30 de Junio 2005

¿Qué clase de familia?

Cuando miles de personas se están lanzando la palabra familia y la palabra matrimonio a la cabeza, hacen algo más que juegos florales de primavera, algo más que un ejercicio filológico de etimología. Se lanzan una idea que está en sus mentes y corazones, que está más del lado de los sentimientos que de la razón. Nunca me han gustado esa clase de juegos, porque aunque me guste jugar con las palabras, no es de mi agrado jugar con lo que ellas significan.
Por esta razón no acabo de comprender a los que en estos días andan tan excitados pensando que la familia está al borde de la desaparición o que el matrimonio se ha desnaturalizado. ¿A qué clase de familia se refieren? ¿A las familias extensas de las áreas campesinas en el siglo XIX y principios del siglo XX en Europa? Esas ya desaparecieron y no pasó nada. ¿A las familias nucleares de las áreas urbanas en los años 60? Esas nos entretienen cuando las vemos en series-documentales de televisión y nos hacen recordar viejos tiempos, pero también han desaparecido.
Los cambios sociológicos experimentados en el seno de las sociedades industrializadas y desarrolladas del mundo occidental en los últimos 60 años han trastocado completamente el panorama familiar. El matrimonio ha dejado de ser una institución rígida donde los roles de cada miembro estaban perfectamente definidos (la mujer en casa para criar a la prole y hacer la comida; el hombre fuera, trabajando a cambio de un salario) a ser un sistema abierto de vida en común. Los progresos en el terreno de la igualdad entre los sexos y la crisis del patriarcado han conducido a una situación sin duda más democrática y digna, aunque ello haya supuesto tener que inventar un nuevo sistema de relaciones dentro del matrimonio y de la familia. El matrimonio por amor es un invento relativamente reciente (poco más de 200 años en Occidente), pero en su momento provocó el horror de los mismos que ahora se horrorizan. El matrimonio durante siglos sirvió para todo menos para formar una familia basada en el amor: servían para unir herencias, linajes, tronos y coronas, Estados y territorios, negocios y empresas, fincas y rebaños. En los últimos años se han multiplicado las familias monoparentales, las familias en donde la pareja de adultos venían de otras relaciones y matrimonios, las familias sin hijos, las familias cuyos adultos no están legalmente casados o proceden de culturas distintas. Y todas son familias y en ellas crecen sus miembros mejor o peor, dependiendo del clima de amor y aceptación que sus miembros se procuren unos a otros. Eso es lo único que importa. Tan mal padre o tan buen padre puede ser cualquiera que se lo proponga o cualquiera que no sepa hacer otra cosa. Nadie lleva escrito en la frente qué tipo de familia puede formar o qué tipo de hijos puede educar o cuidar. Si acaso lo lleva escrito en su caracter pero no en su condición de pobre o rico, católico o musulmán, feo o guapo, rubio o moreno, heterosexual o gay.
La familia no corre peligro. El que corre peligro es el ser humano, por la intransigencia de unos con otros.

Escrito por odyseo a las 8:19 PM | Comentarios (30)

28 de Junio 2005

Morir de éxito

Mucha gente se descubre a sí misma y ante los demás gracias al éxito. Pero el éxito puede ser el detonante que saque lo peor que llevamos dentro. Nuestras vidas anodinas no son buenos escaparates para mostrar la pasta de la que realmente estamos hechos. Mientras la vida no nos pise el acelerador y nos siga permitiendo respirar dentro de esa burbuja de mediocridad sin altibajos en que nos desenvolvemos día a día, nadie sospechará de nosotros. Seguirán creyendo que somos esos pobres infelices (o felices, que para el caso lo mismo da) que pagamos la hipoteca, que estudiamos unas oposiciones, que sacamos el perro a pasear o que hacemos footing por las mañanas.
Pero, de pronto, un día los dioses se acuerdan de que existimos y nos tocan con su mano; de pronto sentimos el leve roce de la fortuna o de la fama y algo cambia dentro de nosotros. Es como si hubieran descorrido las cortinas y, por fin, nos permitieran ver lo que hay tras la ventana. Pero, realmente, es al contrario: al correr la cortina permitimos a los demás observar nuestro interior más oculto.
De repente, nos encontramos metidos en un mundo novedoso, rodeado de nuevas y fantásticas amistades, que nos consienten todo, hasta las más absurdas extravagancias; que se ríen de todas nuestras gracias mientras sigamos pagando los platos rotos de la fiesta. Abandonamos pareja e hijos, empleos y amigos, abandonamos la vida entera porque nos vamos a comer el mundo y el mundo está a nuestros pies, aplaudiendo, riendo, dándonos golpecitos en la espalda. Entonces aparece nuestro yo oculto, ese viejo lobo astuto que siempre eligió la sombra para pasar desapercibido, y aparece en toda su crudeza y, quizás, vileza. Ya no tiene miedo porque las luces de la gran fiesta le nublan la visión, se atraganta y casi no puede respirar, pero está satisfecho. Ha alcanzado el éxito. Quizás dure solo quince minutos, o quince días, o quince años, quién sabe. Dure lo que dure, nos diremos contemplando los restos del naufragio, triunfamos.

