23 de Mayo 2005

Identidad y cohesión social

Multiculturalismo, mestizaje, diversidad cultural y étnica, cohesión social e identidad son conceptos que se oyen con demasiada frecuencia en estos tiempo y en boca de muchas personas (quizás demasiadas). Alguno puede llegar a pensar que son conceptos de hoy, pero se vivía y se hablaba de lo mismo en la Samarcanda del siglo X, en el Toledo del siglo XII, en el Estrasburgo del siglo XIV o la Sevilla del siglo XV, por poner unos cuantos ejemplos.
Los especialistas concuerdan en que el ideal en las sociedades postindustriales debería ser el de la máxima diversidad cultural que consienta su cohesión social, pues la monocultura es propia de sociedades endógamas y autárquicas, primitivas y ancladas en un nicho ecológico de difícil supervivencia.
El problema, sobre todo político, es saber en qué punto exacto se encuentra el límite a partir del cual se vería amenazada nuestra cohesión social. En 1919 el Congreso Norteamericano prohibió la venta y el consumo de bebidas alcohólicas por considerar que atentaban contra la cohesión social; los nazis en los años cuarenta tenían muy claro que los judíos amenazaban su cohesión social y decidieron eliminarlos; el estalinismo soviético pensó eso mismo de los disidentes, predicadores, opositores y cualquiera que fuera sospechoso para el régimen; el islamismo wahhabista ve su sistema social amenazado por la concesión de derechos de igualdad a las mujeres; Franco creía que los partidos políticos o la autonomía regional dañaría su cohesión social; los nacionalistas vascos y catalanes ven una amenaza en el bilingüismo y los flujos migratorios; la Iglesia Católica ve una amenaza en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Podríamos seguir citando miles de ejemplos, pero la conclusión es que todos ellos coinciden en representar el límite para la cohesión social allí donde se asientan sus miedos como grupo, partido político, credo religioso o colectivo social.
Pero la cosa se complica aún más cuando introducimos el concepto de identidad, en primer lugar porque, aunque algunos lo olviden, nuestra identidad no es única sino múltiple, están jerarquizadas y pueden cambiar a lo largo del tiempo. Uno no sólo es vasco, o católico, u homosexual. Muchos se basan en estas identidades para marcar las diferencias con los demás (es lo que Freud denominaba el "narcisismo de las pequeñas diferencias"). Bastaría recordarles a Lévi-Strauss cuando señalaba que la identidad era una especie de simple foco virtual útil para referirse a cierto número de cosas, pero que no tenía existencia real.
Visto así, resulta ridículo el intento de muchos de nuestros políticos por mantener un discurso basado en la identidad y la cohesión social, cuando ya hemos podido ver que se trata de unos simples constructos científicos, útiles para la ciencia pero no para la política, por muy buenos resultados que les den en unas elecciones.

Escrito por odyseo a las 23 de Mayo 2005 a las 09:00 AM | TrackBack
Comentarios

Vaya... tu post es toda una lección. Un saludo.

Escrito por scape95 a las 23 de Mayo 2005 a las 10:30 AM

SCAPE95: como siempre, tus comentarios son agradecidos.

Escrito por odyseo a las 23 de Mayo 2005 a las 11:35 AM

El problema, precisamente, viene de creer que esos constructos científicos reflejan la realidad adecuadamente, en no caer en la cuenta que no son más que elementos que sirven para catalogar, categorizar, o clasificar, es decir, reducir, mutilar o incluso falsificar. Aparte de que todos esos conceptos a los que te refieres tienen una fuerte carga "ideológica" que se utiliza como arma arrojadiza según convenga en las refriegas políticas.

Escrito por Tu rival a las 23 de Mayo 2005 a las 12:12 PM

Abogo por la Cultura antes que la "multignorancia".

Mestizos somos todos sobre una base de ADN igual.

La cohesión social es muy difícil no por la diferencia de culturas, sino porque hay gente ignorante y fanática.

Si hay cultura, aunque sean distintas, la cohesión es sencilla.

Respecto a la identidad, estoy totalmente de acuerdo contigo; es múltiple, que no esquizofrénica, y cambiante a lo largo del tiempo.
Debe haber una identidad esencial, definitoria, pero "¿Quién soy?"

Escrito por Luis Amézaga a las 23 de Mayo 2005 a las 03:41 PM

MI RIVAL: aunque no siempre categorizar y clasificar son sinónimos de mutilar y falsificar, es verdad que muchas veces, desgracidamente es así, lo cual demuestra la soberbia de nuestra ciencia. Completamente de acuerdo en lo de la manipulación política.

