección tan absurda, tan zafia, tan inculta y tan incoherente que merecerían estar todos (figuradamente) en la hoguera. Lo siento.


El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:35 AM | Comentarios (15)

6 de Febrero 2006

¿Mucha gente, pocas personas?


Hay gente empeñada en desertar de su propia vida para convertirse en protagonista de la de los demás, gente cuyo empeño es ser el niño en el bautizo, la novia en la boda e incluso el muerto en el entierro. Como si la propia vida no tuviera la suficiente importancia para vivirla en plenitud y tuvieran que vivir la de los demás, suplantándola e incluso anulándola si llegara el caso. Gente que no acepta no ser el protagonista de la vida de los demás y sin embargo renuncian a protagonizar la suya. Gente que no es capaz de encontrar más que rivales y competidores, donde otros encuentran compañeros de viaje, colaboradores, amigos. Gente cuya originalidad consiste en “dar la nota”, en hacerse notar. Gente que no es capaz de ver un detalle de generosidad en los demás a no ser que el mismo sea un “reconocimiento” hacia ellos. Gente que no sabe ver cómo otros: personas, andando de “puntillas”, entrando sin hacer ruido, jugando su papel, protagonizando su propia vida, logran convertirse en los artífices de sus proyectos y en posibilitadores de proyectos ajenos.
Si cada uno de nosotros supiéramos que nuestra vida es única e irrepetible, y que lo mismo ocurre con la vida de los demás, y que todas son dignas de ser vividas, y que por ser únicas y dignas son inintercambiables, pondríamos más empeño en vivir cada uno nuestra vida, que por otra parte es la mejor forma de permitir que los demás vivan la suya y de convertirnos en personas.


El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:15 PM | Comentarios (20)

30 de Enero 2006

¿De dónde somos?

Visitaba hace unos días el museo etnográfico de Olivenza (Badajoz). En el mismo encontramos restos de nuestro pasado más remoto -hay piezas que datan de hace miles de años- y de nuestro pasado más próximo. Estos últimos lo constituyen la exposición de utensilios empleados en la realización de las tareas más comunes no hace más de cuarenta años en lugares como una barbería, una fragua, una bodega o una escuela. La visita resultó para mí una vuelta a mi tierra natal, pues todo me era familiar a primera vista, era como un pedazo de mundo que, aunque no existente materialmente hoy, no hubiera dejado de ver día tras día. Más que el encuentro con las cosas era el reencuentro con las emociones de la infancia, el lugar insustituible en el que la vida se me hizo presente a través de los juegos, los gozos, las lágrimas, los fríos, los primeros aprendizajes, la rutina.... El estado que produjo en mí aquella contemplación es el lugar que nunca me abandona, aunque la tierra que me vio nacer la tenga lejos. Nada tiene que ver esa emoción con el orgullo patriótico y las contiendas políticas que estos días tiene ocupados y preocupados a mis paisanos por los famosos “Papeles de Salamanca”. Mi tierra natal son las vivencias y los sentimientos que la vida me manifestó en aquel espacio único. Quisiera yo saber si aquellos que se disputan los “dichosos papeles” , que parece que les va la vida en ello, si constituyen los mismos su tierra natal. ¡Qué torpeza, Dios mío, si así fuera!

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:01 PM | Comentarios (16)

23 de Enero 2006

Ausencias

Hace unos días asistí a una conferencia del filósofo Carlos Díaz. Contaba la anécdota de un hijo suyo que le decía, días antes de casarse (me imagino que en un ajuste de cuentas con el padre), que tenía que hacerle un reproche y un agradecimiento. El reproche era las largas ausencias que había sufrido desde niño por las múltiples ocupaciones del padre. El agradecimiento era que gracias a ello le había enseñado a sentir como hermanos a todos los hombres. Desde entonces me pregunto si cabe ausencia más productiva y si muchas presencias no resultan estériles o incluso nocivas.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:08 PM | Comentarios (18)

16 de Enero 2006

Verdad III

¿Cuál es el precio

de alcanzar la verdad?

¿Y de decirla?


