Veo las imágenes de los prisioneros iraquíes humillados por los soldados norteamericanos y no puedo menos que constatar con tristeza que seguimos siendo igual de palurdos, amorales y crueles que hace mil años. A la más mínima oportunidad que nos dan las circunstancias, aprovechamos éstas para sacar nuestros más bajos instintos y nuestras más despreciables conductas.
La sociedad civil que contempla estas situaciones y hechos permanece callada en tanto no le afecten directamente. Prueba de ello es el escaso éxito cosechado por la iniciativa de los familiares de los secuestrados italianos cuando han querido provocar la movilización de todos los ciudadanos de su país en contra de la situación de sus hijos y hermanos. Apenas han logrado reunir a unos pocos miles de personas.
Estamos cada vez más desprovistos de ideologías complejas y cada vez más decepcionados de la política y sus personajes. Todo se ha convertido en un comercio, desde las imágenes de los secuestrados como la de los soldados norteamericanos que torturan y humillan a sus prisioneros; todas son objeto de venta y subasta al mejor postor. Luego son emitidas en horario de máxima audiencia y, si podemos, provocamos un debate que de más fuego aún a la situación política y más audiencia a nuestras cadenas de medios.
Los ciudadanos, cada vez más divididos e individualizados, corremos el riesgo de perder el escaso poder que aún nos queda: el de dar una lección de civismo y moralidad, y expresar contundentemente nuestra postura contraria a tales abusos, a tales manipulaciones y a esa falta absoluta de humanidad. Y debemos hacerlo aunque sea en forma de vómito, hastiados de tanta miseria moral, como el borracho que tras una larga noche, vomita sobre la acera para aliviar su desazón interior.
Hace algunas semanas cuando se iniciaba la invasión a Irak, fueron capturados algunos soldados de la coalición anglo-estadounidense. De inmediato el gobierno estadounidense puso el grito en el cielo al ver las imágenes de estos prisioneros de guerra en la prensa árabe y exigieron que se respeten los convenios internacionales sobre los prisioneros de guerra.
Para la gran mayoría de seres pensantes de este mundo, el respeto de los Convenios de Ginebra sobre l@s prisioneros es una exigencia para todas las partes de un conflicto. Demandamos ese respeto.
Sin embargo, solo días después veríamos cómo los soldados norteamericanos ataban de manos a militares y civiles iraquíes y los echaban en camiones, para luego llevarlos con rumbo desconocido. Tratar a una persona como si fuera un objeto, es de por sí un trato inhumano y degradante que viola los convenios internacionales. Nos preocupa aún más qué les podría haber pasado a esas personas cuando no estaban en la mira de los periodistas.
Personas detenidas en todo el mundo han sufrido los maltratos y torturas más brutales y salvajes a través de los tiempos. Prueba de esta política demente podría ser encontrada visitando cualquier cárcel, especialmente las cárceles en donde recluyen a presos políticos o prisioneros de guerra.
¿Los derechos de los seres humanos existen? Pareciera que primero estaría el "derecho" que sienten tener los poderosos para hacer y deshacer como les plazca con las vidas de otros. La hipocresía de aquellos que exigen el respeto de los derechos humanos mientras que ellos mismos lo violan es aún otra ironía que causa tristeza, ira y asco.
YO sólo añado una cosa, porque tú ya lo has dicho todo y lua también..., sólo digo que yo vomito contigo odyseo, de asco y de rabia.
Escrito por maite a las 1 de Mayo 2004 a las 08:53 PMA mi Yankeelandia siempre me ha dado repelus por esa obsesion por las dietas ricas en grasas exportadas al por mayor en megacadenas de restauracion solo aptas para lumperio y demas quincalla.
De la misma manera que nos invaden con comida inmunda que yo tiraria directamente a los cerdos (o donarla a la 'Homer Simpson' Fundation', los gobiernos yankees mandan a sus soldaditos kaki a velar por eso que ellos llaman la 'seguridad de occidente'.
A mi por un lado esto me horroriza, pero por otro tenemos que reconocer que cuando los europeos tenemos algun problemilla terminamos llamando a Tito Sam-Gilito a que nos solucione el entuerto, porque claro, los europeos hemos dejado de sacarnos los ojos en conflictos fraticidas pero seguimos con politicas exteriores muy diversas. El caso de Irak es solo un ejemplo.
Los americanos siempre han sido, en el fondo, la espuria huida de Inglaterra, basura infecta, presos sacados de las carceles de Albión, puritanos de mente obtusa, chovinistas de banderitas estrelladas que se han comportado como barbaros asesinos alli donde van. Y de la misma manera tambien han sabido sacar pingües beneficios de las guerras, que para eso son el Capitalismo personificado.
De semejante pais, con semejante presidente, con semejante pueblo que solo conocen el resto del mundo cuando su pais lo invade, en fin, con semejante panda de analfabetos ¿que podemos esperar?.
Dice una ley, la de la caida de los imperios, que 'Todos los Imperios caen'. Se puede discrepar diciendo que Roma no era el mismo tipo de Imperio que Yankeelandia y yo aplaudire, pero bueno, aceptemos por un segundo la generalizacion. 'Todos los imperios caen'. Cayo Roma, cayo España, cayo Alemania..
La unica diferencia es que Yankeelandia es el unico imperio (a excepcion de la Urss, si la consideramos como tal) con el potencial armamentistico para hacernos caer con ellos si asi lo desean.
Ojo, señores. Que estan como cabras.
Escrito por Audrey a las 1 de Mayo 2004 a las 09:25 PM
Mira, Sam, si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre.
Solamente los pájaros cantan.
¿Y qué dicen los pájaros? Todo lo que se puede decir sobre una matanza; algo así como ¿Pío-pío-pí?
(Kurt Vonnegut, Matadero cinco)
(Me has hecho acordar a esa cita con el post anterior, porque la usé justamente como epígrafe en un pequeño trabajo que hice el año pasado sobre el genocidio ruandés.
No sé si vale la pena decir mucho más.
O bueno, sí: que gracias por el cachetazo oportuno, las visitas en la orilla, y los viajes imaginados.
Besos y estrellas, de mar a mar.)
No entiendo nada, y no se si intentarlo o no... En fin, una pena :( Un besote Odyseo
Escrito por lore a las 2 de Mayo 2004 a las 03:04 AMSi la sociedad de consumo y el individualismo triunfan cada vez mas, es evidente que el vomito no sirve para nada.
Es lo mas irritante de esas actitudes de protesta es que son puramente panfletarias y no ayudan a que nada cambie.
Tal como este mensaje mio, que tampoco sirve para nada.
Lo unico que podemos hacer es hablar y hablar y quejarnos.
Pero todo seguira igual.
O porque te pensas que seguimos siendo igual que hace miles de años?
Escrito por KAEXAR a las 1 de Abril 2005 a las 09:26 PM