31 de Mayo 2006

Rompamos el carnet de socio

El estado de la nación apesta. Stop. Nuestros políticos están pringados. Stop. Las ideologías se han extinguido. Stop. El mundo anda al revés. Stop.

Ya no existen las derechas y las izquierdas. Son categorías que han quedado vacías de significado y de contenido. A falta de ideologías con peso, los ciudadanos acuden al fanatismo de un imán religioso o nacionalista, al Mercadona o a la Semana Fantástica del Corte Inglés. Los domingos ideales son aquellos en que abren los templos del consumo y los ciudadanos pueden ir a depositar su humilde óbolo en la línea de cajas. Ser progresista consiste en recorrer con el carrito el pasillo de los alimentos macrobióticos y sin aditivos, inclinarse por la agricultura biológica y el turismo rural. Ya nadie tiene entusiasmo por el futuro y todos se avalanzan para abrazar el pasado perfecto o pluscuamperfecto. Real o imaginario, es lo de menos; lo importante es no moverse del camino actual marcado por las revistas de moda y tendencias. No hay que mirar hacia delante sino frenar el paso para no llegar a lo peor. Todos apuntados al carro de la conservación o, como mucho, la rehabilitación o adecentamiento de la fachada. Corporación dermoestética aplicada al cerebro y el discurso político. Que nadie se escandalice o se ponga a pensar. Inmovilismo. Stop. Tranquilidad ciudadana. Stop. Barrigas llenas. Stop. Cerebros oxidados. Stop. ¿Ser gay es ser progresista? Stop.
Pasemos de los líderes, de las consignas de partidos y empresas. Apaguemos la televisión. Rompamos la cadena alimenticia de los poderosos medios de comunicación y formación. Busquemos el empeño horizontal que nos iguala como comunidad de seres, como comunidad esencialmente humana. Fuera más estafas filatélicas o inmobiliarias, bélicas y con chapapote. No creo en la gente bien vestida, con años de estudios e inversiones en bolsa; no creo en la gente que luce moreno en enero y conocimientos de inglés todo el año. Hoy los obreros son de derecha, y los yuppies de izquierda, perpetuando el engaño de ser lo que no existe. Seamos el martillo del sistema que acaba con el sistema. Pero no desde la poesía romántica o la pose alternativa. Los espíritus no pueden descansar si quieren ser contestatarios: han de estar vivos diariamente y contagiar, contaminar, provocar, para que el progreso no sea algo privado, exclusivo de los miembros del club. Rompe el carnet de socio. Stop.

Escrito por odyseo a las 7:17 PM | Comentarios (20)

29 de Mayo 2006

La resaca de la lechuza

Como todos sabéis este espacio de los lunes lo titulamos el “guiño de la lechuza”. Pues bueno, ayer por la noche la lechuza salió, pero no como todas la noches, pues se puso gayumbos nuevos y se largó de fiesta. Ya tocaba. Y regresó como siempre, al amanecer, aunque no como siempre que salía de fiesta, y es que el calendario no perdona ni a las lechuzas.
Quien más quien menos ha sufrido alguna vez una resaca, es decir, la aparición de un conjunto de síntomas -¡puñeteros síntomas¡- al día siguiente de haber bebido demasiado, y no precisamente refresco de limón, amigo, como si fuese un tributo que tuviéramos que pagar por haber cometido un exceso. Pero es frecuente la generalización que hacemos del término resaca a otros aspectos de la vida cuando se ha producido un hartazgo que, lejos de habernos dejado satisfechos, cuando se han pasado los efectos anestésicos de la borrachera, nos produce un sentimiento de tristeza e incluso de destrucción. Suele ocurrirles a aquellos que han ocupado un lugar destacado en la sociedad por el motivo que fuera, sometidos al halago permanente. Pero en mayor o menor medida casi todos hemos padecido alguna vez esa situación –en la primera y, en muchos casos, última comunión, en nuestra boda, en nuestro trabajo, etc-. Y digo padecido, con todo sentido, pues el exceso del reconocimiento, el halago desmedido, la proliferación de besos, de fotografías, autógrafos, etc. puede llevarnos a una borrachera que haga que nuestros pasos antes firmes, se conviertan en torpes, nuestra visión justa en inadecuada y nuestra percepción sana en patológica. Pasada esta embriaguez, la resaca juega un papel importante y sanador incluso, pues de alguna manera nos hace poner los pies en el suelo, el suelo del dolor, del dolor por lo perdido, en este caso la euforia que da el prestigio, la fama, el halago, la juventud, etc. El tratamiento de esta resaca del alma es tan sencilla como la del cuerpo. Fundamentalmente dejar que pase el día, reposo, abstenerse de todo aquello que ocasionó el exceso del día anterior, nunca intentar “quitar una resaca con otra”, pues sería ir de dolor en dolor, de tristeza en tristeza, de vacío en vacío, e implicaría estar siempre fuera de sí, que curiosamente es la situación que muchas veces buscamos, pues el estar “ensimismados”, con nosotros mismos, supone un síndrome de abstinencia difícil de soportar.

