Nunca me han gustado las despedidas, por eso procuro que duren poco: un adiós, un apretón de manos, un abrazo o un beso me son suficientes. Cuando alguien se va me produce cierta tristeza y como creo que no soy masoquista, intento no recrearme en ella alargándola.
Me ocurre, sin embargo, lo contrario cuando espero a alguien: estoy con cierta intranquilidad, expectante, deseoso de abrazar lo esperado.
Por todo esto no termino de entender lo que significa la Nochevieja y el Año nuevo. La Nochevieja nos resistimos a abandonarla, la prolongamos todo lo que podemos, organizamos fiestones de miedo que nos dejan el cuerpo y el alma quejumbrosos, deprimidos. El día de Año nuevo se presenta triste, resacoso, sin ganas de nada, con la calle sin apenas gente, llena de los restos desagradables de la noche anterior. Siempre me ha parecido que estas no son formas de poner en funcionamiento todos esos deseos, muchos de ellos vacíos, que nos transmitimos horas antes a golpe de campanada.
Llegó el momento de la verdad, ese momento que va más allá del abrazo y el deseo y que consiste en procurar hacer feliz el día a día a los demás. Es una pena que el efecto anestesiante de las burbujas dure tanto tiempo y nos impida vivir ese fervor ilusorio de la Navidad.
Menos mal que todavía nos queda esa Noche Mágica de Reyes en la que los más pequeños nos ponen de manifiesto lo que es importante y lo que no lo es cuando, después de preparar la comida para los camellos, abren la multitud de regalos que sus majestades los Reyes Magos les traen y, estupefactos ante tanta imbecilidad, se ponen a jugar con las cajas de cartón en que vienen envueltos. Si no fuera por ellos
Que el Rey Mago, que cada uno de nosotros somos, sea generoso.
El Rival de Odyseo
bueno unos vemos la botella medio llena y otros medio vacia como siempre.
Yo esa noche no la miro como una despedida sino como una celebracion por la llegada de un año lleno de cosas por venir buenas o malas y tenemos que pasar las primeras horas la mas alegre posible..........
Yo también veo la decelbración de Noche Vieja como una bienvenida al año: por eso, lo hago sobria, en casa con buenos amigos, charlando y riendo, si acaso jugando a algo o viendo una peli. Luego, dormimos todos juntos en el suelo del salón, en sacos de dormir, con mantas, mientras hablamos, y nos despertamos para desayunar juntos, aún en los sacos, sentados en el suelo, entre amigos, tal como se fue el año. No es mal modo, ¿verda?
Escrito por Zirbêth a las 2 de Enero 2006 a las 01:25 PMLo olvidaba, ¡Feliz Año Nuevo!
Escrito por Zirbêth a las 2 de Enero 2006 a las 01:26 PMCEDRIK: Tienes razón, la botella la podemos ver de muchas maneras, pero lo mejor es bebérsela.La alegría siempre es buena.
ZIRBETH:Me parece genial tu forma de celebrarla. Me apuntaría a esa celebración cambiando el suelo por algo más blandito.
Escrito por El rival de Odyseo a las 2 de Enero 2006 a las 06:53 PMSuscribo.
(siento el comentario insulso)
Escrito por Cambio de planes a las 2 de Enero 2006 a las 07:32 PMYo creo que cualquier despedida es una especie de duelo, por algo o alguien que se va, tampoco me gustan, pero quizás por eso necesito tiempo para integrarlas, no es masoquismo, igual sencillamente soy un poco lenta y necesito estar segura de que no me dejo nada. Hasta el punto que simboliza el paso al nuevo año, de alguna manera siempre necesito echar una mirada atrás,hacer una especie de repaso, no es muy lento pq suelo ir regularizando sobre la marcha cada día, para que no existan demasiadas diferencias, luego siempre dedico unos minutos para agradecer al año que se marcha lo que compartimos, lo que me enseñó, lo que vivimos, me gusta dar las gracias a las personas que contribuyeron a hacerme el año más rico, aunque no siempre las exprese con palabras. Después la fiesta de bienvenida al nuevo año, me encanta, para mí es un momento especial, de alegría por tener esa oportunidad de recibirlo.
Un beso de vida nueva.
Aprender a despedirse de las cosas es todo un aprendizaje en la vida. Es aprender a cortar el cordón umbilical que nos mantiene atados, enganchados a las cosas o las personas, de forma poco funcional. Aprender el desapego es una tarea importante. Pero también requiere aprendizaje la tarea de recibir lo nuevo, de buscar alternativas al pasado, de fomentar un clima adecuado de acogida y bienvenida de la novedad. Y por último, se requiere aprender a discriminar entre todo lo nuevo y lo viejo, para hacer de vez en cuando una buena limpieza de trastos.
No es mala fecha para realizarla, aunque cualquier fecha puede ser buena. Quizás le debamos pedir a los Reyes la voluntad necesaria para realizarla.
Bueno amigo Melchor, llama al negrazo que vamos a repartir deseos insatisfechos y preguntas sin contestar para el 2006. Y que los niños nos cojan confesados.
Firmado: Gaspar
CAMBIO DE PLANES:Insulsas son ciertas despedidas y acogidas, nunca el silencio.
BRISA:Creo que hacer un repaso o balance es algo que deberíamos hacer todos, pues es la única forma de saber si las cosas van por "buen camino".
Dar las gracias, no como mero formalismo, sino sintiendo lo que signifca es algo siempre gratificante, no sólo para el que las recibe. Por supuesto que se pueden dar de muchas maneras.
GRACIAS.
ODYSEO:Aprender, aprender, aprender. En eso andamos, y ¡qué torpes debemos ser algunos!
LUIS:Gaspar, vamos a ser Magos, aparte de majos, y repartamos ilusión, alegría, ganas de vivir, aunque sólo sea por un día. Vamos a creérnoslo y vas a ver como entre todos lograremos cambiar un pelín este mundo. Precisamente para que los niños aprendan que las cosas pueden ser de otra manera.
Un saludo, valiente.