Escrito por odyseo a las 6:48 PM | Comentarios (22)

26 de Junio 2005

Estres pre-vacacional

En nuestra sociedad se compite desmesuradamente por todo, pero sobre todo, por no ser como los demás. En estas fechas de verano recién estrenado (pido disculpas a mis lectores del hemisferio sur) se inicia un ritual que empieza a ser obligatorio en toda familia que se precie. Los expertos han hablado mucho del denominado síndrome post-vacacional, pero casi nadie habla del síndrome pre-vacacional, que puede ser hasta incluso más grave. Se trata de la obligación de salir de vacaciones. Sí, habéis leído bien, he dicho obligación de irse de vacaciones. Cuanto más lejano o exótico sea el lugar elegido mejor. Porque uno elige destino no pensando en los días que va a pasar allá, en sus comodidades o atractivos, en sus monumentos o en su gastronomía, sino que elige un destino pensando en el plus de distinción que puede ganar entre familiares, amigos y allegados, cuando llegue el turno de contar (fotografías o videos en mano) su periplo turístico de este año.
No puedes elegir quedarte en casa o veranear con los tuyos en la casa del pueblo, por muy de moda que se haya puesto eso del turismo rural (no confundamos los términos). Tampoco valen destinos trillados como las Baleares o las Canarias; Paris, Roma o Londres no son buenas elecciones porque será dificil que no te topes con una troupe de compatriotas cargados de cámaras de video, cámaras digitales y teléfonos móviles sonando por todas partes y en todo momento. Has de elegir bien, porque te juegas tu prestigio entre los conocidos. Y has de superar tu elección del año pasado porque si no pensarán que te estás haciendo viejo o que te has vuelto un burgués comodón. Nada de alquilar quince días un apartamento de la playa y menos aún irte a un hotel o balneario de la sierra. Ni siquiera menciones la posibilidad de invertir el dinero de las vacaciones en comprarte un aire acondicionado para tu casa y disfrutar de la soledad de las grandes ciudades cuando sus habitantes se van masivamente de vacaciones. El rollo "rodríguez" tuvo su época pero ya está muy pasado (no es cool ;-)).
Vete mentalizando de lo que te espera. Por ejemplo, una semanita con los indios ulauk en la frontera con Alaska (aprovecha la oferta de un curso gratis de su dialecto particular junto a una prueba de carne cruda de alce macerada en jugo de hierbas del bosque y sangre de foca) o bien siete días y seis noches en medio de un hulong en Hong Kong (o cómo sobrevivir sin dinero y sin conocer su idioma entre un millón de hambrientos y poco afables nativos de una ex colonia británica). En fin que hay mucho donde elegir y uno está que no vive, sometido a una enorme presión por cumplir con las expectativas al tiempo de tener que esforzarse por no caer en el agujero de la masificación y la conformidad, los dos grandes vicios de los individuos alienados de esta sociedad postindustrial y poco "moderna". Qué cruz!!!!

P.D.:Mientras tanto, otros andan por la calle protestando contra la pobreza (no tengo informaciones acerca del número de obispos y miembros de la Conferencia Episcopal que habrán participado pero seguro que serán muchos)

Escrito por odyseo a las 5:47 PM | Comentarios (19)

