30 de Marzo 2006

Amistad

Muchas veces nos cruzamos en la vida con personas que nos ofrecen la oportunidad maravillosa de la amistad. Casi nunca somos conscientes de lo que está ocurriendo hasta que no ha pasado un cierto tiempo, a veces años, y de pronto descubrimos que estamos junto a una persona que nos ha regalado el maravilloso don de la amistad.
Ayer me he despedido de unos amigos a los que muy probablemente no volveré nunca más a ver. He recordado nuestro primer encuentro, cuando por razones de trabajo nos conocimos y mantuvimos una serie de reuniones. Tras cada uno de aquellos encuentros, separados a veces por meses, nuestra amistad se fue consolidando sin que apenas nos diéramos cuenta. Ayer, al despedirnos, de pronto supe cuánto pesaba esa amistad. Me pregunté cuántas ocasiones habré desperdiciado en el camino, por ceguera o insensibilidad, por ignorancia o por prisas, para sembrar la semilla de la amistad en tantos otros encuentros con otras muchas personas. Me pregunté por qué no nos atrevemos a entregar nuestros gestos de amistad desde el primer momento en que sentimos que las personas que tenemos en frente son especiales y por qué permitimos que pasen años hasta que descubrimos que esa persona merecía la pena.
Ahora estos amigos han regresado a sus ciudades y a sus vidas. Los recordaré con cierta frecuencia y sentiré esos lugares donde ellos viven, ríen, sufren y aman diariamente como lugares entrañables y cercanos aunque estén a miles de kilómetros.
Más que la pérdida, siento la oportunidad que me ofrece el haber descubierto que merece la pena arriesgarse sin necesidad de dejar pasar años hasta confirmar que alguien merece mi amistad. Al fin y al cabo, mis amigos son la única riqueza que poseo.

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27 de Marzo 2006

La chispa del negocio

Se está celebrando estos días en los institutos de enseñanza secundaria de toda España el concurso de redacción que lleva por título “Ocio activo y saludable”. Después de las noticias aparecidas en los medios de comunicación sobre la forma tan poco saludable que tiene de divertirse muchos de nuestros jóvenes, el hacer pensar a los adolescentes sobre ello me parece una iniciativa más que interesante, si no fuera porque está patrocinada por la fundación coca-cola. No sabía yo que a la mutinacional en cuestión le interesara tanto la salud de nuestros jóvenes o que la cultura estuviese entre sus objetivos. Me pregunto si a nuestros responsables en educación no se les pueden pasar iniciativas parecidas por la cabeza sin necesidad de recurrir a estas empresas. ¿Cómo les explico yo a mis hijos, sin que me vean como un bicho raro, que las multinacionales son en gran medida responsables de los grandes males de nuestra época, o que consumir determinados productos es contribuir a que las desigualdades sociales del mundo no desaparezcan?
Estas grandes empresas se presentan como las grandes benefactoras del mundo, aparecen asociadas a actividades que distan mucho de preocuparles en si mismas y ello no es más que una estrategia para lograr sus auténticos intereses. Lo peor de todo es que a los más jóvenes nos va a resultar cada vez más difícil hacérselo comprender.

El rival de Odyseo

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25 de Marzo 2006

Ligeras pertenencias

Mi vida es casi mi única real pertenencia. Nuestra vida es nuestra y de nadie más. Mientras somos jóvenes nos podemos permitir el lujo de ceder parte de ese patrimonio a otra persona, de permitir que alguien nos lo malgaste o mal-administre, pero cuando sentimos que el caudal empieza a declinar, debemos recuperar la propiedad exclusiva de nuestra vida, o de nuestro tiempo, que, al fin y al cabo, es lo mismo. Porque la vida es solo tiempo, tiempo que se extiende como un territorio sin vallas, un territorio inicialmente en barbecho y baldío pero que podemos sembrar y hacer fructificar varias veces. Cualquiera puede ser el terrateniente de ese espacio invisible, pero solo mediante un golpe de estado conseguimos el poder sobre el mismo. Si no lo logramos, no seremos nadie.
Un día, por un suceso trágico e intenso o porque el dedo de un ángel nos ha rozado la frente, descubrimos el valor incalculable del tiempo que nos resta antes de disolvernos en el espacio. Habremos sido unos hijos o padres ejemplares, unos ciudadanos honestos y unos empleados esforzados, pero si no hemos sido dueños de nosotros mismos, no habremos sido libres ni habremos vivido nada. A partir de cierta edad las metas ya no deben ser lanzarse en un paracaídas o correr la maratón salvo que nos pongan un ataud en la línea de llegada; a partir de esa edad, de esa revelación, las metas son más difíciles ý trascendentes. El tiempo es algo abstracto, pero no las horas. Hacernos dueños del tiempo es hacernos dueños de las horas, vencer a esas pequeñas soldados y gobernarlas, para hacer con ellas lo que realmente nos apetezca: compartirlas o regalarlas, pero siempre para crecer por dentro. El tiempo también es silencio, por eso a veces lo mejor es callar... nunca obedecer.

