28 de Octubre 2005

Breves noticias breves III

El metrosexual ha muerto, Viva el übersexual. Si hace poco que conocíamos la existencia de un nuevo hombre que vestía en plan diseño y tardaba en arreglarse para salir más que su propia novia, resulta que su existencia ha sido tan efímera como él mismo. Los metrosexuales ya no están de moda. Lo siento por aquellos que hayan invertido su tiempo y dinero en depilaciones de cuerpo entero y cremas a troche y moche. El nuevo ideal de hombre auténtico es el übersexual. A diferencia de los metrosexuales, esos "tristes ineptos incapaces de mantener su sentido de la virilidad en tiempos posfeministas", el übersexual supone una vuelta a las características positivas del hombre de verdad de hace unos años: fuerte, decidido, justo, que no solo sabe cambiar pañales sino que puede hablar de sus sentimientos sin suscitar dudas sobre su sexualidad. (Leído en The New York Times)

Nigeria exporta crudo. Esto, dicho así, no sería noticia, si no fuera porque ese crudo en forma de grasa lo llevaba puesto la primera dama del país a la altura de sus michelines. El caso es que en la operación de liposucción algo debió salir mal pues la señora en cuestión ha fallecido. Y es que desde que las operaciones estéticas se han democratizado, no hace falta ser rico ni poderoso para que te absorvan el producto interior bruto o te pongan morros de pato, lo que no hay que olvidar es que cualquiera se puede quedar en la mesa de operaciones. (Leído en El País)

El Ramadán era otra cosa. Esa podría ser la expresión de los que recordaran cómo se vivía el Ramadán antiguamente al comprobar cómo en estos tiempos que corren el Ramadán se ha convertido en el mes de las compras desenfrenadas en países como los Emiratos Árabes Unidos. Al ascetismo del ayuno y la oración durante el día, sucede un frenesí de consumo a la caída del sol. La gente acude a los centros comerciales, que por esas fechas abren sus puertas hasta las dos de la madrugada, a comprar regalos, tarjetas de felicitación y viandas con las que darse un festín tras la abstinencia. Y es que el Ramadán cada vez se parece más a nuestra Navidad. ¿Será esta la primera consecuencia de la alianza de civilizaciones?

Los líderes empresariales se entrenan. Se ha puesto de moda entre los ejecutivos, directivos y cuadros técnicos de las grandes empresas realizar cursos de liderazgo. Con la excusa de fomentar sus dotes de jefe, algunos de estos directivos se apuntan a cursos en academias militares donde tienen que superar pruebas de supervivencia reservadas a las fuerzas de élite de los ejércitos, o se van a la Antártida donde son abandonados a su suerte durante unos días para comprobar si son capaces de llegar a soluciones creativas mediante la colaboración de todo el grupo. Y yo me pregunto cómo me tratará como cliente uno de estos directivos cuando vaya a hacerles una reclamación o me niegue a comprar su producto. ¿Por qué los futuros empresarios reciben el mismo entrenamiento que los terroristas?