24 de Junio 2005

Buscando lo cool desesperadamente

Basta darse una vuelta por cualquier quiosco de prensa y echar una ojeada a las portadas de la mayor parte de revistas en venta para captar cuál es la mayor demanda de los lectores del siglo XXI: la búsqueda de lo cool (una palabra, por cierto, a la que nadie le encuentra una traducción lógica y aceptable: "fresco", "tranquilo", "glamouroso", "de moda", "estiloso", o cosas similares). Cada una de esas revistas tiene sin duda una sección donde analiza las tendencias (in / out, caliente/frío, sube/baja) a la hora de estar a la última y que los demás te identifiquen como una persona cool.
El valor de lo cool, en cualquier caso, es un valor siempre de algo en comparación con otro algo, es decir, si hay personas cool es porque los demás (la inmensa mayoría) no lo son. Por tanto, lo importante para ser cool, no es tanto lo que uno sea sino lo que no son los demás. Es lo que Jeff Rice llama "la defensa universal de la individualidad".
El gran drama del sujeto que haya alcanzado la categoría de cool es que para mantenerse en esa posición debe estar muy atento, haciendo un enorme y continuo esfuerzo, para que las masas, que siempre le están pisando los talones, no le alcancen. A saber: si resulta cool llevar determinada marca de zapatillas combinada con un traje de chaqueta de corte moderno, en cuanto esa moda se extiende a un número crítico de personas, deja de ser cool porque todo el mundo lo lleva. Realmente, lo que a la persona cool le interesa no es su identidad sino su distinción. Pero la distinción no se consigue siendo diferente de los demás por las buenas, sino que además necesita que se le identifique como miembro del club de la exclusividad. Vestir con cuadros escoceses fue el signo de distinción de la clase alta hasta que cualquiera en mitad de la calle pudo comprar cualquier producto de cuadros escoceses falsos a muy bajo precio.
Así que cuando veo esos especiales que lanzan algunos periódicos dirigidos a un público joven, urbanita y moderno, me entra la risa, porque su pretensión es convertirse en las páginas amarillas de la gente cool, cuando realmente están vendiendo la penúltima tendencia a las masas. Amigos, ser cool exige demasiado esfuerzo para algo que nadie ha demostrado que valga la pena, así que me desengancho de algo a lo que nunca estuve enganchado. ¡¡¡Jesús, qué relax!!!!

Escrito por odyseo a las 6:08 PM | Comentarios (24)

23 de Junio 2005

Cuestión de coeficientes

Dicen los expertos que el coeficiente intelectual no es algo estático, sino que cambia a lo largo de la vida, incluso a lo largo de las horas. Hay días en que te levantas listo y te acuestas tonto o viceversa. Cuanto más listo eres, más cerca puedes estar de sentir esa náusea de la que hablaba el viejo Sartre o, incluso de la silla eléctrica. En algunos estados de los EEUU no te pueden ejecutar si no das el coeficiente intelectual mínimo exigido para la prueba. Tal era el caso de Daryl R. Atkins, un negro oligofrénico que a base de trabajar y trabajar se ha vuelto lúcido (según los expertos en la materia) lo que ha llevado a la ¿justicia? a acabar con él. Se ve que en el corredor de la muerte te miden el coeficiente todas las mañanas, por simple rutina, como el azúcar o el colesterol. Si un día lo tienes alto te fríen. Tampoco te pueden ejecutar si tienes alguna enfermedad o te haces un esguince. Primero te curan y luego te matan, como es lógico.
Está claro que el talento no lleva a nada bueno. Algunos como Daryl podrían pensar en el suicidio pero no se lo permiten, por eso eliminan cualquier objeto punzante o cortante de sus celdas. Está prohibido suicidarse, sobre todo si estás pendiente que los jueces dictaminen que se te debe ejecutar. No está claro si los jueces o los políticos también tienen altibajos en su coeficiente intelectual. Debe ser que sí, porque si no resultaría muy dificil entender algunas de sus sentencias o medidas. En un día tonto, a un gobernante le puede dar por buscar armas de destrucción masiva donde no las hay e invadir un país por el simple capricho de un niño; o a un juez por exculpar a todo un grupo de jóvenes alimañas de Jarrai. ¿No debería haber una ley que les impidiera ejercer sus funciones en los momentos de bajón intelectual?

Escrito por odyseo a las 12:37 PM | Comentarios (20)

22 de Junio 2005

Sacudidas

A veces vemos las cosas como las vemos no porque sean verdad, sino porque necesitamos verlas así. La política y el periodismo, lamentablemente, llevan esta práctica a su máxima expresión. Nosotros mismos preferimos en muchas ocasiones ver las cosas como queremos verlas, a verlas de verdad, porque la realidad nos resulta demasiado amenazante.
Sobre la palabra construimos castillos, de apariencia más o menos sólida, pero con unos cimientos altamente frágiles. Y así vamos pasando el tiempo, como queriendo mantener un equilibrio a todas luces imposible.
Solo de vez en cuando se produce una sacudida, una pequeña fisura en el muro de nuestras falsedades, y vemos algo de la luz a la que nos negamos a mirar. El detonante suele ser algo que nos saca de la rutina placentera de nuestra dormida existencia, como una enfermedad, la pérdida de un ser querido, la ruptura de una relación o un cambio en nuestra situación laboral o personal.
Nos asombramos entonces de lo ajenos que estábamos ante la realidad circundante, de lo sometidos que andábamos bajo el velo de las apariencias. Y es cuando viene el momento de le elección: o seguir ocultos y razonablemente tranquilos e insatisfechos, o salir a la palestra para defender nuestro proyecto de vida con uñas y dientes. Lo primero, sin duda, cuenta con la ventaja de la experiencia adquirida. Lo segundo nos augura un futuro a corto plazo duro y estremecedor. Pero el resultado a la larga no es comparable: seguir durmiendo o crecer como personas. ¿Tú qué eliges?

