17 de Diciembre 2007

Divina locura

Desde el precipicio de los cuarenta parecía haber arrojado la toalla de un combate aparentemente ni siquiera iniciado y se encontraba abandonado a una inercia cada vez más cansina, empleando su licenciatura en Físicas para lijar puertas en una ebanistería. Sus escasos sobresaltos emocionales le eran proporcionados cuando los domingos se entregaba a lo único que parecía entusiasmarlo con cierta desmesura, el fútbol televisado. Sólo entonces se dibujaba una sonrisa en su bondadoso y descuidado rostro, como también lo era su aspecto general. Semblante que, progresivamente y a buen ritmo, inició un llamativo cambio hacia una atención hasta entonces insospechada, empezando a desparecer esos kilos de más que la desidia había acumulado en su abdomen, así como esa irregular barba irregularmente cuidada, por no hablar de su indumentaria habitual. Esa gradual iluminación exterior era insignificante comparada con el fulgor que sus ojos eran incapaces de ocultar y por supuesto, aún más, con el volcán sentimental que estaba viviendo y que su espíritu no lograba comprender, ni falta que le hacía. Todo andaba desquiciado y nada parecía lo que era, pues el sol había dejado de serlo, como también la luna, el día, la noche e incluso su propia vida, de la cual se había apoderado la locura, esa divina locura que hace ver por otros ojos que no son los propios, que permite entregarse al otro de manera que cuando decimos “mi vida” miramos hacia fuera, esa divina locura que hace que alguien extraordinariamente normal aparezca como un ser divino y a partir de la cual encontramos sentido absolutamente a todo lo que nos acontece. Sí, aunque pareciera imposible, de cualquier manera imposible, como atravesado por un rayo, había caído fulminado en manos del amor, su amor.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 17 de Diciembre 2007 a las 06:54 PM | TrackBack
Comentarios

¿Y que ocurre cuando la divina locura da paso a la irremediable realidad? ¿Cuándo la extraordinaria normalidad del otro pasa a convertirse en armonía tediosa del discurrir de los días? Será por eso que es tan efímera, pero por otra parte no menos satisfactoria.

Escrito por Rizos a las 18 de Diciembre 2007 a las 01:01 AM

Estoy con la senorita de los Rizos. La divina locura tiene dos partes y casi es más importante la segunda que la primera: el enamoramiento a cualquier edad siempre es peligroso, funesto, alocado y divino; pero la convivencia con el afortunado o afortunada tras una serie de años... eso sí que es una divina locura!

Escrito por odyseo a las 18 de Diciembre 2007 a las 11:47 AM

Lástima que a mi la divina locura esta nunca me adelgazó, ni la otra tampoco :D. Ambas son hermosas no? La que describe Rival por su explosión de colores, olores, formas, sensaciones, es como un castillo de fuegos artificiales, la de la convivencia, bien llevada se entiende, es como un rincón donde hay calor, y hay paz, donde uno se siente abrigado, a gusto, y, en mi opinión, donde es muy importante dejar caer gotitas de locura (las dosis a gusto de los consumidores) siempre.

Escrito por Moonsa a las 18 de Diciembre 2007 a las 03:04 PM

RIZOS: ¿No pretenderás que conteste en plan "Elena Francis" de tiempos ha? La divina locura, dependiendo de los derroteros que tome, puede conducir al cielo, siempre que lo divino se imponga, es decir, al AMOR, o al infierno, siempre que la locura pierda sus referentes. Yo nunca he encontrado la armonía como algo tedioso, pero vamos, para gustos hay colores.

ODYSEO: Ya, ya sé que siempre estoy en minoría, pero no me importa. ¿Cómo va a ser el enamoramiento peligroso o funesto? Le veo mayor, conservador y todo. El enamoramiento es lo que es, y punto. Y lo que seguramente no es ni puede ser es un estado terminal, definitivo, sino más bien transitorio hacia... La convivencia durante una serie de años puede ser una suerte o un milagro o....