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22 de Marzo 2006

A propósito del alto el fuego

En política, ningún problema se resuelve nunca del todo. Más bien se transforma en otro diferente. No sabemos si el problema del terrorismo en el País Vasco será pasado, pero el problema de la paz es ahora más presente que nunca. ¿Sabrán estar a la altura los políticos? ¿y los ciudadanos? ¿y los terroristas? ¿y las víctimas?

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20 de Marzo 2006

Macrobotellón

Casi siempre es una alegría cumplir años. Pero durante mis últimos cumpleaños esta sensación va desapareciéndome, pues da la impresión de que cada 365 días no me cae una año sino cinco. Veo con cierta tristeza que la proximidad que tenía con las generaciones más jóvenes es cada día menor. Y no me refiero sólo a lo físico –ahí todavía uno se mantiene, aunque a duras penas- sino sobre todo es una cuestión de inquietudes, vivencias, sensibilidades. etc. Me despierto esta mañana con la noticia de altercados graves en algunas ciudades españolas debido al famoso macrobotellón convocado por Internet. No termino de entender que salir de fiesta, a divertirse, si se quiere incluso a beber, dependa de una convocatoria hecha por no se sabe quién. Yo me pregunto si estos que recriminan falta de libertad para divertirse, reclaman espacios adecuados para ello, se quejan del uso de la fuerza por parte de la policía, tienen razón para hacerlo cuando la motivación que les lleva estos días a salir sea una orden, dada sin saber por quién ni exactamente para qué. Aún recuerdo hace años cuando la convocatoria en torno a una litrona –hermana pobre del botellón- era intercambiar apuntes o algún libro, la charla afable entre compañeros y amigos, el escuchar música de gente tocando en la calle, el disfrutar de las primeras tardes primavera sin necesidad de coger paraguas o cazadora. Todavía hoy, veinte años después, en vacaciones de verano sobre todo, sigo sentándome muchas tardes a tomar una cerveza en la Plaza de Anaya en Salamanca, justamente donde ayer se produjo la famosa concentración, convocado por la lectura de un libro, o por el ir y venir de turistas de todos los pelajes, o por el disfrute que supone el contemplar las catedrales, el palacio de Anaya, el aterrizar de las cigüeñas en las torres.
Digo yo, que viendo lo efectivo que ha resultado el “medio” como forma de reunir, concentrar y, en definitiva de mover a los jóvenes –entre los cuales me incluyo-, podría pensar alguien con capacidad para ello, –absténganse políticos-, la forma de utilizarlo para otros fines. Yo propongo que, puesto que el fin de curso se acerca, vayan pensando en convocar por Internet o SMS la hora de empezar a estudiar. Pero que no se tome lo de “hora” en sentido literal que éstos son capaces de hacerlo sesenta minutos antes de los exámenes y quedarse tan contentos.
Dentro de unos días me cae “uno” más. No sé si después de lo antes expuesto no me caerá un lustro o incluso una década de una tacada, pero de prisión, por carca, aguafiestas, reaccionario y no sé cuantos cargos más.

El Rival de Odyseo

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18 de Marzo 2006

Querido enemigo

la persona que más problemas

me ha causado en esta vida

he sido yo mismo

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15 de Marzo 2006

Eslabones perdidos

Ser o parecer moderno está de moda y, además, es que no tiene límites. Pasa lo mismo que con las huidas hacia delante: siempre te queda camino por recorrer pues éste nunca se acaba. Los conservadores lo tienen peor, pues más allá de las cavernas no pueden retroceder.
Ahora resulta que ya no soy "padre" porque a algún modernillo se le ha ocurrido la feliz idea de sustituir la vieja, arcaica y, sin duda, machista denominación, por la de "progenitor A", mucho más correcta, asexuada y progresista.
No sé si os dais cuenta de las enormes consecuencias que tienen éstas medidas así como otras de índole parecida, como lo de la paridad de género en las empresas: va a resultar que las empresas futbolísticas, como las demás, tendrán que alinear un mínimo de un 40% de mujeres en sus equipos.
Yo estas cosas no se las contaré a mi progenitora B (antiguamente madre) para que no se asuste, que la mujer ya no está para muchos trotes. Sin embargo, a la más mínima ocasión tendré que sentarme a hablar con mis post-embriones XY y XX (antiguamente hijo e hija) para ponerles al día de las novedades y que procuren asimilarlas sin mayores traumas (no se rían, pues perder a un padre y a una madre en el mismo día, tiene su enjundia).
Va a tener razón Konrad Lorenz al referirse a los eslabones perdidos cuando decía que entre los animales y el Homo Sapiens estábamos nosotros.