LUIS: tener cultura no siempre es sinónimo de ser tolerante y de estar capacitado para la convivencia, pero ayuda bastante.

Escrito por odyseo a las 23 de Mayo 2005 a las 05:54 PM

Tener cultura, pero que cultura, muchas de las culturas atentan contra las demas por que para ellas los demas no existen o son infieles, barbaros, negros. Llamalos como quieras......

Escrito por cedrik a las 23 de Mayo 2005 a las 09:58 PM

CEDRIK: más que culturas, los que atentan contra los demás mostrando su intolerancia o su racismo son las personas, con una determinada ideología o forma de pensar.

Escrito por odyseo a las 24 de Mayo 2005 a las 07:34 AM

Todo esto me trae a la cabeza lo que decía Gould en "La falsa medida del hombre" acerca de cómo, al analizar la realidad, parece que buscásemos no lo que ella es en sí misma, si no la parte que nos interesa, que cuadra con la idea que de ella nos hemos hecho, que nos gusta. La ley formulada que manipula la realidad para que ésta cuadre con la hipótesis...

A veces, tengo la sensación de que muchos de los problemas de intolerancia se deben a la pereza y el orgullo del hombre. Llegado cierto momento, se cansan de buscar y se enamoran de su modo de pensar. Pero claro, que ellos se quieran parar no evita que el mundo siga cambiando, así que tratan de imponer su cómodo inmovilismo (cómodo para ellos) al resto de la gente. "A mi me funciona, así que, halaaa, que todos hagan como yo. Y si se atreven a disentir o tratar de cambiar las cosas...". Pues la última moda es llamar a los disidentes terroristas, mezclando a estos con los que sí lo son en un mismo saco, modo mucho más cómodo de eliminar a todo el que disiente sin tener que cargar con etiquetas como fascista, intolerante, imperialista...

Bueno, me voy a estudiar. Un beso Odyseo. (Cuando te leo, a veces me acuerdo del matemático de Parque Jurásico cuando decía, "Cómo odio tener siemore razón...", al descubrir los huevos de dinosaurio producto de una colonia supuestamente compuesta sólo por hembras...).

Escrito por Zirbêth a las 24 de Mayo 2005 a las 10:39 AM

ZIRBETH: es verdad, el Hombre tiende a conformarse en su comodidad, con los menos conceptos posibles, con las generalizaciones, con aquello que confirma su personal visión de la realidad. Se siente amenazado por todo aquello que le desequilibre, que le distraiga o le provoque la necesidad de cambiar de punto de vista o de opinión. (Te está esperando el aprobado a la vuelta de la esquina)

Escrito por odyseo a las 24 de Mayo 2005 a las 11:27 AM

Plas,plas,plas,plas! L'has bordao, colega!

Escrito por Ireneu a las 24 de Mayo 2005 a las 12:35 PM

IRENEU: ;-))

Escrito por odyseo a las 24 de Mayo 2005 a las 04:49 PM

De verdad que cada día escucho menos a los políticos, y cuando alguno vez lo hago, tristemente constato que continuan con sus eslogans mezquinos y simplificadores, que continuán trantando de enceder las bajas pasiones en las mentes simples con el miedo , la crispación el resentimiento...etc. y, rara vez pasan a plantear un verdadero profundo y razonado discurso político que aporte algo de esperanza y positivismo a los graves problemas del hombre de a pie. Ellos y los medios de comunicación son muy culpables de conformar a las masas con estereotipos fáciles y con prejuicios ,instalándolas cada día mas en la falta de criterio reflexivo para que sean mas manejables. Un saludo y no me enrollo mas.

Escrito por telele a las 24 de Mayo 2005 a las 07:29 PM

TELELE: aunque no me gusta generalizar y menos en estos casos donde todos solemos hacerlo, es cierto que abunda ese tipo de político, cerril, conservador hasta el inmovilismo, que prefiere la mentira, el engaño y las medias verdades, la ambigüedad calculada, para hacer supuestamente política. Sus discursos son de escasa profundidad ideológica y racional, sólo saben hilar dos fraeses y tres insultos al adversario. Hacen bueno el dicho de Goebbels: cuando uno dice una mentira, hay que insistir en ella a base de repetirla, hasta que parezca verdad.

Escrito por odyseo a las 24 de Mayo 2005 a las 07:38 PM
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