25 de Septiembre 2006

¿Todo es relativo?

Cada día parece más habitual la consideración de que “todo es relativo”. Siempre, en mayor o menor medida, hemos pensado que las circunstancias concretas, la situación personal, el contexto (social, político, cultural, etc.) hacían entendibles y justificables “determinados” acontecimientos, sucesos o formas de proceder. Pero hoy podemos sustituir el determinados por el todos. No es cuestión de refutar teóricamente el relativismo, sino de analizar las consecuencias que puede tener, en el acontecer diario, mantener postura tan aplaudida en nuestros días. Sostener el relativismo de forma general supone la justificación de cualquier “cosa” y dar entrada subrepticiamente al egoísmo más generalizado, pues implicaría prácticamente la imposibilidad de la aceptación de ningún principio o norma que regule la vida en sociedad. Si la convivencia es posible de una forma pacífica, al menos en parte, es porque se aceptan o se nos imponen ciertas normas que se suponen preferibles para todos, independientemente de los individuos, los momentos o las situaciones a considerar. El relativismo es peligroso porque supone, en gran medida, que todo vale, incluso cuando lo hace el otro y me perjudica. En ese momento, es decir, en el momento en el que lo que hace el otro me perjudica, es cuando el relativista reclama en su auxilio la ley, el derecho, por supuesto, olvidándose del derecho que tienen los demás a ser tan relativista como él. El contexto, la situación o las circunstancias pueden llegar a explicar muy “coherentemente” cualquier acto humano, por salvaje que nos pueda parecer. Por supuesto que no todo puede ser blanco o negro y que hay muchas gamas de grises. Lo que me llama la atención es que el fondo de armario de nuestro espíritu esté lleno de grises pero que en el fondo de armario del vecino, con el que a veces compartimos incluso la lavadora donde todo lo lavamos, sólo admitamos el blanco inmaculado o el fúnebre negro. A esto lo mal-llaman –relativamente- en mi pueblo, la ley del embudo, pues una ley que se preciara de tal, merecería comparación más noble.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 25 de Septiembre 2006 a las 01:48 PM | TrackBack
Comentarios

Discutir sobre esto en abstracto es dificil. No existe lo absoluto ni lo relativo en todo momento. Toda conducta es explicable, aunque no justificable. Existen normas y valores, leyes y criterios más o menos compartidos (cambiantes a lo largo del tiempo, eso sí, pero compartidos por la mayoría en un tiempo y lugar determinados, que llamamos reglas de la convivencia -no me atrevo a recordar a Rousseau y su contrato social-) que asumimos como legítimos para organizar nuestra vida en común. El relativismo total, tan puesto de moda en su momento por los postmodernistas, es un absoluto paradójico e insostenible. Pero la inteligencia es lo que hace que el ser humano se pueda adaptar a las circunstancias cambiantes de modo que su respuesta se ajuste a la situación, al momento y lugar, y a toda una serie de factores cambiantes que pueden explicar muchas variantes a la hora de interpretar o valorar un mismo tipo de conducta, por ejemplo. En ese sentido, lo relativo cobra valor. Un cachete puede ser acertado en un momento dado. El error estaría en considerarlo siempre un ejemplo de maltrato, o en abusar del cachete en cualquier circunstancia.

Escrito por odyseo a las 25 de Septiembre 2006 a las 01:20 PM

Hola, Odyseo, pasaba a saludar. Desde que no tengo internet en casa ando en los cíber y es incomodísimo. Bicos.

Escrito por peke a las 25 de Septiembre 2006 a las 06:08 PM

Todo es cambiante y en movimiento, además de depedender del punto de vista del observador, por lo tanto relativo. Otra cosa es que dentro de la relatividad, consideremos unos determinados parámetros como válidos con caracter general, eso sí, para todos por igual, para no caer en la ley del embudo que mencionas. Saludos.

Escrito por juanito a las 25 de Septiembre 2006 a las 06:13 PM

ODYSEO: Tienes razón, comparto tu opinión de que la inteligencia es la solución. Ahora bien, si eso nos lo oyera una persona que mantiene un relativimso "absoluto", objetaría al instante que ellos tontos precisamente no son, más bien nos acusarían de dogmáticos y prepotentes al considerar que su postura no parece inteligente.

PEKE: Le transmito los saludos al Capo.

JUANITO: Conozco a pocos relativista de "estos" que estén dispuestos a hacer concesiones. Y admitir que algo es bueno para todos, ya es hacer concesiones. Hacer concesiones implica de alguna forma admitir que no todo es relativo. Saludos.

Escrito por El rival de Odyseo a las 25 de Septiembre 2006 a las 11:26 PM

La cuestión no es el relativismo en si, pues una norma sin excepción o sin posibilidad de adaptación a las circunstancias se convierte en la "Sharia".
En todo caso, lo verdaderamente preocupante es el relativismo de base, el que hace relativos principios y valores fundamentales en la convivencia, a los que la política imperante aplica la ley del embudo constantemente. Esa relatividad, usada para enmascarar enriquecimientos repentinos y filias partidistas se va filtrando por ósmosis social, permítaseme la expresión, de manera que, al final, cada cual se coge la ley del embudo para si. Resultado: una sociedad occidental a la europea completamente decadente. Riesgos: que otros mucho menos relativistas, que a fuer de lo serlo son fanáticos, llámeseles gudaris, muyahidines, sistema bancario-hipotecario o similares, nos van a acabar comiendo por los pies... perdón por la mezcolanza, pero con tal de rascarnos a gusto, por más que eso joda a nuestro vecino, consentimos en que nos las cuelen por todos lados. Nuestro modelo está en crisis. Crisis significa cambio. Que sea para bien.

Escrito por Paco a las 26 de Septiembre 2006 a las 10:44 AM

PACO: Y esa decadencia de Occidente que señalas se debe en buena parte a que el relativismo, en las democracias occidentales, ha conducido a lo que Lipovetsky llama el "crepúsculo del deber", y la erosión del deber continúa irresistiblemente su carrera en beneficio de los valores individualistas, y por supuesto a la ausencia de ética. El mismo autor dice que la política y la economía sin ética son diabólicas, y que hay que apelar con todas nuestras fuerzas, no al heroísmo moral sino al desarrollo social de una ética inteligente, de una ética de la prudencia orientada hacia la búsqueda del justo medio, de una justa medida en relación con las circunstancias históricas, técnicas y sociales. ¡Ójala fuera ese el cambio que se nos avecina!
Encantando de encontrarte de nuevo.

Escrito por El rival de Odyseo a las 26 de Septiembre 2006 a las 11:48 PM

Esto del relativismo es un arma de doble filo.

Es verdad que muchas cosas, fuera de contexto, no nos parecen iguales una vez conocemos las circunstancias exactas en que se desarrollan. Es verdad que hay muchos matices posibles, muchas cosas diferentes que valorar, ¿pero eso es razón para justificarlo todo? No

En mi opinión creo que se confunde el poder llegar a "comprender" algo con llegar a justificarlo. Para mi son cosas muy diferentes.

Escrito por Isthar a las 27 de Septiembre 2006 a las 05:40 PM

ISTHAR: El relativista acérrimo seguramente no intentará comprender nada ajeno a él y sin embargo creerá que todo lo que hace está justificado.

Escrito por El rival de Odyseo a las 28 de Septiembre 2006 a las 10:31 PM
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