Escrito por odyseo a las 11:29 AM | Comentarios (22)

20 de Junio 2005

Música alternativa

La música alternativa tiene una existencia corta a partir del momento en que triunfa y empieza a vender discos. Grupos más o menos alternativos, de música heavy o punk o grunge, pueden pasar del día a la mañana a vender miles de discos y convertirse en un fenómeno de masas. El caso de Nirvana puede ser un magnífico ejemplo. La popularidad se convirtió para ellos, al menos para el difunto Kurt Kovain, en algo de lo que avergonzarse. Tras el éxito de Nevermind, que superó en las listas al mismísimo Michael Jackson, decidieron hacer un nuevo album deliberadamente más oscuro e inaccesible (In Utero) que volvió a alcanzar los números uno de las listas. El suicidio debió parecerle la única salida viable a la situación a la que se vieron abocados.
Casos parecidos serían los de Violent Femmes, Grievous Bodily Harm, Circle Jerks o Dead on arrival en el mundo del punk, o el de Tupac Shakur o Eminem en el caso del hip-hop (negro o blanco).
Lo alternativo en cuanto es asumido por el sistema, deja de serlo y se convierte en un producto de masas. Realmente, si tuviéramos que buscar el disco más alternativo de la historia, creo que tendríamos que señalar a Lou Reed y su album Metal Machine Music editado en 1975. En la segunda cara del segundo disco había un tema con un surco cerrado para que se repitiera indefinidamente. El resto eran zumbidos de interferencia radiofónica mezclados con estridentes sonidos de guitarra. Los que lo compraron, en muchas ocasiones, exigieron que les devolvieran el dinero. Sin embargo, hay algunos críticos y fans de élite que lo encuentran fascinante, un placer dificil. Quien ande buscando música alternativa ahí lo tiene. A su lado, todo lo demás suena a gloria.

Escrito por odyseo a las 8:06 PM | Comentarios (23)

19 de Junio 2005

Estar vivo

Estar vivo requiere un esfuerzo mucho mayor que el que se requiere simplemente para respirar. Estar vivo requiere esforzarse en salir de la soledad, porque la soledad solo es llevadera si la eliges y durante un rato. En el silencio, la soledad puede ser un rumor insoportable, decía Juan Cruz, y entonces buscas refugio en el hueco del ruido.
Vivir es algo más que comer y dormir todos los días. Es algo más que estar en compañía o tener un trabajo. Vivir requiere palabras, más de una, como las que escribía Pablo Neruda: "Muere lentamente quien se transforma en esclavo de los hábitos, quien no se arriesga, quien evita una pasión, quien no arriesga lo cierto por lo incierto, quien abandona antes de empezar, quien se queja de su mala suerte, quien no viaja, ni lee, quien no sueña ni persigue sueños, quien no confía, quien no lo intenta, quien no ama (.... )". Vivir es conversar con uno mismo y con el otro, "llenar las almohadas del silencio" decía Cortazar.
Vivir es lo más urgente que tenemos entre manos pero a menudo se nos olvida entre tantas otras ocupaciones superfluas. Y entonces, decía Bukowsky, sentiremos la vergüenza de una vida deliberadamente desperdiciada entre tantas vidas deliberadamente desperdiciadas.

Escrito por odyseo a las 8:43 PM | Comentarios (26)

