27 de Noviembre 2007

El beso de despedida

No gustaba de celebraciones, tal vez porque considerara que había pocas cosas dignas de tal o, más probablemente, porque estimase que la vida entera era cuestión para ello y se dedicaba a vivirla como merece. Lo cierto es que de todas las efemérides, en el calendario de su corazón, había marcado, de manera indeleble, el 28 de Noviembre, y cada año, en silencio, sin ruidos, sin grandes aspavientos, a las diez de la noche cerraba los ojos y recordaba, cada vez con menos nitidez pero más intensidad, el momento en el que descubrió que el amor, ese sentimiento tan complejo, abstracto y difícil de explicar, puede concretarse en algo tan material y volátil como un beso. Fue un beso de despedida, pero significaba la bienvenida al reino de lo verdadero, lo bueno y lo bello, nada más y nada menos, pues la unión de aquellas almas guardaba el sabor de lo fundante, de lo original, de lo arquetípico, de lo divino. Era su arjé particular, en el que el todo resultaba ordenado y en el que el tiempo adquiere y pierde, en un instante, su auténtica dimensión. Esta noche, una vez más, cerrará los ojos y, como aquella noche, esperará que el sueño le sorprenda en sus brazos.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 27 de Noviembre 2007 a las 07:49 PM | TrackBack
Comentarios

Ese beso... ¡Lo recuerdo así, tal y como tan magistralmente lo has descrito, como si hubiera sucedido hace un rato! Pero no puedo recordar la fecha exacta del acontecimiento, así que cada vez que estoy por caer al abismo, lo evoco y me mantiene lejos de esa caida. Y también, cuando en las largas noches de invierno el sueño me abandona, me arrojo en brazos de ese recuerdo y duermo plácidamente... O cuando estoy a punto de sentirme, simplemente, feliz, ese recuerdo colma mi día...
Un abrazo entrañable
Hannah

Escrito por Hannah a las 28 de Noviembre 2007 a las 02:44 PM

HANNAH: Entrañable resulta para mí que hayas compartido con nosotros ese recuerdo. Tal vez mejor no recordar la fecha, así puedes evocarlo sin la atadura que a veces significa asociar los acontecimientos al tiempo. Y si te parece bien dejamos lo de "magistral" para el beso, más que para la descripción del mismo.

Besos para la despedida. Hoy no podía ser de otra manera.

Escrito por El rival de Odyseo a las 28 de Noviembre 2007 a las 05:51 PM

Resulta fácil perderse en un beso, salirse de la esclavitud del tiempo y enredarse en los entresijos de esa otra dimensión. Perderse en un beso, como perderse en una mirada o una sonrisa, te puede sacar de la realidad pero te devuelve a la vida.

Escrito por odyseo a las 30 de Noviembre 2007 a las 10:43 AM

ODYSEO: ¿Perderse en un beso? Jamás. Al menos yo, es dónde mejor y más orientado me encuentro. Otra cosa sería "perderse" por un beso.
Bueno, ya sé que lo tuyo era una licencia poética.

Escrito por El rival de Odyseo a las 30 de Noviembre 2007 a las 01:16 PM

¿Licencia? qué c..... licencia!!!!!

Escrito por odyseo a las 30 de Noviembre 2007 a las 07:44 PM

Imagino que todavía quedará de lo que relatas,pero se va perdiendo ese arjé como substrato de lo vivido.

Escrito por giorgiano a las 1 de Diciembre 2007 a las 09:11 PM

Curioso.. pero he pensado que quizás un beso es una bonita manera de renacer en algo nuevo, cuando eso nuevo es una especie de continuación, entonces el beso se convierte en el beso más largo, apenas sin principio ni fin...con esa infinitud de que dotamos lo verdaderamente importante.

Para unos pocos la vida se celebra cada día, pero para otra pequeña mayoría, eso de celebrar nos está bien.. es una manera de recordar ;)

OTRO SÍ: Maestros :) "Arjé" dicese de.... ???? Suerte de Einstein, cuando dijo aquello de "Todos somos ignorantes, solo que ignoramos diferentes cosas" jeje que sí no amigos, mi autoestima estaría hecha añicos jajajaja

Un abrazo desde la humildad.

Brisa

Escrito por Brisa a las 2 de Diciembre 2007 a las 01:36 PM

Precioso texto.

Escrito por peke a las 2 de Diciembre 2007 a las 06:27 PM

ODYSEO: Lo que usted diga, jefe.

GIORGIANO: El recuerdo puede servir de un arjé permanente, un motivo para volver a empezar de nuevo.

BRISA: La celebraciones a veces son un pretexto para salir de la rutina y sentirnos vivos. Seguramente siempre hay algún motivo para celebrar. Dice nuestro amigo Odyseo, que él últimamente lo celebra todo. Pues tal vez haya que empezar por ahí.

A mi los abrazos me gusta darlos desde el cariño.

PEKE: Gracias.

Escrito por El rival de Odyseo a las 2 de Diciembre 2007 a las 11:42 PM
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