En las noches uno puede encontrarse casi de todo, desde penetradores compulsivos, coleccionistas de coitos, hasta ciertas profesionales del deporte de la entrepierna. No me refiero a las pobres que pasean varices y miserias por las calles y carreteras de la nocturnidad. No, me refiero a esas suculentas modelos, a esas chicas, y no tan chicas, elegantes que acompañan a hombres viejos y grises, de abultadas carteras en bolsa y chofer en la puerta de casa. Esas son las auténticas profesionales que con solo abrir su depilada entrepierna hacen sonar el aparatito lector de la visa oro. Buscan a sus presas con la educación de las hienas y cubiertas con la piel del leopardo o el visón. Son coños de oro, vendidos al mejor postor y no solo por una noche. Su tragedia es que han de trabajar 24 horas al día durante el resto de los días de sus amos, sin vacaciones, ni bajas laborales ni seguridad social. Para esto se casaron. Escritores babeantes y famosos, empresarios del ladrillo y sus alcaldes, banqueros de gabardina y colección de arte, trileros del pelotazo en BMW, futbolistas y trincadores, carteristas de la alta gestión... Ellos son los amos que pasean del collar a sus hermosos animales de pelo teñido y liposucción. Miradlas, continuamente compitiendo con nuevas secretarias, cada vez más jóvenes y mejor preparadas, con becarias de tres al cuarto o con las recién divorciadas de los amigos de su todavía marido. Miradlas, con sus pieles y sonrisas, oliendo a lo que huelen todos los ricos que no saben decir una verdad: su perfume es caro porque es el perfume de la mentira. Una mentira vanidosa, bien-educada y hasta fina, de gimnasio y esteticista, de psicólogos y abogados, de desconfianza y competencia hasta el extremo de no dormir si no es con su valium. Miradlas, en el papel cuché y la prensa rosa, de la mano de sus amos, a las puertas de sus lujosos prostíbulos. Ni siquiera sus perros las envidian.
Escrito por odyseo a las 9 de Diciembre 2006 a las 06:16 PM | TrackBackBueno, también hay pollas que hacen exactamente lo mismo.
Dark kisses
Escrito por lua a las 9 de Diciembre 2006 a las 08:34 PMVaya... a eso se le llama hablar con la lengua depilada... ¿no? ;-) Estoy con Lua, lo siento... llámalo corporativismo femenino ;-)
Ody, yo no me atrevería a frivolizar demasiado con este tema, (y ya sé que tú no lo estas haciendo...)porque en realidad hay muchas profesionales en la carreteras nocturnas, paseando su juventud, su belleza, sus lágrimas enquistadas en una sonrisa helada, sometidas por el poder del miedo, del engaño o de la necesidad, por la tiranía de la fuerza de quienes se atreven a comerciar con la carcasa de un alma que no les corresponde. Por dinero, algunas pasean varices y éstas aún si cabe se ven sometidas a más vejaciones, y en la mayoría de las ocasiones quienes se enriquecen o se las benefician, son hombres sin escrúpulos, que "las usan" como un objeto más, eso sí muy ecológico, porque supuestamente se puede reciclar para el uso convenido una y otra vez...
En cuanto al otro mercado, ese de "élite" en el que ellos a golpe de tarjeta y ellas a golpe de belleza o viceversa, comercian con sus respectivos encantos, esos me traen sin cuídado, porque en definitiva ellos mismos son los que establecen las reglas de su propio juego.
Ody.. creo que es un tema que da para mucho, sería estupendo poder debatirlo ante una humeante taza de buen café. Un abrazo.
Escrito por Brisa a las 10 de Diciembre 2006 a las 01:06 AMCoño Odyseo, estás que te sales últimamente (sin segundas,que el temita se presta). ¿Estoy invitado al café? Me encantaría.
Escrito por Tu rival a las 11 de Diciembre 2006 a las 06:39 PMHa llegado la igualdad, y ahora también se pasean los rabos ricos en busca de señoras entradas en años y abultadas cuentas, que las hay.
Escrito por luis amezaga a las 12 de Diciembre 2006 a las 12:23 AM