17 de Junio 2005

Violencia juvenil

Decía Freud que la cultura en sí genera una enorme violencia por la represión que supone a sus miembros tener que domesticar a sus instintos. Lo cierto es que cada sociedad engendra una determinada dosis de violencia y utiliza una serie de medios para representarla.
Nuestra sociedad de la abundancia también se muestra generosa en eso de la violencia y la muestra incluso en exceso. Cualquiera de nosotros, niños y adultos, con o sin formación, presenciamos a través de múltiples medios una enorme dosis de violencia diaria: gestos obscenos, pintadas insultantes, gritos, broncas, riñas, palizas, asesinatos, accidentes, catástrofes, robos, violaciones, muertes, ajusticiamientos.... El cine y la televisión, los videojuegos, internet, son una fuente continua de administración de violencia para nuestros cerebros, para nuestros ojos, nuestros oídos y nuestro corazón. Pura acción y crimen empapuzan nuestros sentidos día tras día.
Así no resultará a nadie extraño que de vez en cuando surjan sujetos dispuestos a emular lo que han mamado desde pequeños, que por una disputa con unos globos saquen unas navajas, que amenacen con una pistola a su profesor o que insulten desde la ventanilla de su coche a la señora que camina por la acera. Sus neuronas están fosilizadas y su corazón encallecido. Solo saben hablar por el móvil y las palabras que les queramos dirigir chocarán contra la pantalla de sus videoconsolas, donde aprenden que atropellar a una anciana o pegar a una prostituta da puntos.
Estamos criando pequeñas alimañas que algún día se harán mayores. No saben expresarse en su lengua materna pero manejan bien la navaja; tienen la sensibilidad de un hooligan y mean en la calle como los perros; también saben romper cascos de botellas, dar gritos en la madrugada y hacer el caballito con la moto. Forman pandillas, como casi todos los depredadores y compiten dentro de ellas de la única forma que saben. Son el fruto de esta sociedad disparatada y son el futuro. Entre todos nos lo hemos destruido.

Escrito por odyseo a las 7:18 PM | Comentarios (14)

15 de Junio 2005

Somos lo que somos

Somos lo que somos y estamos contentos con lo que somos. Somos burgueses y no nos importa vivir en el engaño, al contrario, hemos hecho de nuestra hipocresía un arte practicado hasta la saciedad. Nos gustan vivir en el más acá, en el mundo de las apariencias, aunque sepamos que son solo eso. Nos resulta tan amenazante la dura realidad que preferimos vestirla con nuestros adornos y deformidades, para que aparente ser lo que nos gusta que sea. Adoramos los ritos y costumbres que se repiten con un orden casi eterno porque eso nos ahorra tener que tomar decisiones a cada poco. El orden, esa divinidad que nos protege, es nuestro mayor logro y nuestra meta. A él sacrificamos nuestros impulsos y deseos a base de practicar su continua represión aunque la disfracemos de educación y buenos modales. Somos los primeros en condenar a quienes no se comportan de este modo, aunque otra cosa es dar rienda suelta a nuestras pasiones en la trastienda de la sociedad. Negamos lo que no nos gusta o no nos conviene, pues resulta así menos trabajoso que tener que adaptarnos o rebelarnos contra ello. En el fondo nuestro mayor mérito es el conformismo.
Hemos construido un mundo tranquilo y acomodado. No es real, pero qué importa. Preferimos engullir cualquier experiencia humana auténtica para convertirla en un producto consumible, que enfrentarnos a la vida a cara descubierta. Nuestra vida ha de ser un espectáculo, bello y rutilante reflejo de ese otro mundo menos ideal. El espectáculo es un sueño y nuestro sueño es el espectáculo. Lo necesitamos, aunque a veces nos sepa a pesadilla. Somos convencionales, inmovilistas, conservadores, sobre todo de lo propio más que de lo ajeno. Rechazamos la transgresión, hasta para hacernos el nudo de la corbata, bella metéfora de nuestra condena y ataduras, de ese otro nudo que nos liberaría a través de la muerte. No la muerte física, real, sino solo la muerte burguesa,... morir de verdad... matar la mentira.

Escrito por odyseo a las 8:33 PM | Comentarios (22)

14 de Junio 2005

Pancarteros lacoste

Comprobamos, no sé si con satisfacción, como la derecha en este país se ha lanzado a la calle y le ha cogido el gusto a la movilización con pancarta y bocadillo. Ayer contra el diálogo con ETA o por los papeles de ¿Salamanca?, mañana por el matrimonio (dicen que no contra los gays).
Se les nota un aire de advenedizos por el poco estilo de sus consignas y por el mal porte de sus pancartas, pero lucen en la pechera los cocodrilos que tanto les identifican. En el fondo es un mal recordatorio de cuando la calle era suya. Se han lanzado al monte y hacen como que se lían la manta a la cabeza, pero el perfume les delata: huelen a naftalina.
Han decidido que el parlamento no es el mejor sitio para hacer su política y prefieren movilizar a su gente aunque les cueste el dinero. Su talante democrático no tiene parangón: se mezclan con el populacho en pro de sus quimeras y si hace falta se hacen acompañar por quienes siempre han estado de su lado (la Iglesia). Siguen agarrados a la mentira y la muestran en el esplendor de unos trozos de tela garabateados con poco o nulo ingenio. Caminan como a trompicones porque sus caros zapatos no están hechos para andar manifestándose un día sí y otro también, pero ya saben, quien algo quiere, algo le cuesta. Algo han aprendido.