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13 de Marzo 2006

Realidad y medios de comunicación

Definir cuál es el papel de los medios de comunicación en nuestro mundo sería harto complicado. Pero, lo que a mi juicio está fuera de lugar es el tratamiento que muchas veces se hace de determinados acontecimientos. Da la impresión de que para que en la actualidad exista un acontecimiento es necesario que aparezca en los medios de comunicación, los cuales, lejos de ser los mensajeros o reproductores sin más de los acontecimientos, se han convertido en los creadores o diseñadores de los mismos, no porque inventen las hechos, sino porque pueden llegar a transformarlos en acontecimientos absolutamente diferentes, incidiendo incluso en la producción del acontecimiento mismo. Basta recordar el atentado contra las Torres Gemelas o el últimamente “celebrado” golpe de Estado del 23F, y ser conscientes del papel que jugaron los medios de comunicación, sobre todo las imágenes de TV. No digamos ya el tratamiento que se ha dado en los últimos días a la dimisión del presidente del R. Madrid que, según me cuentan, abrió los informativos de algunas cadenas de TV con quince minutos de duración.
Cuando oigo hablar de programas del corazón, sensacionalistas, etc, me pregunto si la mecánica misma de los llamados medios de comunicación no es otra que la de provocar esa sensación, espectáculo o alarma, pues es lo que mantiene las “audiencias”, concepto éste que parece el único criterio a considerar en la programación de los distintos medios. Son éstos mismos los que fomentan lo “sensacional”, creando su necesidad en los consumidores, “espectacularizando” cualquier acontecimiento, lo mismo da una rueda de prensa de un político, un desfile de moda, un terremoto, la presentación de un fichaje de fútbol o la salida de un concursante de Operación Triunfo o de Gran Hermano.
Hoy, muchos de nuestros jóvenes (hablo con conocimiento de causa) han descubierto una nueva profesión, quieren ser “famosos”, y en su consecución ponen gran empeño. Aunque el currículum lo tengan lleno de incultura, frivolidad, operaciones estéticas, desvergüenza, falta de escrúpulos y por supuesto “polvos”, muchos polvos, y no precisamente mágicos.

El Rival de Odyseo

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10 de Marzo 2006

Absolutos

El hombre actual es un hombre desamparado, herido de soledad y perdido en el absurdo que él mismo se ha encargado de crear a su alrededor. Mató a Dios sin haber entendido a Nietsche, se refugió en el comunismo sin haber entendido a Marx. Entre las ruinas del cristianismo y el comunismo, buscó desesperado un algo donde agarrarse porque Sartre le había dicho que su destino era el absoluto, y encontró el consumismo. Las catedrales e iglesias han sido sustituidas por los nuevos templos del consumo, consolador instantáneo y fugaz para un hombre que todo lo quiere aquí y ahora. Incapaz de soportar la frustración de no alcanzarla, ha renunciado a la verdad al amparo del relativismo postmodernista. Incapaz de amar más allá de su propio ombligo, se ha refugiado en un sexo basado exclusivamernte en la genitalidad. Rechaza la Belleza y la estética-ética del Bien y así retroalimenta su visión negativa del Mundo. Alza sus manos hacia los nuevos valores definidos desde el poder: triunfo, ambición, riqueza, fama, y cuando descubre que son ídolos falsos, becerros de oro con el holograma de visa, ya no sabe qué hacer. Está vacío e insatisfecho. Se siente frustrado pero ahora sin saber hacia dónde dirigir la rabia. Ya ni siquiera le queda el placer, pues se ha encargado de matarlo por el camino. Solo le queda la tecnología, futura creadora de su propio sustituto mecánico perfecto.