La lechuza beoda.

Escrito por odyseo a las 6:07 PM | Comentarios (21)

25 de Mayo 2006

¡Todo falso, es estupendo!

Hace años ser propietario de algo auténtico era signo de distinción. No digamos ser auténticos, como personas. Hoy, en cambio, alardeamos de nuestra falsedad y buscamos la distinción por ella. Algunos pasean en caros vehículos presumiendo de una determinada posición social cuando lo único que arrastran es una deuda de gran cilindrada. Esos mismos, se entusiasman mostrando su casa a los invitados y explicando cada uno de los detalles de estilo (copiado de una revista de decoración), cuando los ladrillos que asoman en algunas zonas de las paredes son de papel pintado y las vigas de madera envejecida de los techos son de plástico. Pasean a sus mujeres tintadas de rubio y con silicona, a sus niños de azul celeste y pantalón corto hasta en el más crudo invierno, a sus secretarias sumisas y calientes a cambio de un sueldo fijo, su rolex de mercadillo y sus complementos de imitación. Todo es falso en sus vidas empezando por ellos mismos. Mienten hasta cuando te dan la hora. Pero la falsedad les agrada y en ella hacen su nido y medran. Lo que importa es la fachada, la apariencia, la superficie, la imagen, lo externo. La profundidad da miedo además de mucho trabajo. Para qué esforzarse en ser mejor persona, en ser coherentes y sinceros, si con la mentira y la falsedad se llega más lejos y antes. Quien no lo entienda que se dope.

Escrito por odyseo a las 7:52 PM | Comentarios (16)

22 de Mayo 2006

¿Qué harías tú?

Existen numerosos dilemas en los que entran en conflicto la legalidad (leyes aprobadas por los parlamentos legislativos y, por tanto, vigentes en un Estado) y la legitimidad (lo que es justo en sí mismo, independientemente que las leyes jurídicas lo autoricen o no).
Por ejemplo, negarse a pagar impuestos en un Estado corrupto (en el que o existan dudas de que los gobernantes y los altos funcionarios se apropian continuamente de dinero público) parece una actitud legítima, aunque sea claramente ilegal.
En el caso de ser ciudadano de uno de estos Estados, ¿te negarías a pagar los impuestos como forma de protesta y testimonio públicos, aunque debido a ese hecho te pudieran caer sanciones económicas e incluso penales? ¿O preferirías pagar lo que te corresponde, diciéndote a ti mismo que tú quieres vivir tranquilo y que al fin y al cabo nada puedes hacer contra esa corrupción?
Dada la misma situación, ¿mentirías en tu declaración o no declararías determinados ingresos a Hacienda, argumentando que todos roban y que, por tanto, es legítimo que tú también lo hagas?

