En algún momento de nuestra existencia, cuando nos miramos y ya no vemos la sonrisa pícara del adolescente que fuimos o la mirada arrogante del joven que quedó atrás, sentimos que el sutil hilo de la vida se nos está agotando, que queda poco para llegar al final del ovillo. Es entonces cuando uno se plantea miles de preguntas sobre el sentido de todo lo pasado, sin entretenerse mucho pues no es cuestión de perder el poco tiempo que te queda en disquisiciones sobre lo que fue y lo que no fue y pudo ser. Es entonces cuando debemos plantearnos qué hacer con el resto del hilo que lleva al final. Unos optan por acomodarse en un sueño plácido y autista que los aisle del peligro de reflexionar sobre su propia trascendencia. Otros, en cambio, parecen aprovechar esa especie de iluminación profética para hacer un último esfuerzo y correr aun más deprisa hacia la meta, aspirando a bocanadas frenéticas el aire que se mueve a su alrededor. Me recuerdan a los peces cuando se les saca del agua y saltan intentando salvarse de su lenta agonía.
Hay millones de opciones, pero hay una que a mí me tienta especialmente. Me la describía hace poco una amiga con muchos más años que yo: optar por la simplicidad, huir de todo lo artificial que nos rodea y que llevamos dentro como una enfermedad enquistada y oculta que solo se deja ver por sus síntomas (estres, angustia, prisa, ansiedad, vacío, depresión...).
Buscar la simplicidad para volvernos a sentir como en la infancia y reconciliarnos con nosotros mismos y la naturaleza, es decir, volver, de verdad, a la realidad, asumirla, disfrutarla y sentir la energía que se desprende de todo lo verdadero. Porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, decía el viejo Oliveira. Buscar la simplicidad es un camino hacia la libertad y nos ayuda a desprendernos del artificio, del miedo y la desgana. Nos acerca a la verdad y la pasión, esa fuerza necesaria para vivir combatiéndose, la única manera en que la vida vale la pena, aunque duela.
Los que viven combatiéndose gozan de tal privilegio al hacerlo así que logran mantener la sonrisa picarona del adolescente y la mirada arrogante del joven, se tenga la edad que se tenga, conocen que la vida es eso: un hilo tendido entre dos misterios, y cuyo sentido es permitir que no se enrede ni en falsos sueños ni en bocanadas atragantadoras. Y saben que la verdad es dintinguir entre la "simplicidad en el vivir y vivir simplemente, por mucha sofisticación que rodee al vivir.
Escrito por Diógenes, más que nunca a las 11 de Noviembre 2006 a las 04:01 PMDIÖGENES: sabes de lo que hablas pues eres maestro en la materia.
Escrito por odyseo a las 11 de Noviembre 2006 a las 05:23 PMHablamos de lo mismo, lo sé, solo que a diferencia de Diógenes yo aún tomo asiento en el pupitre del alumnado, en las últimas filas, para evitar que el profe me miré directamente a los ojos porque aún no se ha aprendido mi nombre y me pregunte, mientras me tiemblan las piernas ante el miedo por no saberme aún preparada para responder a la vida y ante el temor de tener que repetir por no alcanzar los objetivos.
Un abrazo
Escrito por Brisa a las 12 de Noviembre 2006 a las 03:23 PMBRISA: a ti es que te ha gustado repetir curso porque tienes nivel para dar clases en la Universidad de la Vida.
Escrito por odyseo a las 12 de Noviembre 2006 a las 05:24 PMPoco puedo comentar ante lo que has escrito. Sólo que esa última oración le da sentido a mi batallar de estos últimos ocho años.
Gracias.
Escrito por Aldebarán a las 18 de Noviembre 2006 a las 02:24 AMvivimos tan ajenos a nuestra esencia vital, apurados detrás de no sé que cosa, que en realidad no existe. quizá en el «ser para la muerte» de heidegger radique el secreto.
ALDEBARAN: pues me alegro de corázón por ti.
SIBILA: pero eso es el principio del absurdo de la vida....
Escrito por odyseo a las 19 de Noviembre 2006 a las 08:57 PMMira en realidad no se ni me importa saber lo que eres ni quien eres . OK y en cuanto al tratamiento de cuerpo y tu imagen personal no es cuestión de edad o vejes sino para muestra un botón la mis universo maju mantilla se sometió a 8 operaciones y eso no quiere decir que sea vieja solo que tenia potencial querer explotar tu imagen que ya por si era buena y muy bonita sabrás que su tía también fue mis Perú bueno lo ciento pero la belleza se erada por tanto si tu eres una persona amargada y fea puta haci te hagas mil cirugías no cambiaras tus rasgos ni fisonomía por que hay cosa que el carácter transmiten a trabes de la imagen que proyectamos hacia los demas y aparte que no se pueden hacer milagros con eso de la estética facial o corporal entendiste asta acá bueno eso que por lómenos no tengas algo de masa encéfalo y sino mira me importa un carajo lo que pienses por que lo importante es que me siente bien yo no tu o tus opiniones ni puntos de vista que al parecer son de una persona a margada y seguro no tienes el dinero o el valor para arreglarte el cacharro o de repente sabes que por mas dinero que invirtieres no tendrás cambios sustancial como para que valga la pena la imbercion así que déjame a mí con mi rollo a además s que siempre fui un mujer bonita te podría mostrar mis fotos de coronación desde muy chiquita desde el nido así que ahorra tus huevadas que no me interesan y practica algo de deporte para que por lo menos tengas tranquilidad en tu alma el ejercicio relaja y te aleja de cualquier vicio incluida la mediocridad y la envidia chau Bb.
Escrito por que mierda te importa pion a las 7 de Diciembre 2006 a las 06:54 PM