Escrito por odyseo a las 6:21 PM | Comentarios (20) | TrackBack

26 de Octubre 2005

Individuos

Somos individuos y lo hemos olvidado. Nos creemos imbuidos del don de la individualidad extrema gracias a las gafas de sol de diseño que hemos comprado o a los pantalones vaqueros estratégicamente rotos que llevamos puestos, pero, en el fondo, nos comportamos como miembros de la grey, socios de la comunidad de vecinos que llamamos nación o patria o pueblo, pasajeros de la misma nave cuyo rumbo decide el partido o el equipo, o el club social del que pagamos religiosamente las cuotas. Somos personas concretas pero respiramos dentro de asociaciones de caridad, instituciones de socialización colectiva. Aparentemente ayudamos a las minorías oprimidas, a los niños hambrientos y a los animales en extinción, pero no sabemos ayudar a nadie en concreto y cercano, a ese vecino que está solo o a esa compañera que está deprimida. Actuamos por una supuesta moral vendida a plazos por sabios administradores de lo divino y de lo humano, sumos sacerdotes de lo gregario. Marchamos juntos contra las corridas de toros, contra la guerra, contra la discriminación de género, defendiendo a las minorías sexuales, atacando a los fumadores y bebedores, rechazando el boxeo y la caza de la foca, cumpliendo órdenes del jefe político o religioso, pero sin asumir ninguna de sus consecuencias ni tan siquiera pensar por qué lo hacemos.
Somos individuos y lo hemos olvidado, y nos negamos esa tendencia que deberíamos tener todos a ir por libre, a rechazar cualquier argolla o cadena nacionalista, religiosa, política o deportiva. Tenemos demasiada vergüenza y miedo como para actuar como si solo fuéramos responsables de nuestros actos ante la muerte. Nos aterroriza asumir nuestra naturaleza individual y solitaria, nuestro misterio propio y único, que nadie, ni político, ni sacerdote, ni lider, nos desvelará. Seguirá siendo nuestro futuro una quimera de la que seguirán viviendo las iglesias y la banca, y nos seguiremos negando el derecho (y el deber) de ser nosotros mismos, escondiendo bajo la alfombra cualquier rescoldo que aún sobreviva de nuestra individualidad. Todo sea por no parecer unos monstruos amorales e insolidarios, incorrectos, autónomos y libres.

Escrito por odyseo a las 9:12 PM | Comentarios (23) | TrackBack

23 de Octubre 2005

Trampas

El lenguaje es nuestra mejor herramienta, tanto para comunicarnos como para aprehender la realidad a través del pensamiento. Ambas cosas, pensamiento y lenguaje son indisolubles, hasta el punto de confundirse en nuestro cerebro y no saber ejercitar el uno sin poner a funcionar el otro.
En la política, sin embargo, el lenguaje pasa a convertirse "en el encubrimiento de todas las trampas" que decía el recientemente fallecido Haro Tecglen. El político, cuantas menos ideas tiene, más espejismos semánticos utiliza. El artificio lingüístico es el objetivo de más de un acuerdo y de un desacuerdo, la palabra manipulada, vendida y maquillada, mutada en su significado según soplen los vientos, alterada en sus fundamentos según se trate de apoyar o de atacar al otro, se convierte así en la herramienta primordial de trabajo del político. Horas y horas de reuniones para alcanzar finalmente un acuerdo sobre dónde se ha de colocar la coma, o qué término es el adecuado para que nadie se enfade y lo acordado no sirva para cambiar nada. No se trata ya de defender ideas, de discutir sobre argumentos conceptuales, de analizar la realidad para transformarla, sino de encontrar la palabra adecuada que encubra mis reales intereses.
La energía se dirige, pues, a crear espejismos mas que a desvelar verdades, a ocultar realidades, más que a resolver problemas, y a crearlos más que solucionarlos. Podemos pasar días pronunciando estatut o estatuto, para discutir cual es el término que mejor se adapta a las orejas de uno u otro lugar; podemos hablar y discutir del término nación y enfrascarnos en arduas disquisiciones sobre la propiedad jurídica de su uso, mientras en el Carmel siguen con los agujeros y en Melilla con las vallas; podemos hablar de matrimonio y familia y crear todo un escenario grandilocuente de desgracias venideras ante la supuesta adulteración de ambas instituciones, mientras sigue habiendo maridos que matan a sus mujeres, padres que maltratan a sus hijos e hijos que maltratan a sus padres. Y así llevamos años hablando de las palabras guerra, hambre, miseria, globalización, daños colaterales, cambio climático, nacionalismo, fundamentalismo, dios, derechos humanos... y nos las arrojámos con la arrogancia de quien se cree en la razón, aun a sabiendas de que todo son trampas para cazar votos, para atacar al adversario, para distraer la atención del público, para entretenerlo y hasta divertirlo, para ocultar nuestro mensaje sincero, para ganar o para no perder.
Mientras tanto, la verdad está en otra parte.

Escrito por odyseo a las 8:39 PM | Comentarios (22) | TrackBack

19 de Octubre 2005

Mi patria

Mi patria es de agua.
A veces se sitúa en un paisaje lejano,
como la infancia,
entre las rocas y una playa,
donde las olas baten con fuerza y se retiran
dejando su rastro de espuma y de sal.
A veces es su cuerpo tendido junto al mío,
húmedo,
cálido,
nutrido de caricias y besos
que se derraman en cascadas
sobre la superficie de nuestras soledades...