El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 6:01 PM | Comentarios (21)

9 de Enero 2006

¿Cuánto pesa la verdad?

Hay quienes sostienen que la verdad pesa tanto como la "mayoría", que algo es verdadero en cuanto un número de personas, cuanto mayor sea mejor, sotienen una proposición. Estamos hartos de observar cómo se esgrime como criterio para mantener una creencia o conducta lo que la mayoría piensa o hace. Aceptar esto implica desconocer o utilizar interesadamente, que esa "mayoría" se puede crear artificialmente por aquellos que tienen los medios para ello y, por supuesto, eliminar como criterio de conocimiento aquello que nos define seguramente más que ninguna otra cosa, la inteligencia; implica además realizar un ejercicio de irresponsabilidad en la dirección de nuestra vida. Aceptar esa identificación es tanto como vivir de espaldas a la verdad, vivir de espaldas a uno mismo.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:25 PM | Comentarios (31)

2 de Enero 2006

Año nuevo, vida vieja

Nunca me han gustado las despedidas, por eso procuro que duren poco: un adiós, un apretón de manos, un abrazo o un beso me son suficientes. Cuando alguien se va me produce cierta tristeza y como creo que no soy masoquista, intento no recrearme en ella alargándola.
Me ocurre, sin embargo, lo contrario cuando espero a alguien: estoy con cierta intranquilidad, expectante, deseoso de abrazar lo esperado.
Por todo esto no termino de entender lo que significa la Nochevieja y el Año nuevo. La Nochevieja nos resistimos a abandonarla, la prolongamos todo lo que podemos, organizamos fiestones de miedo que nos dejan el cuerpo y el alma quejumbrosos, deprimidos. El día de Año nuevo se presenta triste, resacoso, sin ganas de nada, con la calle sin apenas gente, llena de los restos desagradables de la noche anterior. Siempre me ha parecido que estas no son formas de poner en funcionamiento todos esos deseos, muchos de ellos vacíos, que nos transmitimos horas antes a golpe de campanada.
Llegó el momento de la verdad, ese momento que va más allá del abrazo y el deseo y que consiste en procurar hacer feliz el día a día a los demás. Es una pena que el efecto anestesiante de las burbujas dure tanto tiempo y nos impida vivir ese fervor ilusorio de la Navidad.
Menos mal que todavía nos queda esa Noche Mágica de Reyes en la que los más pequeños nos ponen de manifiesto lo que es importante y lo que no lo es cuando, después de preparar la comida para los camellos, abren la multitud de regalos que sus majestades los Reyes Magos les traen y, estupefactos ante tanta imbecilidad, se ponen a jugar con las cajas de cartón en que vienen envueltos. Si no fuera por ellos…

Que el Rey Mago, que cada uno de nosotros somos, sea generoso.


El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 12:22 PM | Comentarios (9)

26 de Diciembre 2005

La Felicidad y los Sueños

¿Qué ha contribuído más

a la felicidad de las personas,

las cosas reales o las soñadas?



¿El placer imaginado




o el placer efectivo?


El Rival de Odyseo

Escrito por diógenes a las 2:12 PM | Comentarios (25)

19 de Diciembre 2005

Belleza II

¿De qué manera

compromete la belleza?


El Rival de Odyseo

Escrito por diógenes a las 11:20 AM | Comentarios (34)

12 de Diciembre 2005

¿Verdad, Bien o Belleza?

Recuerdo cierto día que llegué tarde a clase de Estadística en la Facultad (creo que fue el único). El profesor me soltó a bocajarro la siguiente pregunta: “¿Qué es más importante: la verdad, el bien o la belleza?” Aquello me produjo una conmoción que hoy, unos cuantos años después (no muchos), todavía me ronda en la cabeza. Aquel tímido muchacho tenía que contestar, no le quedaba otra, sobre todo si quería sentarse cuanto antes y no pasar apuros. En aquel trance, no se le pasa por la cabeza otra cosa que la imagen de su novia. Pues, aunque parezca lo contrario, “miel sobre ojuelas”. Ya tenía la respuesta:”Lo más importante es la belleza”. Pero esta respuesta no le sirvió al bigotudo doctor en ingeniería industrial y preguntó: “¿Por qué?” De repente el rubio de más de 1.80 se azara y suelta lo primero que se le ocurre. “Pues porque la belleza es lo primero que percibimos”. “Puede sentarse”. Me senté, pasó el mal rato, pero la pregunta se sigue moviendo dentro de mí hasta hoy.
Aquella muchacha, que con su belleza me sacó del aprieto me metió luego en otros, pues muchas veces fue ella la que me hizo preguntar sobre la verdad, sobre el bien y sobre la relación de ambos. Sobre la belleza no tengo duda, sigue siendo igual de hermosa que entonces, ¿Quién dijo que la belleza es efímera?

