Hoy vamos a hablar de metafísica pura ( para los que no sepan, Metafísica es esa rama de la Filosofía que se ocupa de las causas primeras). Vamos a hablar de unas máquinas, cuyo funcionamiento es altamente inexacto y su fundamentación claramente arcaica. Todos hablan de ella, pero nadie las ha visto. Parece ser que en España solo hay unos tres mil ejemplares distribuidos de forma, según dicen, aleatoria. El caso es que la tal maquinita tiene un enorme poder. Con sus datos, se toman decisiones de un enorme valor cultural y económico, por no comentar las sutilezas de las consecuencias morales que se derivan de sus decisiones. Tiraniza los gustos, la ética, la estética y determina el futuro de miles de profesionales nada más acabar sus carreras (e incluso cuando ya llevan varios años de ejercicio de la profesión).
La máquina toma decisiones basándose en la Estadística, esa otra rama de la literatura fantástica tan de moda en los tiempos que corren. Esa máquina, ya prehistórica, es el audímetro: un aparato metafísico, que registra vaguedades en el cuarto de estar que era donde antiguamente estaba el único televisor que había en la casa, una casa de orden, regida por el padre de familia que controlaba el mando. Pero los nuevos "audímetros" sí que lo controlan todo, porque si antes solo estaban en algunos hogares, ahora los llevamos encima y a todas partes: dentro del móvil, en el ordenador, con la tarjeta de crédito. Ellos se encargan de registrar no solo los programas que veo o que dejo de ver, sino la frecuencia de mis llamadas a mi amante o al jefe, donde compro, donde como, a quién envío mensajes, qué música escucho, qué paginas visito, qué fotografías tomé en mis viajes, en qué hoteles me alojo, qué gustos culinarios tengo y a qué hora suelo ir a comprar al supermercado.
Lo peor es que no podemos salirnos de su alcance. Lo único que nos queda es hacer como si no existieran, como con los demás personajes de la literatura fantástica.
Tom Cruise se apunta a la cocina postmoderna y deconstruye el nacimiento de su vástago mediante la ingesta (no sabemos si cruda o con algún tipo de aliño) de la placenta y el cordón umbilical del susodicho. Espero que no lo haya hecho en presencia de la pobre Katie y de su hijo, pues la visión de semejante degustación puede acarrearles persistentes secuelas futuras.
Angelina Jolie pasea embarazo por Namibia mientras busca la manera de que el futuro hijo no nazca antes de que sus supuestos progenitores hayan logrado contraer matrimonio sin más prensa presente que la precisa.
El partido socialista, una vez arreglados todos los problemas, derechos, libertades y circunstancias de los colectivos humanos indígenas de este país, ha optado por legislar para los simios (indígenas o no). No sabemos si antes de que acabe la presente legislatura les dará tiempo a presentar algunas iniciativas legislativas encaminadas a controlar y arreglar la situación terrible por la que deben estar pasando los habitantes de algunos planetas de dentro y fuera de nuestra galaxia.
Mientras tanto el presidente de Irán, en un gesto que le sitúa en los primeros puestos del ranking mundial de estadistas y visionarios de la política, ha sacado una ley por la que a partir de ahora las mujeres iraníes van a poder asistir a los partidos de futbol. Y luego dicen que el tío es un integrista.
Por último, Mariano Rajoy y sus lugartenientes se montan una procesión de semana santa algo tardía por las calles de Madrid, entre Génova y la Carrera de San Jerónimo, para hacer cumplida entrega de sus abultados paquetes azules y cuadrados que, según parece, contienen las firmas de apoyo a sus quimeras mediático-políticas. Y es que hacer oposición en esas condiciones cada día se pone más dificil.
P.D. A veces uno necesita pellizcarse los brazos para darse cuenta de que está despierto y que no está viviendo en medio de un extraño sueño o, incluso, de una pesadilla.
Uno de los protagonistas de la novela La balada del abuelo Palancas de Félix Grande dice: tienes que hacer lo que tu conciencia te diga... la conciencia puede ser mu jodía, pero no miente nunca. Y sirve pa dormir tan ricamente, porque sin estar emparejado con su conciencia un hombre no es más que mierda. Seguramente no somos pocos los que suscribiríamos la sentencia. Pero también es cierto que muchas personas parecen dormir como un lirón sin necesidad de recurrir a semejante señora para que les lea un cuento todas las noches. Es más, consideran que la conciencia es el auténtico cuento, un cuento chino. Por supuesto, y que lo que es jodío de verdad es seguir mínimamente unos principios morales básicos, sobre todo si persiguen determinados objetivos, que rara vez tienen nada que ver con el proceso de convertirse en auténticas personas y en personas auténticas.