Escrito por odyseo a las 11:51 AM | Comentarios (26)

12 de Junio 2005

Diálogo de filósofos

Patágoras y Kallistus, maestro y discípulo, se hallaban no muy lejos del acantilado de Samos, caminando lentamente y charlando sobre algunas cuestiones filosóficas. La fresca brisa marina llenaba el aire vespertino con las fragancias de la costa. Tal y como solía hacer, Kallistus aprovechó una pausa en el paseo para formular sus dudas.

- Maestro...

- Dime Kallistus - contestó Patágoras, mientras contemplaba el horizonte.

- ¿Por qué los filósofos siempre hablan acerca de que hay que elegir el camino más duro?

Patágoras miró a su discipulo como quien está valorando si el pescado es lo suficientemente fresco. Luego esbozó una sonrisa socrática.

- ¿Por qué crees tú que lo decimos? - preguntó, mientras reanudaba la marcha.

- Bueno... quizá porque la dureza del camino fortalece el espíritu... porque en la senda más fácil no hay nada que estimule la inteligencia... o tal vez porque el camino más difícil sea el que otorga luego más recompensas - aventuró Kallistus, rascándose la cabeza.

- Muy buenas ideas, pero el consejo filosófico no surgió por esos motivos, sino por otro bastante más concreto - comentó Patágoras, sin borrar del rostro su sonrisilla.

- ¿Y cuál es, maestro? - preguntó el joven.

- La senda fácil es aquella en la cual resulta más frecuente encontrar bestias y bandidos - contestó Patágoras.

Kallistus se quedó perplejo mientras su maestro se alejaba hacia la ciudad. Luego, él también reanudó la marcha, con un atisbo de iluminación surcando su rostro imberbe.

Autor: Fabrizio Ferri Benedetti

Escrito por odyseo a las 12:39 PM | Comentarios (42)

9 de Junio 2005

Niños esclavos

Hace unos días, algunos medios se hacían eco de la noticia de que 450 niños esclavos habían sido liberados en India. La noticia debería hacernos sentir felices si no fuera porque solo en ese país trabajan unos 60 millones de niños a tiempo completo y de esos, se calcula que el 20% lo hacen en condiciones de esclavitud. Son niños entre 6 y 14 años que han sido vendidos por sus progenitores a sus patronos y que trabajan entre 10 y 15 horas al día a cambio de salarios de miseria.
Si con nuestra imaginación nos fuéramos ahora a nuestra infancia, con seis años (recién estrenado el colegio), e intentáramos recorrer nuestro pasado desde entonces para ver todo lo que nos habríamos perdido de haber corrido la misma suerte que estos otros niños menos afortunados, ¿cómo se nos quedaría el cuerpo? Está claro que la infancia, como etapa de la vida, es un invento del primer mundo. Mientras nuestros hijos juegan en el parque, hay 250 millones de niños en el resto del mundo sometidos a explotación y a trabajos forzados. Saben lo que es el deporte porque se pasan muchas horas al día cosiendo balones o zapatillas para que otros niños más afortunados jueguen con ellos. Con su salario no se podrían comprar ni los cordones de esas zapatillas que tan bien han sabido coser. Los gobernantes de sus países (que mandan a sus hijos a estudiar a Europa o Estados Unidos) no están interesados en legislar sobre esta cuestión. Deben considerarla cosa de niños. Nuestros gobernantes, los organismos internacionales que regulan los derechos laborales, que protegen a la infancia, la salud, o que regulan el comercio internacional, tampoco parecen prestar mucha atención a este "pequeño" problema. Los medios de comunicación tratan este asunto como una noticia más o menos recurrente pero que no debe ocupar demasiado espacio porque tampoco es de un interés destacado. Así las cosas, o apretamos un poquito el torniquete a nuestras conciencias o seguirá habiendo durante muchos años más niños condenados a no saber que es un juego de ordenador, qué es un puzzle o una muñeca. Y lo peor, es que habrá millones de niños que no sabrán en su vida qué es eso de ser niños. De adultos comprenderán que aquello era un lujo que no estaba al alcance de sus inapreciadas vidas.