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:24 AM | Comentarios (33)

5 de Diciembre 2005

Un guiño a la Razón

Aristóteles definió al ser humano como un ser vivo dotado de logos, de razón. Desde entonces la razón ha sido considerada uno de los atributos más específicos y eficaces que posee el individuo. Pero ¿qué es la razón? Solemos entender por razón la facultad de pensar reflexiva y lingüísticamente. Ahora bien, el estar dotado de razón no garantiza que seamos racionales, sólo cuando la usamos de una determinada forma, se puede decir que lo somos, de hecho a menudo hablamos de creencias y acciones irracionales. Así pues, racionalidad es una forma de pensar y actuar que presupone un uso determinado y correcto de la razón. Este uso ha de tener como consecuencia el poder dar razones (pruebas, justificaciones...) de lo que se cree, piensa o hace. Alguna de las características del buen uso de la razón, que hemos llamado racionalidad, son por ejemplo la autonomía de la misma, independiente de toda presión externa (prejuicios, supersticiones, tradición, autoridad política...). No menos importante es la tolerancia, considerando sus resultados como revisables y criticables, no aceptados de forma dogmática e incuestionable. Es propio del comportamiento racional un talante crítico y abierto. Un uso adecuado de la razón implica, por supuesto, coherencia (que no se produzcan contradicciones ni incompatibilidades entre varias de nuestras creencias y acciones) y la sistematicidad, es decir, cuando somos racionales tenemos en cuenta nuestras creencias anteriores, de forma que éstas no se dan aisladamente.
Ahora bien, como la vida que nos es dada, nos es dada vacía, el hombre tiene que írsela llenando, ocupándola (Ortega), y se la llenará de miseria o de plenitud dependiendo del uso que haga precisamente de la razón. De ahí la complejidad e incertidumbre de la condición humana.

Diógenes, el Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 10:44 AM | Comentarios (23)

28 de Noviembre 2005

El Guiño de la Lechuza

Se tiene por símbolo de la Filosofía a la lechuza, que levanta su vuelo al anochecer, sólo iluminada por la tenue luz de la luna, que alcanza sólo un conocimiento problemático, imperfecto, vacilante, que al fin, logra diferenciar, aunque trabajosamente, lo que las sombras confunden.
Lo que en este espacio podemos y debemos hacer no es Filosofía, sino un juego, una invitación, una insinuación, un guiño al pensamiento, cosa que, por otra parte, ya hacemos todos en este viaje compartido de Odyseo. Para hacer pensamiento serio y sistemático ya existen otros espacios.
Si la lechuza es símbolo de la Filosofía, lo es en la medida en que su visión es siempre a medias, revocable, que exige volver a mirar, abrir perspectivas, ampliar horizontes, superar apariencias, reconsiderar las cosas para adquirir de ellas el conocimiento menos distorsionado posible y poder, a su vez, rectificar lo que entiende desviado (M. Maceiras).
Entendidas así las cosas, cada uno de los guiños sería una exigencia práctica que haga vivir de manera distinta, en la línea de aquella sentencia de Baltasar Gracián según la cual “el saber de las cosas no obrallas, eso no es ser filósofo, sino gramático”.
En el guiño anterior (El blog de Odyseo en el desván) se manifestó claramente una opción por el diálogo, a la manera socrática, que está implícita en el formato de los blogs, al permitir comentar, preguntar, inquirir, examinar, interesarse. Lo que sucede es que las preguntas apuntan alguna respuesta. Ahora bien, las respuestas a las cuestiones filosóficas no se satisfacen nunca del todo. Creo que preguntar es justamente lo que se pretende. Considero, como Chamfort que “la filosofía, como la medicina, tiene muchas drogas, pocos buenos remedios y casi ningún específico”.
El guiño de la lechuza no quiere ofrecer respuestas, conocimientos, aunque si pretenda adquirirlo. Además, si la lechuza “mal ve” con los dos ojos ¿qué puede conseguir con uno cerrado?: Pues eso, tirar los tejos, que es lo propio del gesto.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:44 PM | Comentarios (13)