El rival de Odyseo.
Al principio solo existían las tinieblas. Pronto Dios creó dos palabras: nación y religión, y a partir de ahí se dedicó a crear el resto del Mundo. Ahora es el Hombre el que ha de desarrollar los pertinentes estatutos y códigos morales y libros sagrados, para enmendar lo que dios dejó sin terminar. El pasado siglo fue el siglo de los totalitarismos: fascismo, nazismo, estalinismo. Este siglo será, desgraciadamente, el de nuevos totalitarismos como el nacionalismo y el islamismo (o cualquier otro fanatismo de naturaleza religiosa). Se escudan en el derecho al respeto de las culturas, de las minorías (cuando están fuera de su origen), pero se fundamentan en la defensa de unos privilegios para unos pocos a costa de la discriminación para unos muchos. Es la lucha entre los ciudadanos y los fanáticos, los demócratas y los teócratas (en el rizo del rizo se puede ser teócrata nacionalista y de izquierdas o de derechas, todo a la vez, sin aparente contradicción).
El arma solo puede ser la del rechazo del relativismo cultural que consiente, por ejemplo, que las mujeres musulmanas estén privadas de derechos, de libertades y de igualdad (así como los maketos y xarnegos). El nacionalismo y el islamismo se nutren del miedo, de la frustración, pero en el fondo esconden una defensa de los privilegios de una minoría selecta frente a los demás. Los totalitarismos matan, más que el tabaco y la carretera, y matan la libertad, la igualdad y la laicidad allá por donde pasan . La vacuna es una nueva ilustración, iluminadora, auténtica y racional, pero que solo puede salir de los ciudadanos.
¿Vamos a caer también nosotros en la misma trampa?
P.D. Los andaluces quieren ser una "realidad nacional" (con bastante más razón que la mayoría de las otras realidades). Yo lo hubiera quedado en simple "realidad", el apellido como que sobra.
Cuando uno regresa, realmente imagina que regresa, pero nunca vuelve al mismo lugar de donde partió. El camino siempre es hacia delante, hasta cuando damos marcha atrás. Y en el camino a veces nos encontramos con vidas como las de los seres inconquistables que yo he concido en los últimos días. Son seres magníficos, grandes, reales y honestos, con nombres propios, con circunstancias difíciles y especiales, pero siempre con la alegría y la fuerza de la vida brotando por sus ojos y sus manos. Aman, imaginan, piensan, sienten, se entregan, se dan, se ofrecen y te ofrecen miles de oportunidades de contemplar su enorme grandeza en cada gesto, cada saludo, cada minúsculo acto cotidiano y diario que realizan con el cuidado del artista que está terminando una nueva obra. Ellos tambien son un espejo donde mirar nuestras propias grandezas y nuestras imperfecciones. Por eso, cuando pareces que eres tú el que das, realmente eres quien recibe. He pisado sus tierras, secas y rojas, con olores múltiples, diversos y profundos; he habitado sus casas no como un invitado sino como uno más de ellos; he comido con ellos y he dormido sus sueños; he reído; he sido feliz. Dicen que para aprender algo, antes hay que olvidarlo y volverlo a aprender siete veces. Ya me queda menos. Ahora sé donde mirar.
"Con la serenidad con que no duele
la desaparición de cualquier rosa,
porque sabemos que otra rosa incólume,
una idéntica rosa sin pecado
la sustituye al acabar el día,
y porque el orgulloso pensamiento
mantiene preservada en una idea
la rosa perdurable que no muere,
con ese mismo aplomo deberíamos
resignarnos audaces al futuro..."
Del libro Metales pesados de Carlos Marzal
P.D: Estaré unos días fuera por un viaje. Os veo a la vuelta. Sed buenos... si podéis.
... esa otra felicidad que sólo se conquista en la rutina, en lo que se comparte cuando nada es extraordinario, todo común, un tiempo sin relieve y el ánimo que asume la laxitud de las cosas cotidianas, la pequeñez de lo que sucede sin que parezca que está sucediendo, como si la vida fuese un discurrir anónimo que vierte la plenitud en el agua remansada.
El eco de las bodas. Luis Mateo Díez
De parte del Viejo Rival