Al comienzo de la Revolución Industrial, las primeras líneas de ferrocarril en Inglaterra eran sufragadas por los particulares. Se trataba normalmente de empresarios y granjeros interesados en los beneficios de tales adelantos para conseguir una mejora en sus empresas. Lo mismo ocurrió algunos años más tarde con la aparición de los primeros automóviles y, consecuentemente, de las primeras carreteras asfaltadas. Fueron los particulares los que pagaron las inversiones necesarias para la primera andadura de tales progresos en las comunicaciones y transportes.
Pues bien, los Estados rápidamente entendieron que el desarrollo de una organizada red de carreteras y vías ferroviarias no podía quedar en manos de unos simples particulares y que estos no tenían capacidad suficiente para sufragar todos los gastos e inversiones necesarias. Así mismo, tuvieron suficiente visión de futuro para comprender el rápido avance que estas vías de comunicación iban a experimentar fruto del cada vez mayor número de usuarios de las mismas. Es decir, supieron interpretar los tiempos y vaticinar el futuro. Y darse cuenta de que cuanto más contribuyeran al desarrollo de tales adelantos, más avanzaría el país y sus ciudadanos.
Sin embargo, recién estrenado el siglo XXI, los Estados aún se niegan mayoritariamente a entender que las telecomunicaciones y sus redes (telefónicas, ópticas, de datos, inalámbricas, vía satélites, etc) son una necesidad básica y, por tanto, un servicio que no puede quedar en manos de unos particulares, sino que debe ser asumido por los Estados en sus presupuestos. Que igual que construye carreteras, puentes, túneles, autovías, líneas de trenes de alta velocidad, debe construir, desarrollar y subvencionar, las líneas y sistemas de telecomunicaciones. Que ya no se trata de que la conexión a Internet sea más barata, sino de que sea gratis y se sufrage con los impuestos de todos; que todos tengan un acceso a las puertas de su casa, como ocurre con las calles.
¿Se imagina alguien que algún Ayuntamiento nos quisiera cobrar por pisar sus calles y utilizarlas? Pues eso.
Bueno, por pisar sus calles y utilizarlas no les cobran a los peatones, pero si a los coches :/
Yo voto por un internet al alcance de tod@s, lo que significa: la información al alcance de tod@s.
Dark kisses
Escrito por lua a las 29 de Abril 2004 a las 08:57 PMTodos tienen que poder utilizar internet....pero no sé si esto quiere decir tambien informacion para todos...Se puede manipular mucho en la red...Un beso, Sol...ps ok por el baile, pero una cancion especial,ok?...chaucito!
Escrito por solaikah a las 29 de Abril 2004 a las 09:37 PMLUA: Todos pagamos impuestos para tener unos servicios públicos gratuitos. Eso no quiere decir que tenga que seguir pagando a Timofónica una pasta gansa todos los meses por un mal servicio.
SOL: lo del baile está hecho, la canción la pongo yo.
Escrito por odyseo a las 30 de Abril 2004 a las 09:17 AMMuy acorde con tu fundamentación Odyseo. Tienes toda la razón.
Ojalá se den cuenta.
Escrito por jasp a las 30 de Abril 2004 a las 10:51 AMEstoy de acuerdo. Internet es, cada día más, una fuente de conocimientos, un lugar para efectuar operaciones económicas, fuente de información etc. Debería ser accesible a todo el mundo y propiedad de la Administración Pública.
Escrito por hallofon a las 30 de Abril 2004 a las 11:06 AMInternet es la red de comunicacion mas grande que se hizo jamas, y por eso mismo deberia estar al alcance de todos. Totalmente de acuerdo contigo, Odyseo. Un besote
Escrito por lore a las 30 de Abril 2004 a las 12:10 PMPero es que yo no he dicho que se le pague a nadie por un mal servicio :)
Escrito por lua a las 30 de Abril 2004 a las 10:22 PM