Escrito por odyseo a las 8:54 PM | Comentarios (24) | TrackBack

16 de Octubre 2005

Preguntas ante una pera

Dicen (porque nadie ha demostrado que fuese cierto) que el viejo Isaac Newton le hacía preguntas a las manzanas hasta que una que casualmente le cayó sobre la cabeza, le contestó con la Ley de la Gravitación Universal. Yo no aspiro a tanto, pero desde hace tiempo le ando haciendo preguntas a las peras (las manzanas ya sé lo que contestan). Soy humilde y sé que si a Newton tardaron en contestarle, pongamos, tres o cuatro años, a mí no me van a contestar antes. Pero tengo paciencia.
Voy a la sección de fruta del hipermercado y le pregunto a las peras cosas como estas:
- ¿De dónde vienen los productos que allí se venden? ¿dónde estaba el árbol donde ellas han crecido? No por una cuestión de patriotismo (algunos por ahí todavía miran si el árbol es catalán o andaluz), sino por saber si crecía en tierra buena y fertil o mala y sin apenas agua.
- ¿Cuánto dinero ha recibido el agricultor como subvención y cuánto como precio de venta? Porque el verdadero comercio justo empieza y termina ahí.
- ¿Cuánto dinero se ha pagado por su transporte? ¿Y cuántas horas ha tenido que trabajar de más el conductor de ese camión para llegar a tiempo con su carga?
- ¿Por qué no compramos esos productos a países donde los costes son más baratos o la calidad mayor, aunque sean del tercer mundo?
- ¿Por qué no compramos en Africa, por ejemplo, que está ahí al lado y que recibiría por esta venta cinco veces más ingresos que los que ahora recibe como limosna (ayuda al desarrollo)?
- Pero, entonces, ¿qué les pasaría a los agricultores europeos? ¿sería su ruina? ¿abandonarían su actividad por falta de rentabilidad? ¿abandonarían los cultivos y las tierras? ¿dejaríamos de ver campos cultivados y bien labrados en este continente?
- ¿Y qué pasaría entonces con las zonas rurales, los pueblos y comarcas donde se vive principalmente de esta forma de practicar la agricultura? ¿se despoblarían? ¿se abandonarían? ¿todo turismo rural?
- ¿Y a dónde se irían a vivir todos estos campesinos arruinados? ¿a las ciudades? ¿en busca de qué?
- Entonces, ¿el Tercer Mundo debe seguir como hasta ahora? ¿muriéndose? ¿deben seguir recibiendo más ayudas las peras que los niños africanos?
- ¿Y yo consumidor tengo algo de responsabilidad en todo esto? ¿qué debo exigir a mis gobernates? ¿que permitan la entrada de productos agrícolas del tercer mundo? ¿o que dejen de dar subvenciones a la agricultura en Europa y Estados Unidos?

A veces me miran los trabajadores de esa sección con cara extraña. No comprenden cómo no compro las peras, simplemente, y me dejo de tanta pregunta. Al final las compro y cuando llego a casa cojo una, la miro y le doy un muerdo, como con rabia, por no haberme contestado. Pero tengo paciencia y sé que algún día encontraré la respuesta.