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8 de Marzo 2006

Disoluciones

La vida cotidiana es el mayor y mejor disolvente que existe. Pongan una cantidad suficiente de dolor o de pasión, o de cualquier emoción intensa, y añádanle una buena dosis de vida cotidiana, de día a día, y comprobarán que la mezcla explosiva y casi inaguantable o insufrible del principio, se convierte como por arte de magia en una plácida sensación de comodidad adormecedora.
Imaginad a Romeo paseando y susurrando los más intensos versos a su amada Julieta al cabo de varios años de matrimonio y comprobaríais que la respuesta de ella podría ser muy bien algo como "querido, ponte la bufanda no vayas a coger un nuevo catarro".
Imaginad al viejo Dante, tras haber sorteado toda suerte de infortunios en los círculos del infierno hasta dar con su hermosa Beatrice, escuchando de los labios de su amada palabras como estas: "Mi amor, ¿te lavaste ya los dientes? Pues apaga la luz y vamos a dormir".
No es que hayan cambiado, es que la vida ha transcurrido entre medio de sus inspirados versos, de sus pasiones, cubriendolo todo con el barniz de lo cotidiano. No es que no se quieran o no se profesen amor, es que ahora ese amor se descubre, no escalando una torre o descolgándose por un balcón, sino viendo caminar a uno al lado del otro, casi tambaleantes por sus débiles piernas llenas de varices o de artritis, cuidándose mútuamente.
Sus besos ya no son frescos ni huelen igual, por eso ellos solo existen en el paraíso de los libros. ¿Habría salido Romeo corriendo tras de una Julieta que coloca todas las noches su dentadura en un vaso de agua sobre la mesilla? ¿Habría buscado Dante en el submundo a una Beatrice que le pega todas las noches en el costado con el codo para que deje de roncar?
Pues eso, la vida.

Escrito por odyseo a las 6:52 PM | Comentarios (15) | TrackBack

6 de Marzo 2006

En vida

“Si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho, díselo hoy... En vida, amigo, en vida.
Si deseas dar una flor, no esperes a que se mueran, mándala hoy con amor... En vida, amigo, en vida.
Si deseas decir “te quiero” a la gente de tu casa, y al amigo cerca o lejos... En vida, amigo, en vida.
No esperes a que se muera la gente para quererla y que sienta tu afecto... En vida, amigo, en vida.
No visites panteones, ni llenes tumbas de flores, llena de amor los corazones... En vida, amigo, en vida”.

A. Rabate

El Rival de Odyseo

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2 de Marzo 2006

Morir

Todos sabemos desde la más tierna infancia que moriremos. Pero sin embargo no sabemos lo que es morir, porque aunque los demás también mueren, lo que nos preocupa de verdad es la propia muerte. La muerte de los demás, sobre todo la de aquellas personas más próximas, a las que amamos, son como preparativos para mi propia muerte. Pero son preparativos irreales pues entran dentro de lo que imagino, supongo, pero que el único saber que aportan es el reconocimiento de la pérdida de lo insustituible, de lo irreparable. Hasta hace pocos años esa preparación era seguramente mucho más eficaz -como otras cosas, por cierto- pues estábamos más familiarizados con ella, se vivía más de cerca, ya que la enfermedad, preludio muchas veces de la muerte, y la muerte misma, se producían en casa. Hoy nuestros enfermos y moribundos son recluidos en hospitales, muchas veces no para paliar sus sufrimientos o ayudarles a morir, sino porque no somos capaces de afrontar nuestra propia muerte anticipada en ellos y les sumimos a ellos y a nosotros en una deshumanización del único acontecimiento que sabemos inevitable. La muerte la vemos siempre como espectadores. Tomar conciencia plena de la muerte -en la medida en que esto sea posible- implicaría no verla como espectadores, como algo sólo posible, sino como algo cierto y real, lo único cierto. Esto puede conducir a la desesperación, ante la imposibilidad de conservar la propia vida. (Curiosamente lo contrario si nos es posible). Pero la desesperación es lo menos operativo que nos puede suceder pues nos conduce a descuidar la propia vida e irla matando más rápidamente aún. Una forma de vencer la muerte es vivir consciente y plenamente la vida, pues aunque con la muerte termine todo -o no- lo que no podrá borrar es lo ya vivido, lo que estamos viviendo. Y eso ya depende en gran medida de nuestra voluntad y no de nuestra condición mortal. Tal vez la mejor forma de prepararnos para morir sea VIVIR. La muerte se llevará la vida, pero no lo vivido.

“Obra buscando lo mejor, espera lo mejor, y toma lo que venga... Si con la muerte termina todo, será la mejor manera de encontrarnos con ella”. Stephen Fitzjames.

El Rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 5:58 PM | Comentarios (19) | TrackBack