De un tiempo a esta parte, en los países en los que la mayoría tenemos garantizadas las lentejas, y en los que la clase proletaria del siglo XIX ha ido adquiriendo mejoras progresivas hasta convertirse en lo que hoy somos, -ya me gustaría saber qué somos de verdad-, han ido apareciendo una serie de prácticas que, sinceramente, a mi me producen cierta Me refiero, por ejemplo, a esa afición que estamos adquiriendo a la hora de comer, o incluso de cocinar, de convertirnos en gourmet por decreto, por supuesto, por decreto de una sociedad absurda y del capitalismo más grosero. No es que tenga nada contra los gourmet y su intento porque todos aprendamos a apreciar el refinamiento en cuestiones referidas al comer y beber. Pero nuestro refinamiento lo queremos conseguir no a base de educar los sentidos sino por la vía del comercio. Hoy cualquiera puede ser un gourmet, basta con entrar en esos preciosas tiendas en los que sólo con leer el luminoso (El palacio de los licores, El rincón el gourmet, Delicatessen, etc) uno se transforma en especialista en vinos, licores y al mismo tiempo en arte, pues es cerrar la puerta de estos establecimientos y es como si uno entrara en un lugar sagrado, en un museo, en una catedral, donde uno nota como su espíritu se transciende hasta el éxtasis. Nuestra titulación en cuestiones del buen comer y buen beber es proporcional a la cantidad de euros que estamos dispuestos a pagar por los productos que se ofrecen en esos pequeños templos o capillas especializadas y en las que se da culto más que nada al dinero y a nuestra estupidez. Leía hace poco una definición de gourmet que rezaba más o menos así: Persona que sabe apreciar la buena comida, el buen vino y las cosas buenas de la vida. Me temo que a los gourmet de última hora no les gustaría para nada el último matiz de la definición, pues las cosas buenas de la vida no son susceptibles de comprarse y venderse con la misma facilidad. Yo propondría que existieran establecimientos donde los auténticos DELICATESSEN como la Verdad, el Bien, la Belleza, la Justicia, etc., se nos ofrecieran de manera atractiva, donde nos enseñaran a apreciar lo que significan, en los que nuestra sensibilidad fuese educada para distinguirlos de sus contrarios. Y por supuesto, donde nos enseñaran que la estupidez humana es grande y que un máster en la Vida no puede comprarse, por suerte.
El rival de Odyseo
Escrito por odyseo a las 28 de Noviembre 2006 a las 09:48 AM | TrackBackQuerido amigo, hoy si quieres puedes acercarte al Corte Inglés y comprar agua del Jordán para bautizar a tu hijo. ¿Se puede ser más exquisito? Por cierto, tu trabajas en un lugar donde se ofrecen muchas delicatessen, aunque la mayoría de la clientela no sepa apreciarlas. La competencia es mucha y el gusto poco refinado.
Escrito por odyseo a las 28 de Noviembre 2006 a las 09:35 AMTodos somos gourmet, finalmente todas las cosas se pueden matizar tan facilmente... las cosas buenas de la vida... ajá.
ó
Escrito por Diablo Paranoid a las 29 de Noviembre 2006 a las 07:44 AMODYSEO: Por supuesto que se puede ser más exquisito, lo que no sé es si se puede ser más estúpido. Una vez más tienes razón, donde yo trabajo hay auténticas joyas, pulidas y sin pulir, y algunas "perlas".
DIABLO: Creo que no todos somos gourmet, o al menos en la misma medida, pues como señala Odyseo el gusto no es todo lo refinado que debiera, justamente para apreciar las cosas buenas de la via... ajá.
Escrito por El rival de Odyeo a las 29 de Noviembre 2006 a las 09:21 AMNo está hecha la miel para la boca del cerdo entonces ¿no?
No sé si llegaré a gourmet algún día, me conformo con que a diario no se me quemen las lentejas. Para disfrutar de la belleza, afortunadamente, no hay que irse muy lejos, estamos rodeados de ella por todas partes, lo difícil es saber encontrarla.
Abrazos para ambos
RIZOS: Seguro que sabes hacer de las lentejas un gran manjar. Ya sabes que las lentejas ha sido la comida más famosa de la historia, despuès de la manzana de Eva. Además, lo importante de la comida, para los que tenemos la suerte de comer, no es lo que se come, sino con quién podemos compartir momento tan especial.
En esa congregación que no me esperen para rezar. La delicia gastronómica que más aprecio es cuando me invitan a comer :))
Escrito por Luis Amezaga a las 1 de Diciembre 2006 a las 12:15 PMLUIS: Bueno don Luis, pues si se deja usted caer por tierras pacenses, o charras en vacaciones, no tiene más que ponerse en contacto con nosotros, gustosamente compartiremos mesa y mantel. Por supuesto, está usted invitado.
Escrito por El rival de Odyseo a las 1 de Diciembre 2006 a las 05:21 PMPues vaya con la palabrita gala "gourmet" con lo fea que suena. Naa eso de las tiendas para esos temas son cosas de la hiper-especialización. Cualquier día cierran todas en masa y se dedican a vender algun cacharrito imprescindible.
Un buen gourmet creo que es aquel capaz de degustar con placer los platos simples y baratos. Por ej. una estupendas lentejas estofadas o un cocido bien cocinado. Claro que eso... eso no genera tanto dinero como sacarse de la manga patés de no se donde o chorizos de las quimbambas. jeje
Por cierto, ¿sería factible poner los posts enteros en el feed? Es que muchas veces me pierdo cosas interesantes porque no tengo acceso a internet. :/
Sugerencia: http://tinyurl.com/ykat9j
Saludos. :)
Escrito por corsaria a las 3 de Diciembre 2006 a las 12:03 PMEs posible y también agradable que podamos hacer "delicatessen" con los platos, lo que me temo no podemos controlar, es la "calidad" de las materias primas de alimentación, que consumimos los que tenemos la suerte de poder ir al supermercado; ya que estudios de la OCU para determinar el estado del cordero que consumimos, concluía que en 9/10 casos contenían un índice de bacterias o restos de antibióticos y medicamentos desencosejables para la salud.
Qué decir de las vacas locas o la gripe aviar... y por último el pescado, del que os dejo una dirección para consultar los tóxicos, (algunos graves sobre todo para los niños), que tienen casi todos los que consumimos habitualmente.
La dirección es www.fmcs.urv.cat/portada/ribepeix
En esta situación quizás tengamos que improvisar delicatessen con las píldoras. Saludos.
CORSARIA: A mi también me ocurre que hay palabras que me suenan bien y otras mal. Otra cosa distinta es su significado, o lo que cada uno pueda entender o interpretar.
El sentido del post precisamente es el que señalas, es decir, el señalar que ciertas categorías, en este caso la sensibilidad para apreciar algo, -lo de la comida no es más que un ejemplo- no es susceptible de poderse adquierir en el "mercado".
Respecto a la cuestión técnica que planteas creo que Odyseo, el artífice de este Viaje, te podrá responder.
Saludos.
JUANITO: ¿Te imaginas un restaurant a base de píldoras? Prefiero no pensarlo.
Saludos