(Tomado de Internet: www.iesmurgi.org)

El Rival de Odyseo


Escrito por odyseo a las 12:17 PM | Comentarios (21)

18 de Mayo 2006

Ahorrando energía

¿Qué pasaría si cogiéramos a todos los usuarios de ambos sexos que llenan los múltiples gimnasios del país, que corren como locos/as en cintas que no llevan a ninguna parte, que habrán levantado toneladas de peso al término de sus tediosas sesiones de pesas, que habrán recorrido varios tours sin levantar el culo del asiento de una bicicleta sin ruedas dentro de una habitación sin ventilación rodeados de sudor propio y ajeno? ¿Qué pasaría si cogiéramos a los miles y miles de sujetos que corren por aceras, parques, carreteras, calles, polideportivos o campo a través, a cualquier hora, todos los días, haciendo kilómetros de ida y vuelta, sin más sentido que el perder unos kilos o ganar una carrera contra su propio calendario? ¿Qué pasaría si todo ese esfuerzo inutil y vacuo, si toda esa fuerza y energía desperdiciada en el sin sentido de la sociedad actual que necesita quemar la grasa de su avaricia, de su codicia y de su ansiedad para creerse sana, la empleáramos en algo provechoso como mover alimentos hacia el Tercer Mundo, vaciar de pobreza o de Sida la inmensa habitación de África, eliminar la esclavitud o la prostitución infantiles?
Que me diríais que eso es demogógico y seguiríais quemando grasa en el gimnasio.
Qué lástima de energía desperdiciada!!!!

Escrito por odyseo a las 6:42 PM | Comentarios (21)

15 de Mayo 2006

Se abre el telón: Arriba el Bufón

Siempre he sentido gran admiración por los bufones, esos personajes agudos, ingeniosos, mordaces y dotados de una gracia especial que hacen reír pero que también son capaces de decir a la cara lo que todo el mundo piensa y nadie se atreve. Como dice Francisco Umbral, el bufón moderno es el intelectual, que actúa contra el poder arrojándole palabras como ladrillos o carcajadas como sentencias de muerte. En nuestro país es posible encontrar todavía algún bufón al modo antiguo de considerarlo y no exento de la connotación moderna. Es el caso de Albert Boadella y la inicativa política que representa. No conozco mucho su obra. Leí su libro Memorias de un bufón mientras estaba convaleciente de una intervención quirúrgica y me hizo pasar el trago con otro talante. Y ahora, en estos momentos, en los que políticamente me he convertido en un descreído y un escéptico casi total, veo su propuesta –junto con otros compañeros de viaje- de crear un partido político, con cierta ilusión. Seguramente pocos como él están tan autorizados hoy para poner en duda nuestros valores, el conformismo imperante y decirle a los responsables políticos actuales que mienten como bellacos, y que abusando de la confianza depositada en ellos por gente de buena voluntad no permiten que otros puedan expresarse, y que sólo ellos, desde el lugar privilegiado que les hemos concedido puedan hacer uso de la palabra y por tanto influir en la sociedad. Ciertamente veo con simpatía la propuesta de Boadella, Aracadi Espada, Félix Azúa y compañía. Fundamentalmente porque, a mi corto entender, la izquierda ha entrado en barrena y creo que es necesaria una formación política de izquierdas como alternativa no sólo a los partidos políticos nacionalistas sino a la izquierda nacional, un partido que sea integrador y formado por personas más comprometidas con la verdad que con las siglas. El señor Boadella, que tan bien visto estaba por la izquierda , con la que incluso coqueteó en épocas pasadas –aunque más de uno de sus responsables le defraudara, como él mismo cuenta en sus memorias- veremos a ver si no pasa a ser considerado el mismo demonio -reconvertido en fachorro- en cuanto empiece a restarle votos al señor Zapa y su tropa. Porque una cosa es animar la fiesta cantando coplillas y otra muy distinta que el bufón se convierta en rey y nos joda el tinglado. Esperemos, por la salud política de nuestro país -¿ o nación?, yo qué sé- que la cosa cuaje y no se quede en una bufonada.

El rival de Odyseo.