Escrito por odyseo a las 7:53 PM | Comentarios (24) | TrackBack

12 de Octubre 2005

Arte y burguesía

En el mundo burgués del que formamos parte, los conceptos "real" y normal" suelen ir de la mano. "Reales", dice el burgués, son las cosas que la mayoría percibe de la misma forma, y desde ese momento, por pura y democrática virtud, pasan a ser "normales". El burgués huye de todo lo extraño, de lo poco común, porque le incomoda, le altera en sus sagrados parámetros y le recuerda su esencia de soledad y de muerte. El mayor miedo de un burgués es enfrentarse a sí mismo, a su realidad íntima y secreta. Por eso, el arte del que gusta el burgués, siempre será un arte amable de tonos pastel y nada de estridencias.
En ese mundo, el artista que verdaderamente merece tal calificativo, representa una especie de salvador al que se atribuye la función de realizar y crear aquello a lo que los burgueses, en su decadencia, ya han renunciado: ser fieles a sí mismos, vivir la vida de cada cual de una forma intensa y siendo coherentes con la propia naturaleza. Mientras la mayoría andamos perdidos en la lucha cotidiana con el vacío de una sociedad consumida y consumista, el artista encuentra en cada paso que da, en cada cielo que observa, en cada persona con la que se encuentra, un motivo para partir de cero, una maravillosa oportunidad de hacer las cosas bien, de modelar el mundo para que cada vez se acerque más a la visión de un paraíso. Algunos se tienen que enfrentar por ello a la tiranía del rebaño. Algunos, los más débiles o los menos convencidos, sucumben a sus leyes y normas. Vuelven al redil. Pero otros aguantan las embestidas, creen en sí mismos y en su capacidad creadora, aceptan la incomprensión de los demás como se aceptan las pendientes en cualquier camino y sueñan.... para no volverse locos, sueñan y dan rienda suelta a su talento e imaginación para alcanzar la esencia de las cosas y de la vida. Esos son los verdaderos artistas, que no se venden ni a las leyes ni al mercado, ni a la mayoría normalizada ni a la minoría engreída. Y ahí es donde reside la gran diferencia. Como decía Wolf Vostell:"Arte es Vida. Vida es Arte"


Escrito por odyseo a las 9:40 PM | Comentarios (22) | TrackBack

9 de Octubre 2005

El mundo se divide en dos

No voy a hablar de un mundo dividido en civilizaciones, o por diferentes sistemas políticos o religiosos. Dejémonos de tonterías. El mundo se divide en dos en función de cómo se tengan los bolsillos: llenos o vacíos. Tan solo hay una excepción a esta situación y es la compuesta por la estirpe de los funcionarios, que ni tienen los bolsillos llenos ni los tienen vacíos.
En función de esta clara dicotomía, a la hora de elegir profesión uno debe echar sus cuentas y saber que o te dedicas a vaciar los bolsillos de los demás (llenando de paso el tuyo propio) o te dedicas a ayudar a los demás a que llenen sus bolsillos (intentando de paso llenar tambien el tuyo).
Empecemos por este segundo grupo. La profesión de maestro sería una de las más indicadas en este caso. Se pasan toda su vida intentando enseñarnos todo lo necesario: los valores, las normas, los conocimientos, las reglas... Unos mejor que otros, pero todos con la finalidad de que en el futuro supiéramos ganarnos la vida intentando ser buenos profesionales (y honrados llegado el caso). Serían de este grupo profesiones como la de investigador, científico, así como la de artistas de tres al cuarto, músicos de medio pelo, actores de teatro alternativo y gente de la farandula sin éxito conocido.
En cambio, del primer grupo, tenemos una variedad mucho mayor. Podemos empezar por los publicistas, dedicados con todo su empeño a vaciarnos los bolsillos, pero con gusto y creatividad, como para que no nos duela. Los abogados se encargan de burlar la ley o ayudar a que burlemos la ley para que le paguemos la minuta además de llevarse la comisión de nuestra victima. El caso de los médicos es más discutible. Si eres médico de la Seguridad Social y solo trabajas en tu Centro de Salud, eres del grupo de los funcionarios, ya citado. Pero si trabajas en tres clínicas privadas, tienes dos consultas y das clase en la Facultad de Medicina a la vez, eres de este grupo sin duda ninguna. Sus estudios les sirven para extirparnos un riñón cada vez que debemos pagar sus consultas.
Futbolistas galácticos, prostitutas/os de lujo, ingenieras/os del matrimonio de conveniencia con personas entradas en edad y arrugas, concursantes de Gran Hermano salidos de la casa, participantes de OT con disco puesto a la venta, famosos, famosetes, famosillos, fauna habitual del papel cuché y la teta de goma, el 90% de los locutores y periodistas de prensa de cualquier color, notarios, videntes, tarotistas, líderes de la New Age, telepredicadores, fontaneros, electricistas, albañiles por cuenta propia, carpinteros, especialistas en la chapuza nacional, mecanicos de coche, dentistas, cirujanos plásticos y demás gente del sector del recauchutado, todos del primer sector.
Más delicado resulta considerar a qué sector mandamos al gremio eclesiástico, pues si bien está claro que se dedican a vaciarnos los bolsillos, algunos consideran que todo eso está bien pues a cambio les llenan el alma. Para no entrar en discusiones, yo propongo crear una especie de limbo profesional para este sector, todavía importante aunque en franca decadencia.
Basta pensar cuáles son las profesiones con más prestigio en nuestra sociedad para saber por qué cada vez hay menos gente que se quiera dedicar a las profesiones del segundo grupo, mientras que la lista de espera en las del primero llega hasta el agujero de nuestro bolsillo.
¿Qué quereis ser cuando seáis mayores? ¿y qué querréis que sean vuestros hijos?

