"Tras muchos años de esfuerzos, un inventor descubrió el arte de hacer fuego. Tomó consigo sus instrumentos y se fue a las nevadas regiones del norte, donde inició a una tribu en el mencionado arte y en sus ventajas. La gente quedó tan encantada con semejante novedad que ni siquiera se les ocurrió dar las gracias al inventor, el cual desapareció de allí un buen día sin que nadie se percatara. Como era uno de esos seres de grandeza de ánimo no deseaba ser recordado ni que le rindieran honores; lo único que buscaba era la satisfacción de saber que alguien se había beneficiado de su descubrimiento.
La siguiente tribu a la que llegó se mostró tan deseosa de aprender como la primera. Pero sus sacerdotes, celosos de la influencia de aquel extraño, lo asesinaron y, para acallar cualquier sospecha, entronizaron un retrato del Gran Inventor en el altar mayor del templo, creando una liturgia para honrar su nombre y mantener viva su memoria y teniendo gran cuidado de que no se alterara ni omitiera una sóla rúbrica de la mencionada liturgia. Los instrumentos para hacer fuego fueron cuidadosamente guardados en un cofre y se hizo correr el rumor de que curaban sus dolencias a todo aquel que pusiera sus manos sobre ellos con fe.
El propio Sumo Sacerdote se encargó de escribir una Vida del Inventor, la cual se convirtió en el libro sagrado, que presentaba su amorosa bondad como un ejemplo a imitar por todos, encomiaba sus gloriosas obras y hacía de su naturaleza sobrehumana un artículo de fe.
Los sacerdotes se aseguraban de que aquel libro fuera transmitido a las generaciones futuras, mientras ellos se reservaban el poder de interpretar el sentido de sus palabras y el significado de su sagrada vida y muerte, castigando inexorablemente con la muerte o la excomunión a cualquiera que se desviara de la doctrina por ellos establecida. Y la gente, atrapada de lleno en toda una red de deberes religiosos, olvidó por completo el arte de hacer fuego."
A. de Mello
Escrito por odyseo a las 6 de Octubre 2004 a las 09:02 PM | TrackBackYa se que me voy del tema, pero me gustaría decir algo:
El rasgo mas esencial de la antigua adoracion al fuego va unido al culto universal del hogar.
Hay lugares donde se cubre el fuego todas las noches y se enciende al día siguiente con el de la vispera.
Dejarle morir equivale a un sacrilegio y se paga caro.
Si por descuido u otras causas llega a apagarse, es grande el disgusto que se apodera de la familia, pues la desgracia persigue ya de cerca la casa y los que la habitan.
Estas cosas me las contaba mi abuela cuando yo era pequeña :D
Me fascina el fuego
Dark kisses
Escrito por lua a las 6 de Octubre 2004 a las 09:11 PMAunque el texto se refiera a Jesucristo, el fuego lo acerca también al mito de Prometeo. Me parece muy curiosas la relación entre ambos personajes.
Escrito por Jarry a las 6 de Octubre 2004 a las 10:05 PMNo creo que el texto hable de ninguna cultura o religión en concreto, sino de un rasgo común a muchas culturas, que es la inmovilidad de los ritos y costumbres que se instauran mediante mitos y se transmiten de una generación a otra dentro de las diferentes culturas. El poder y la magia de estos ritos derivan de su inmutabilidad a través del tiempo y su secreto siempre está en manos de sacerdotes y chamanes, que velan celosamente para evitar la desviación o herejía dictando el uso correcto y arrogándose la potestad de definir su significado último.
Algo de razón tienes al mencionar a Prometeo, y es que el relato parece terminar apuntando a ese concepto romántico del individuo apartado por las normas restrictivas de la sociedad de su auténtica naturaleza, incapaz de desplegar todo su potencial creador. Sí, muy romántico...
Escrito por Juanjo a las 6 de Octubre 2004 a las 10:41 PMGrave problema, viejo Odyseo, es el de salirse de lo establecido. Creo que hoy es casi más difícil que en otras épocas, el que esto se pueda llevar a cabo. Los instrumentos de ocultación de lo auténtico son tantos y tan sofisticados que hacen difícil distinguirlo de las imposturas, que por otra parte resultan muchas veces enormemente "atractivas".
Creo que una de las virtudes de tu blog es precisamente poder encontrar un lugar donde se vierta LUZ sobre estas cosas.
Yo debo de ser un bombero.
Escrito por Nakazanius a las 7 de Octubre 2004 a las 12:34 PMLUA: es hermoso recordar esas viejas historias.
JARRY: tienes razón, no había caído en la similitud.
JUANJO: está claro que todo lo que se institucionaliza (sea una revolución política o una fe religiosa) termina por esclerotizarse hasta perder casi o en su totalidad todo el fundamento y sentido inicial.
MI RIVAL: en tu comentario sacas a la luz un tema que merece un post aparte: el de los medios e instrumentos de ocultación de lo auténtico y su atracción. Gracias por la sugerencia.
Escrito por odyseo a las 7 de Octubre 2004 a las 01:22 PMNAKAZANIUS: apagar el fuego ya es prestarle mucha atención....
Escrito por odyseo a las 7 de Octubre 2004 a las 01:23 PMAmigo Odyseo!!!!
Tú también utilizas la técnica del Artísta Invitado!!!!!!
(Y dipué te metes conmigo Oh-mísero-de-mi por vivir del cuento. Soy un incomprendido)
Saludos Cordiales,
Pródigo
Escrito por Pródigo a las 7 de Octubre 2004 a las 01:33 PMPRODIGO: pero mi trabajo me cuesta seleccionar el autor y el texto....
Escrito por odyseo a las 7 de Octubre 2004 a las 07:37 PMEsto que poyas es? significado mas antigui de la palabra poya? quien lo sabe? mi opinion es que correrse abundantemente en la boquita de una mujer caliente es bastane agradable, saludos cordiales.
Escrito por POYAMAN a las 26 de Enero 2005 a las 10:27 PMme gusta el fuego es calentito
es una idiotes lo que dicen aqui parecen niños de preescolar
Escrito por adrian a las 29 de Enero 2006 a las 11:06 PMyo creo k al haber nombrado tanto al descubridor del fuego tenian k haber puesto su NOMBRE!!.
Escrito por miriam a las 8 de Octubre 2006 a las 05:01 PM