Escrito por odyseo a las 10:13 AM | Comentarios (12)

10 de Mayo 2006

Basura en el correo

Si hubiera hecho todo lo que me recomendaban los miles de correos electrónicos que recibo a diario desde miles de lugares del mundo en donde hay miles de personas (unas anónimas y otras con nombres de innata sensualidad lingüística) que se interesan por mi salud mental, mi bienestar sexual, mi potencia viril, el tamaño de mis partes, mis amistades y relaciones con el otro sexo o con el mismo, mis caídas en la depresión y la ansiedad, así como el estado del software de mi equipo, de mis cuentas bancarias y de mis deudas varias, además de invitarme a actualizar mis conocimientos de anatomía femenina y masculina o a usar ayudas químicas de color azul para prevenir posibles disfunciones eréctiles… Si hubiera hecho todo eso, además de arruinado, resultaría que a estas alturas, tendría el hígado y los riñones hechos polvo, el pene del tamaño de la Torre Agbar de Barcelona, mi estado anímico sería absolutamente ciclotímico, tendría una sonrisa permanente pero bobalicona en mi cara, mi equipo tendría casi los mismos virus que mi aparato reproductor y mis cuentas bancarias serían administradas por los abogados de mi mujer (a esas alturas ya ex mujer). Pero eso sí, la bandeja de entrada de mi correo estaría completamente actualizada y al día. Además, mi ego se siente reconfortado al saber que en el mundo todavía hay muchas personas buenas que se interesan por los demás. Gracias internet, gracias San E-Milio, gracias Mr. Spam.

Escrito por odyseo a las 9:28 PM | Comentarios (15)

8 de Mayo 2006

El futuro

Tenemos próxima la celebración del día del padre y caliente aún el de la madre. La preocupación de todos los padres ha sido siempre la vida de sus hijos y fundamentalmente su futuro. Al fin y al cabo su presente preocupa menos pues siempre se puede estar ahí para cumplimentar sus necesidades. Pero el futuro se presenta hoy a nuestros ojos marcado fundamentalmente por la incertidumbre e incluso el catastrofismo. Hace tiempo que nuestra confianza en el futuro desapareció, pues dicha confianza venía de la mano de un valor aparecido en la Ilustración, el valor del progreso, que hoy está también en entredicho. Durante el mencionado periodo, el progreso humano se interpretaba como un proceso de racionalización constante que serviría para poder liberarse de la superstición religiosa o del gobierno irracional y de esta forma rectificar el curso de la Historia. Pero hechos como el terrorismo internacional, las armas de destrucción masiva, la contaminación industrial, el control de la información, el fanatismo religioso, los nacionalismos extremos, etc. no son obra precisamente de esa esperada racionalización. Más bien parece que nos hemos quedado sin porvenir y lo que se evidencia ante todo es una desconfianza total en el futuro. El optimismo de hace unos siglos en que el progreso guiaba nuestros pasos ha sido sustituido en gran parte por el miedo. Son muchos los padres que hoy ven con preocupación el futuro que a sus hijos se le avecina, pues ni siquiera el trabajo individual, vemos pueda servir al bien de todos, como antiguamente se consideraba. Si a esto añadimos que la Educación ha perdido el sentido moral y social que tenía y que ha dejado de ser considerada un valor en sí misma, no debe extrañarnos que a los padres no se les “pegue la camisa al cuerpo”. Me temo que tenía razón Paul Valery cuan decía que “lo malo de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era” .