20 de Noviembre 2005

El blog de Odyseo en el diván

De repente y sin saber cómo, desde luego no por la capacidad de persuasión de Odyseo, me veo con una placa en el portal de su casa con el título de consultor filosófico.
Dicen, los consultores filosóficos, solucionar problemas de sus clientes por medio de una conversación que versa sobre Filosofía. Ha sido, entre otros, Lou Marinoff con su libro Más Platón y menos Prozac quien ha puesto de moda a estos consultores. El mismo autor dice: “En función de sus problemas examinamos las ideas de los filósofos que mejor se apliquen a su caso, aquellos con los que usted se sienta más cómodo”. Pero como señala Ivana Costa “más allá del efecto terapéutico que pudiera tener esta práctica, está claro que el adjetivo filosófico está allí en nombre de un rigor y de una solidez intelectual de los cuales el cliente puede no participar jamás”.
Pero yo me pregunto: ¿Es tarea del filósofo proporcionar consuelo, o más bien lucidez y clarividencia, aunque sólo sea lucidez para apreciar que vivimos con problemas que carecen de solución?
Bueno, pues sea una cosa o la otra, o las dos a la vez, o las dos a la vez más otras, o ninguna de ellas ¡vaya usted a saber! Se han equivocado ustedes de doctor, por varias razones:
1. Porque no creo que este doctor tenga ni el rigor ni la solidez intelectual indicados, desde luego no más que sus posibles pacientes.
2. Porque difícilmente puede aportar un consuelo que a él le falta y que permanentemente busca (desde hace casi dos años junto a vosotros con auténtica fruición.).
3. ¿Cómo puede vuestro posible doctor lucidez y clarividencia cuando busca desesperadamente una luz?

A poco que hayáis leído mis comentarios en este lúcido Viaje de Odyseo, habréis notado algunas de estas cosas que anteriormente os digo (y otras muchas) simplemente analizando la “forma” en que me expreso: “Creo...., me parece....., tal vez...,”.

Vale que pase el primer paciente:
-Nombre.
-Rival de Odyseo.
-Sexo.
-¿Doctor, está usted ciego?
-Edad.
-Aproximadamente la misma que usted, aunque más joven que Odyseo.
-Profesión.
-Músico.
-¿Qué instrumento toca?
-Soy multiinstrumentista. Pero vamos, puedo tocar las narices, la gaita, la flauta, incluso alguna vez la fibra.
-¿Cuál es su dolencia?
-¿Puede considerarse Filosofía el discurso anterior?
-Tal vez si, pues todo lo dicho parte de la duda, madre de la Filosofía.
-Doctor, ¿Me quiere usted decir que soy un filósofo, que cualquiera puede ser filósofo, como pregunta Brisa?
-Por supuesto, no sólo lo puede ser, sino que no podemos dejar de serlo.
-Y ¿En qué consiste ser filósofo?
-Eso dejo que lo piense usted, hasta que nos volvamos a ver. Por cierto son 50€.
-¿A cambio de qué? Pues ni me ha consolado y encima me voy con más dudas de las que traje).
-Si fuera usted mujer, le daría un beso, como no es el caso le recomiendo que vuelva a escuchar la música que hemos tenido de fondo en su primera cita: Dream Theather “A change of season”.

El Rival de Odyseo, inaugurando la nueva sección titulada El guiño de la lechuza que saldrá todos los lunes a la venta.

Escrito por odyseo a las 8:17 PM | Comentarios (9)