Escrito por odyseo a las 8:51 PM | Comentarios (26)

8 de Junio 2005

Nuevo partido

Cuando uno lleva bastantes años preguntándose hasta cuándo iba a seguir el sin sentido nacionalista de algunos grupos políticos en este país, cuando uno ya está cansado de desayunarse todos los días con la última ocurrencia de algunos dirigentes nacionalistas, leo con entusiasmo la noticia de que un grupo de intelectuales, profesores, gente de la cultura en Cataluña se han movilizado para crear un nuevo partido (un NO-Partido en boca de alguno de sus más llamativos promotores), en cuyo manifiesto se describen como gente ilustrada, no nacionalistas, laicos, defensores de los derechos sociales y de las libertades ciudadanas representadas en la Constitución y el actual Estatuto.
Empiezan por atacar la política que lleva a cabo el actual gobierno tripartito, continuidad de la era pujolista, que se marca como principal objetivo la elaboración de un nuevo estatuto, algo que en boca de los firmantes del manifiesto, está completamente alejado de las necesidades diarias de los catalanes.
Critican la política de enfrentamiento continuo entre la administración catalana y central, que ha servido en más de una ocasión como excusa para encubrir la corrupción (Banca Catalana, comisiones del 3 por ciento) y que ha llevado a Cataluña a una situación de decadencia en todos los ámbitos, tanto político como económico.
Denuncian que tal política de enfrentamiento continuo y rechazo de todo lo español ha contribuido a crear una mala imagen de Cataluña entre el resto de territorios españoles y, sobre todo, que basar toda la actuación política desde hace años en el mito identitario, no ha resuelto los problemas reales de la gente en esta comunidad.
Llama la atención la forma en que termina el manifiesto al reclamar la creación de un partido político que contribuya al "restablecimiento de la realidad". El nacionalismo, por tanto, como ideología, aparece retratado como un conjunto de principios abstractos a los que solo cabe adherirse mientras los problemas reales de las personas de la calle permanecen sin solución. Lo simbólico frente a lo real, en suma, significaría dejar a un lado el análisis de la realidad para concentrarse exclusivamente en defender una supuesta identidad desde una postura continua de victimismo alimentada por los partidos catalanes (y vascos) desde hace años. Firman, entre otros muchos, Albert Boadella, Félix de Azúa o Arcadi Espada.

¿Para cuándo iniciativas similares en Galicia o País Vasco, por ejemplo?

Escrito por odyseo a las 1:16 PM | Comentarios (29)

7 de Junio 2005

Turistas sin fronteras

Que el turismo es como una peste que lo invade todo era algo sabido. Hoy es posible encontrar turistas en cualquier lugar del mundo, por inhóspito, extraño o vulgar que sea ese sitio. Se desplazan por el mundo como esas plagas de langosta que de vez en cuando llegan hasta nuestros campos, en oleadas de sujetos cargados de artilugios electrónicos dispuestos a grabar todo lo que se le ponga por delante de las narices. Quizás por esta razón, las empresas y agencias especializadas, no hacen más que retorcerse las neuronas para inventar nuevas formas de explotar ese negocio. Mientras el turismo rural queda para los padres de familia con niños pequeños y el turismo de aventura para los universitarios con más adrenalina de la cuenta; cuando ya empieza a pasarse de moda eso de ir a fotografiar ballenas a la Patagonia y hasta te puedes encontrar una excursión de jubilados haciendo un safari fotográfico en Kenya; ahora, lo más novedoso es el turismo "oenegé", o turismo solidario o turismo alternativo o turismo de guerra, como se le quiera llamar.
Ya hay agencias que por un precio nada módico te trasladan a visitar los campos de refugiados en la Franja de Gaza y te dejan fotografíar los tanques israelíes mientras derriban la casa de algún palestino. Si lo que quieres es darte un baño de miseria en algunos de los suburbios de Buenos Aires, puedes contratar los servicios de otra empresa que te lleva a visitar chabolas y te permite entrar en las casas de esas personas que se dejan hacer fotos mientras te cuentan sus penurias. Por este camino, pronto podremos irnos de fin de semana con un grupo de la guerrilla maoísta en Filipinas, o hacer un tour por los campos de Darfur, o pasar la semana santa entre saharahuis en Tinduf.
Luego, a nuestro regreso, mostraremos las fotos a nuestras amistades, les amenazaremos con una sesión de vídeo donde puedan apreciar nuestro singular valor al visitar semejantes lugares, al tiempo que les demostremos lo maravillosamente alternativos que somos.
Que lo sepais, que ya no mola eso de hacerse una foto con la Torre Eiffel a nuestras espaldas. Ahora, lo que se lleva, es una foto rodeado de niños llenos de mocos y moscas, para mostrar al mundo nuestra sensibilidad sin fronteras.