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 9:40 AM | Comentarios (9)

3 de Mayo 2006

Números

Con los números pasa como con casi todo en esta vida: están sujetos a los gustos y a las modas. Por ejemplo, conozco a algunas personas que odian a muerte a los números impares. Casi tantos (más uno) como los que conozco que sienten aversión por los números pares. Hay personas a los que les hace especial tilín el número cinco o cualquiera de sus múltiplos. El tres, por ejemplo, goza de gran predicamento entre el colectivo de conyuges cornudos así como entre los asistentes al decimoctavo congreso sobre el dogma de la Santísima Trinidad. El sesenta y nueve produce cosquilleos al menor descuido de la imaginación (sin que haga falta ser del signo de Piscis para recordarlo). El doce siempre ha gozado de gran estima entre los cristianos y los vendedores de huevos de aves de corral. El trece depende. Si eres italiano gozarás en su presencia, pero si eres de casi cualquier otra latitud será signo de mal fario.
Algunos son tan obsesivos que todo en su vida procuran que cuadre con su considerado número de la suerte: desde la fecha de su boda o el número de veces que se ha divorciado, el número de hijos, el número de la habitación del hotel o la terminación de la lotería de Navidad. Lástima que tal consideración suele ser totalmente gratuita si no el número de multimillonarios en este país sería inmenso. Los hay tan retorcidos que tienen que acudir a las enciclopedias para buscar su número preferido, no se contentan con cualquier número entero sino que tienen que recurrir al mundo de los números fraccionarios. Así, están los seguidores del número phi (al borde de la excomunión por parte del Opus Dei), los del número pi (por una hache éstos se libran de la excomunión), los de la media aritmética, eternos rivales de los de la media geométrica y un largo etcétera.
Yo, personalmente, en esto de los números suelo ser poco maniático: el cero me encanta si es de derechas; el uno me gusta para el número de mujeres que pueden soportarme durante una temporada más o menos larga (matrimonio) y a la vez; el dos me parece perfecto para el número de hijos que la vida me ha concedido (que yo sepa); el tres... ejem, ejem... para una noche no está nada mal... En fin, que a mí los únicos que no me gustan son los números primos, lo cual no requiere más explicación, y los números rojos con los que me maltrata mi banco cada 2x3.

Escrito por odyseo a las 8:03 PM | Comentarios (16)

1 de Mayo 2006

¿Qué es leer?

Me encuentro estos días dándole vueltas al pensamiento de Nietzsche y la verdad es que estoy hecho un lío, pues encuentro interpretaciones suyas muy diversas. Siempre me he preguntado si un libro, una canción, o cualquier otra creación humana puede dar lugar no ya a interpretaciones diversas sino a veces totalmente contradictorias. Y sobre todo cuáles son las razones por la que esto ocurre. Tal vez una cierta explicación al hecho la encontremos en un artículo de Ortega y Gasset titulado Qué es leer, donde señala que leer un libro, como todas las ocupaciones propiamente humanas, es una faena utópica, es decir, una tarea nunca acabable, en el sentido de que leer es fundamentalmente el proyecto de entender plenamente un texto, lo cual es imposible, ya que cualquier lectura no es más que una aproximación al contenido sin poder llegar nunca a alcanzar el sentido completo del mismo. Y esto es así porque todo “decir” cumple una doble condición: 1. Todo decir es deficiente, ya que dice menos de lo que quiere, con lo cual el lector sólo podrá, y no sin esfuerzo, sobre todo en algunos casos, extraer parte de lo que el texto decía. 2. Todo decir es exuberante, es decir, da a entender más de lo que se propone, lo que da lugar a que el lector encuentre ideas que el autor no ha querido expresar de manera voluntaria, o incluso que el texto pueda generar ideas en el lector no deseadas por el autor. Hay quienes sostienen que todas las lecturas e interpretaciones de un texto suponen un enriquecimiento del mismo y que en este sentido cada texto tiene su propia vida. Aplicando esto al caso que me ocupaba me pregunto si la posible lectura que de Nietzsche (voluntad de poder, superhombre, etc.) pudiera haber hecho el nazismo, caso de haberlo leído, supondría enriquecimiento de la obra del filósofo. O si por el contrario, no son ciertas interpretaciones que se hacen de algunas obras, como pudiera ser la del autor germano, más fruto de la vacuidad de los lectores y críticos que de esa exuberancia de la que hablaba Ortega.

El rival de Odyseo

Escrito por odyseo a las 7:41 PM | Comentarios (14)