3 de Mayo 2007

Viajes Martínez

Todos tenemos un Martínez en nuestras vidas. Incluso en alguna ocasión nosotros seremos un Martínez para otros. A mi Martínez particular lo conocí hace… ¿Tantos? Bueno lo conocí un día y punto, no pienso auto-flagelarme en este momento. Martínez es ese tipo agradable, algo insulso, bueno de caerse y demasiado inocente, pero que dan ganas de abrazarle cada vez que abre la boca por lo tierno que es…también de arrearle capones, porque saca de quicio al más paciente, pero esa es otra historia.
Junto a él he vivido sus enamoramientos, sus arrepentimientos, su novia formal, su boda y su estrepitoso divorcio. Incluso hemos llegado a trabajar en la misma oficina, lo cual en ocasiones ha sido…eso, ha sido. Comenzó en la oficina estrenando su divorcio junto con el de la sin par Ofelia, mi amiga del alma, y compañera de trabajo. Era enternecedor verlos suspirar por los rincones, despechado él, despechada ella. Yo fui el efecto de su feliz encuentro. La causa no fue otra, que un peculiar deseo egoísta para que me dejaran de utilizar como pañuelo de lágrimas con sus cuitas. Ahora son una pareja estable, feliz y con planteamiento de viaje a Irlanda para dentro de treinta años, mes arriba o abajo.
Esta vez la causante del entuerto no fui yo. Ellos tuvieron planeado el viaje al milímetro en su momento. Incluso Cucho, su fiel labrador, tenía casa durante el asueto de sus amos. Pero todo se fue al garete por la falta de pericia de mi Martínez. ¡¡Este chico no me aprende y no se fija en nada!!! Misterioso y compungido me llamó una tarde, Ofelia le había amenazado con separarse formalmente.
- Pero si no estáis casados ¡Martínez, por favor!
Entre cafés y nervios, me detallaba la rareza de su Ofelia.
- Ofelita ya no es la misma
- ¡¡Sin diminutivos Martínez que te arreo!!
Tras los detalles que esgrimía, realicé un pequeño tercer grado sobre los hábitos de compra de Ofelia en los últimos meses. Martínez es el proveedor oficial de la casa. Se empezó a encender la lucecita roja con sirena incorporada. Lo dejé sentado hasta mi vuelta y me marché sin dilación a reunirme con Ofelia. Dos tazas de té más tarde, cuando la susodicha pasó de la risa al llanto y de éste, al enfado en décimas de segundo, tras aullarme ante mi atenta observación de sus nuevos modales adquiridos:- ¿¡Tengo monos en la cara!? Supe perfectamente donde estaban los monos. Precisamente no estaban en la cara y desde luego no eran de feria. La dejé con una buena excusa, previo encargo al camarero de una tila doble. Martínez seguía esperándome. Cuando me vio aparecer con una sonrisa y un pequeño paquete en las manos suspiró agradecido. Sabía que traía una solución para su mal. Eso creía él. Casi tuvimos que llamar a urgencias. El par de patucos que le había comprado para que a su vez se los regalara a Ofelia, como pareja observadora y atenta, aunque no se entere de la misa a la media, fueron el detonante. Balbuceaba el pobre frases inconexas:
- ¿Cómo?... ¿esto?... ¿¡pero ha ocurrido!?
- Pues muy fácil cuando papá y mamá se quieren…¡¡Martínez, que no tienes cinco años!!
- No puedo creer…es... No... las cuentas.. salen
-¡¡Martínez!! Como pronuncies la palabra menopausia te pateo la quinta esencia varonil
Don Eulogio confirmó el estado días más tarde. No tuve que patear nada. Ofelia se congració de nuevo con Martínez por detallista y pinturero. Todo volvió a la normalidad…Bueno, todo lo que se dice todo, no. Pero eso lo relataré otro día…

(Continuará…)

La adjunta de los Rivales

Escrito por odyseo a las 3 de Mayo 2007 a las 08:57 PM | TrackBack
Comentarios

No pienso perderme la continuación de esta historia.. una historia de como bien dices esos miles de martienez que hay por el mundo..

Saludos

Escrito por pedro a las 4 de Mayo 2007 a las 01:39 AM

¿Falta de pericia lo llamas? Un fenómeno el Martínez, ¡¡¡No me digas!!

Escrito por Diógenes a las 4 de Mayo 2007 a las 03:26 PM

PEDRO: Habemus Pedro habemus ;-). En unas semanas continuará. Un saludo

DIÓGENES: Denoto por tus letras que de observación andamos Martínez...¿y la lista de la compra? ;-))

Escrito por La adjunta de los rivales a las 4 de Mayo 2007 a las 05:45 PM

:) He de reconocer que un Martínez tan completito como el tuyo, de esos con los que compartes incluso techo, aunque sea el techo de la oficina,jeje, pues no, vamos, así no, pero de si de otra manera.

Como soy una mujer positiva y afortunada, ser confidente de personas buenas, tiernas y.. bueno en lo demás no me fijo tanto, lo tomo como un regalo de confianza que siempre respeto y agradezco a cambio pongo mi granito de arena siempre que puedo o se para devolver una parte de ese regalo que recibo, así que creo que los-las Martínez de mi vida son felices a su manera :)

;) yo también quiero que sigas, a ver que nombre le ponen a la semillita jajajaja, perdón ¿He usado un diminutivooo?????

Escrito por Brisa a las 4 de Mayo 2007 a las 07:36 PM

Elevas a Martínez a la categoría social equivalente de figuras ya tan extendidas y conocidas como los Rodríguez, por ejemplo.
Esperemos a ver cómo continua lo que se anuncia como una prometedora saga.

Escrito por odyseo a las 5 de Mayo 2007 a las 12:43 PM

BRISA: Compartí techo de oficina :P. Ahora ya sólo comparto, de cuando en cuando, el de la cafetería...ya no es lo mismo :(. Es moda lo del diminutivo...años ah ;-) :)))

ODYSEO: Los Rodríguez tuvieron su etapa, es más al parecer se extiguieron. O más bien se fusionaron. No sé en qué opción se encuentran situados ahora.

"Martínez" es categoría social permanente, no hay más que echar un vistazo alrededor(incluído el espejo). Seguro que tienes uno cerca ;-)))

Escrito por La Adjunta de los Rivales a las 5 de Mayo 2007 a las 07:15 PM
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