¡Vaya tela!!

Escrito por odyseo a las 11:29 AM | Comentarios (32)

5 de Junio 2005

El Futuro ya está escrito

El futuro, antiguamente, era cosa de videntes y pitonisas, de arúspices que miraban las entrañas de los animales sacrificados o augures que observaban el vuelo de las aves. Para los más interesados en conocer el porvenir, siempre cabía la posibilidad de darse una vuelta por el oráculo más cercano (Delfos contaba con una buena publicidad).
Pero las cosas han cambiado mucho desde entonces y, sin apenas darnos cuenta, hemos pasado de los tiempos oscuros donde viejas brujas te engañaban a base a leerte las líneas de la mano, a unos nuevos tiempos donde el futuro ya está escrito. De escribirlo se encargan empresas especializadas que recopilan mucha información acerca de los gustos de la gente, sus necesidades, sus preferencias, sus miedos más íntimos, sus deseos más oscuros, y con la ayuda de unos equipos formados por psicólogos, antropólogos, sociólogos, publicistas y analistas de mercados, elaboran por escrito un libro (informe) donde adelantan las tendencias futuras en materia de moda, arquitectura, consumo, música, o cualquier parcela de la vida que se le ponga por delante. Así resulta que en la moda de los próximos años van a predominar los colores fuertes y los diseños que se inspiran en Oriente; pero en la arquitectura, sin embargo, las tendencias van por las líneas y espacios amplios que recuerden a la globalización del planeta, fíjense ustedes.
Ese libro sólo está al alcance de unos pocos: empresas automovilísticas, de ropa, de bebidas, discográficas, editoriales, etc., que pagan cantidades astronómicas por conocer (y por conocerlo solo ellos) lo que el futuro nos deparará según los que han elaborado el citado informe.
Lo que nos falta por saber a los sufridos consumidores que nos tendremos que someter al dictado de tales futurólogos, es cuánta parte de dicho futuro ha sido imaginada y diseñada por los que elaboraron el libro y quién se lo dictó.

Escrito por odyseo a las 9:18 PM | Comentarios (15)

3 de Junio 2005

Diferencial de natalidad

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El Roto

Escrito por odyseo a las 5:48 PM | Comentarios (21)

2 de Junio 2005

Inflación del dolor

Si le preguntas a una persona de algún país del Tercer Mundo si en su tierra la depresión es un mal tan extendido como entre nosotros, la respuesta es que no. La razón es bien sencilla: porque no hay psiquiatras, te responden. Y es que en nuestras sociedades modernas, tecnológicas y deshumanizadas, hemos creado las condiciones más propicias para que las personas no soportemos ni el más mínimo malestar, físico o psicológico. De cualquier pequeño incidente cotidiano hacemos una tragedia de proporciones devastadoras. Resulta fácil encontrar en una conversación entre adolescentes los componentes de dicho desvarío: el chico con el que estaba saliendo desde hacía una semana le ha dejado por otra y ya el mundo se le ha venido encima; o los padres se niegan a comprarle la deseada motocicleta y el chaval se ve sumido en el pozo de la desesperación. Los adultos, por increíble que parezca, siguen esas mismas pautas a la hora de alimentar sus malestares: un jefe que no nos mira con buenos ojos; el vecino que no me saluda cuando coincidimos en el ascensor; mi pareja no atiende mis caprichos cuando se los requiero, mi mascota se ha muerto, etc., son razones suficientes para que nuestro nivel de ansiedad se dispare y lleguemos a pensar que nuestra vida es un cúmulo de desgracias de las que resulta imposible salir. En algunos casos, hemos hecho de ese supuesto dolor nuestra guía vital y, en el fondo, parece que es lo que da sentido a nuestra frustrada existencia. Necesitamos pastillas para vivir, para dormir, para no sentir, para no sufrir. Nuestra vida depende del farmaceutico más que de nosotros mismos.
Nuestros abuelos vivieron guerras y sus desastres, vivieron holocaustos, vivieron la miseria de los años del hambre y las cartillas de racionamiento, vivieron la muerte de algunos de sus hijos pequeños por enfermedades hoy incluso desaparecidas, y sin embargo, supieron salir adelante con todo eso y mantener intacta su fe en la vida y en el ser humano. Nosotros, en cambio, hemos disfrutado de indudables ventajas en comparación con ellos y nos amedrentamos ante la más mínima de las dificultades. Dios mío, el dolor en qué poca cosa lo hemos convertido.

Escrito por odyseo a las 11:34 AM | Comentarios (25)