MOONSA: Bien se ve que cada organismo cada funciona de manera distinta, pues yo estaba más chupado que la pipa un indio, ¿O tal vez era la edad? ¡¡¡Qué lío!!! Lo describes muy bien: La pitotecnia es la pirotecnia, pero cuando el cielo queda despejado, dependiendo del impacto del artificio las estrellas admiten visiones muy distintas. La locura, aunque sea divina, no parece un estado muy propicio para la convivencia. ¡¡¡Ójala nos pudiéramos pulverizan unas gotitas "locas" todas las mañanas como si fuera un perfume!!! Pero sólo unas gotitas, que vamos muy mayores.

Escrito por El rival de Odyseo a las 18 de Diciembre 2007 a las 10:24 PM

No Rival Francis, por ahí no iban los tiros ;-)
Y no creas, el tedio puede ser de lo más armonioso y sustancialmente creativo. Ahora soy yo la que está en concordancia con Odyseo.

Escrito por Rizos a las 18 de Diciembre 2007 a las 10:46 PM

Sea cual sea la locura yo me apunto. ;)

Escrito por peke a las 19 de Diciembre 2007 a las 11:42 AM

RIZOS: Con ustedes lo artistas nunca se sabe por dónde van los tiros. ¡¡¡Si hasta el tedio puede ser sustancialmente crativo!!!
Los artistas es lo que tienen, que hasta les resulta fácil llegar a acuerdos. Con lo difícil que me resulta a mi aclararme conmigo mismo.

PEKE: Pues podias proponernos una lista de locuras y considerar cada uno por cual tomaba partido. ¿Te parece?

Escrito por El rival de Odyseo a las 19 de Diciembre 2007 a las 12:17 PM

Una cosa es el enamoramiento de primera mano o primera fase, como quiera usted llamarlo, y otra el enamoramiento cotidiano de años y años de convivencia. De acuerdo que las chispas no saltan igual, pero yo prefiero el segundo. Llámelo usted como quiera, y considere si le parece oportuno que a estas horas estoy conservador (aunque solo sea en el amor) pero es que ya uno ha recibido muchos palos como para andar todavía detrás de Cupido a ver dónde manda esta vez la flecha de las narices.
Y si, el tedio puede ser fuente de creatividad, a veces más que la propia hiperactividad compulsiva de otras etapas.

Escrito por odyseo a las 19 de Diciembre 2007 a las 12:41 PM

ODYSEO: Vayamos por partes, que esto empieza a darme miedo.
Las preferencias de cada uno son las de cada uno, y lo expuesto antes no significa que las mías sean distintias, "mi amor". De Cupido yo no quiero ni los buenos días, ya me visitó y me dejó herido de muerte, así que la flecha se la meta...
Sobre el tedio y la hiperactividad prefiero no pronunciarme, pues ciertos acuerdos e intimidades me resultan sospechosas.
¿Y su conservadurismo de última hora será de su afinidad con ZP o de su estado convaleciente?. (Es prgunta retórica)(Sin acritud, con mucho talante).

Escrito por El rival de Odyseo a las 19 de Diciembre 2007 a las 02:57 PM

Hay cosas que no se pueden explicar en público, como lo de mis bacilos conservadores :-)))))

Escrito por odyseo a las 19 de Diciembre 2007 a las 09:11 PM

Vamos.. esa divina locura se puede seguir experimentando como una bella cotidianeidad.. ya que si nadie te arranca la flecha -en caso contrario te puedes desangrar o te tendrás que taponar el corazón- pues el amor puede durar hasta el infinito y ese enamoramiento se alimenta igual o tal vez no, supongo que depende de adonde vaya a parar la flecha, porque a veces cupido...

Un abrazo

Escrito por Brisa a las 23 de Diciembre 2007 a las 12:27 PM
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