Escrito por odyseo a las 9:48 PM | Comentarios (25) | TrackBack

6 de Octubre 2005

Cuentos para ciegos I

Existía una mansión blanca al otro lado del mar, rodeada por un amplio jardín que servía a los habitantes de la masión como zona de recreo, sobre todo en el verano. Al principio, el jardín estaba rodeado por una simple valla de madera a la que podíamos asomarnos para contemplar cómo se divertían sus dueños. Aquello era divertido y extraño: las mujeres andaban medio desnudas y los hombres medio borrachos, daba igual la edad. En nuestra imaginación, aquello se hizo sinónimo del lujo y del buen vivir. Tenían grandes barrigas, como nuestros hijos, pero no parecía que fuera por el hambre. Todos los días, como por arte de magia, salía despedido un saco con la basura de la mansión. Lo que ellos despreciaban se parecía mucho a lo poco que nosotros podíamos conseguir en el mercado, así que competíamos por ser los más rápidos en recoger sus miserias para poder alimentar y vestir a nuestras familias. Así vivieron nuestros abuelos y los abuelos de nuestros abuelos, resignados a su triste existencia.
Pero los más jóvenes no estábamos dispuestos a resignarnos. De vez en cuando se abría la verja principal de entrada a la mansión y salía un desfile de coches carísimos que paseaban a gran velocidad entre nuestras chabolas. Nos arrojaban latas vacías de bebidas y cajetillas vacías de tabaco mientras nos miraban desde sus autos con obscena indiferencia. Hacían carreras entre ellos aunque alguno de nosotros resultara atropellado. Aquello era un insulto lleno de desprecio, pero algún día se lo devolveríamos con creces. Los más atrevidos se lanzaron a saltar la valla y, aunque eran devueltos al poco tiempo, algunos lograban quedarse empleados en el servicio de la gran mansión. Cuando los de la mansión decidieron que ya no neccesitaban más empleados, buscaron la manera de impedir que siguiéramos saltando la valla. La elevaron, la llenaron de alambres y perros, la hicieron doble y hasta triple. Pero nosotros ya habíamos aprendido el camino y habíamos comprendido que nada de dentro era peor que quedarse fuera.
Finalmente, un día fue tal la avalancha de nosotros que cruzó la valla, que todo se vino abajo. Entramos en tropel en la mansión, recorriendo sus habitaciones y despensas. Los más violentos decidieron saquear la casa y cargar con todo lo que pudieron. Algunos habitantes de la casa murieron intentando defender lo que hasta entonces creían suyo. Otros huyeron y se construyeron otra mansión en otro lugar. Ni nosotros ni ellos habíamos comprendido nada. Los unos adormecidos por un cómodo bienestar creyeron poder mantener su refugio libre de todo peligro; los otros pensaron que la gran casa tenía cabida para todos y que allí se acabarían sus problemas. Pero vinieron otros, más fuertes y poderosos, y nos lanzaron sus perros de presa hasta arrojarnos de nuevo al mar. Fuimos tantos los muertos, que desde hace muchos años ya nadie ha vuelto a intentar el salto... además, la mansión está en ruinas y ya nadie se ocupa de su jardín.

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4 de Octubre 2005

Carestías

La vida, a veces, es una comodidad demasiado cara para muchas personas, una comodidad que no se pueden permitir. Para ellos resulta más sencillo morirse, pero resulta que la muerte tambien se muestra huraña con ellos y les deja sufrir todo lo posible antes de aceptarles en su tan poco selecto club.
Mientras nuestra vecina anda preocupada por los 3000 euros que le va a costar recarchutarse las tetas, con ese dinero podrían salvarse de varias enfermedades endémicas varios miles de niños en África. Cuando ella escucha la palabra África, se acuerda de su abrigo de piel de leopardo, del hachish de Marruecos que se fuma con otras parejas en sus divertidas cenas de sociedad, y de su criada sin contrato ni seguridad social.
Cuesta pensarlo, mucho más aceptarlo. La realidad es a veces tan dura que no podemos ni mirarla y la sacamos de nuestras vidas, a base de endurecernos y aislarnos de ella. Perdemos nuestra humanidad, pero así logramos mantener el pulso día tras día. Raras veces nos acordamos de ellos, pero si por casualidad lo hacemos, nuestro cerebro rápidamente cubre con un velo toda luz sobre el asunto. Pensamos que ya hemos visto lo más terrible de la vida y que mañana será distinto y mejor, pero luego resulta que sale todo al revés y se nos queda el corazón todo perdido.
Cuesta aceptar la realidad, aunque ni siquiera la miremos, aunque solo sea teóricamente. Es más agradable mirar el escote de la vecina siliconada que observar a un buitre comerse los ojos secos de un niño en el desierto. Es lo que tiene haber pagado un billete de primera en el viaje de la vida... de primera y con vistas a...

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2 de Octubre 2005

Agradecimiento

Muchas veces la gente a mi alrededor, cuando sabe de las horas que puedo pasar delante del ordenador al cabo del día, se sorprende de que al mismo tiempo siga manteniendo una cierta actitud tecnófoba en general y de un cierto recelo hacia la informática en particular. Y es que siempre he considerado que tanto la tecnología como la informática y todos sus derivados deben ser humanizados, puestos al servicio del hombre y no al contrario. Para mí, un bellísimo ejemplo de lo que estoy diciendo es la siguiente historia.
Llevo casi dos años en la blogosfera y sigo sin saber muy bien por qué estoy y por qué sigo. En tiempos leí en la casa de Luis que un blog podía ser o bien un escaparate de uno mismo, diseñado para mayor gloria y lucimiento del autor, o bien un escondite, un disfraz diseñado para ocultar la verdadera naturaleza o identidad de su dueño. En el fondo, si lo pensamos, las dos opciones son la misma cosa, lo único que cambia es la perspectiva desde la que se mira.
En mi caso, creo que se debe a otros intereses, aunque no tenga claro exactamente cuáles son. No es eso lo que os quería contar. La magia y el misterio de este invento reside en la capacidad de poner en contacto a personas físicamente lejanas, desconocidas, de muy diferentes culturas, ideologías, formación, edad, y cualquier consideración social que funciona en el mundo real (por contraposición a virtual). Así, se puede dar el caso (y de hecho se ha dado) de que uno reciba el mismo día dos correos de dos personas habituales en los comentarios de mis blogs, preocupadas por una intuición que habían tenido acerca de mí. Así, resulta que cada una de estas personas por separado, decidieron enviarme unas palabras por correo electrónico, con el fin de darme ánimos y de interesarse por mí. Es decir, que por mucho que pretendamos mantener cierto anonimato, por más que una persona pretenda mostrar otra historia distinta de la suya, por más que uno quiera utilizar el escaparate para mostrar exageradamente positivas sus, a lo mejor, escasas dotes, la verdad o la realidad (¿no son lo mismo?) termina por hacerse ver, al menos para quien tiene ojos. Y resulta, que este invento, cuando lo humanizamos, permite que las bondades de cualquier relación amistosa se muestren sin que la distancia, la separación, la falta de un contacto visual o físico, sin la enorme cantidad de información que da la presencia física y que aquí no existe, sean obstáculos para permitir que aflore lo mejor del ser humano. Quizás sea por eso por lo que me decidí a abrir los blogs y por lo que aún sigo. Pero quizás también sea por eso por lo que a uno le vuelven las ganas cuando le da el bajón. La vida es continua y no hace saltos, se desarrolla tanto delante de un ordenador como en el trabajo, en el hogar o en la calle.
Gracias Brisa. Gracias Unda. Sois mágicas

Escrito por odyseo a las 12:24 PM | Comentarios (20) | TrackBack