21 de Abril 2004

Simians, cyborgs and women

Ese es el título de un libro de Donna Haraway de los años 90 en el que la autora reflexiona sobre el sueño de controlar a los genes. Se preguntaba qué iba a pasar con las prácticas reproductivas en la era de la tecnociencia en una cultura de masas en la que aún se juega con la raza, el género y el linaje al mismo tiempo que se siguen practicando actos de limpieza étnica y de histerismo por la inmigración.
Bien pensado, corremos el peligro de convertir los avances en biotecnología e ingeniería genética en un arma de destrucción masiva con la que individuos como Hitler hubieran soñado hace años. Hoy ya son una realidad las alteraciones de la genética fetal para eliminar defectos o enfermedades heriditarias; de ahí a una política de diseño y mejora del patrimonio genético de cualquier ser vivo y del conjunto de una sociedad hay un paso. Jacques Ellul fantasea con la posibilidad de que en el futuro se prohiba la reproducción humana natural por parte de algún Estado para fomentar el nacimiento de individuos de la más alta calidad genética (lo mismo que hacemos en las granjas de animales pero a nivel humano). Aplicado sistemáticamente, este proceso conduciría a una sociedad que pronto alcanzaría una superioridad prácticamente invencible, sostiene este autor.
En otro orden de cosas, cada vez son más numerosos los implantes mecánicos y tecnológicos que portan algunos seres humanos para mejorar el funcionamiento de algún órgano de su cuerpo: chips en el cerebro para controlar los impulsos nerviosos, para que un paraplégico ande o incluso para que un ciego vea. Estamos cercanos al día en que habrá todo un almacen de repuestos en el que poder encontrar un sustituto artificial, orgánico o mecánico, para ese órgano que no rinde lo suficiente o que no funciona al máximo de sus posibilidades.
Con la clonación, ni siquiera será necesaria la intervención del macho de la especie para lograr reproducir individuos nuevos. Los futuros úteros no necesariamente serán de carne y hueso. Ante este panorama, dónde queda la humanidad, la reproducción o la sexualidad. Bastará conectarnos a una maquina mediante los sensores adecuados e introducir el programa deseado para que todo ocurra limpia y asépticamente; elegiremos por catálogo el modelo de hijo, el color de sus ojos, su talla, peso, pelo, carácter y será tan saludable que no deberemos hacerle ni siquiera una póliza de seguro que cubra los gastos pediátricos porque no serán necesarios.
Como siempre, bastará tener suficiente dinero para conseguir los mejores servicios.

Escrito por odyseo a las 21 de Abril 2004 a las 09:59 PM | TrackBack
Comentarios

A mi la genetica me produce mucho respeto puesto que si bien en principio puede lograr muchos avances medicos que sanen enfermedades letales hoy dia o no letales pero si dañinas, como toda enfermedad, tambien puede alterar los alimentos y cosas asi, con lo cual hay que tener mucho cuidadito con lo que permitimos que nuestros cientificos hagan con sus conocimientos.

Escrito por Audrey a las 22 de Abril 2004 a las 12:04 AM

¿En dónde queda lo humano?
El humano es humano en la medida en que desarrolla el verbo: ser humano. Si no lo describe, no es humano.
El ser humano es alguien único e irrepetible aún y aun la clonación.
En ese taller que magníficamente describes, no veo repuestos para eso que nos pesa 21 gramos.
Días pasados vi por Sony, un programa que se llama "Extreme Makeover". Es impresionante a lo que alguien puede someterse para verse mejor en el espejo (dicho ésto sin valoración moral, también soy un esteta).

Escrito por Timón a las 22 de Abril 2004 a las 04:08 AM

me encanto ese libro, un post muy sabroso, gracias me gusto mucho

Escrito por dolores a las 22 de Abril 2004 a las 04:26 AM

Audrey: efectivamente, el control sobre las investigaciones biotecnológicas ha de ser muy estricto para evitar encontrarnos algún día con más de un monstruo.
Timón: tienes razón, se han olvidado de los 21 gramos más importantes.
Dolores: :-))

Escrito por odyseo a las 22 de Abril 2004 a las 08:25 AM

Si todo va a ser cuestión de dinero, y como no todos tenemos el mismo, yo me imagino comprando mis repuestos donde me toca comprar casi todo, en un desguace. Odyseo, ¿te imaginas comprando ciertos repuestos en un desguace?.¡Qué romántico!. El tema es serio, pero me hubiera gustado que lo trataras "menos asépticamente", con más ironía. Lo de "introducir programas", referido al tema que nos ocupa, que feo me suena, incluso me huele mal, me huele a hospital.

Escrito por Tu rival a las 22 de Abril 2004 a las 09:13 AM

Personalmente, los "avances" en la genética me dan escalofríos. No por sus consecuencias a corto y medio plazo, que pueden ser altamente positivas en temas como el Alzheimer o el Parkinson, sino a largo plazo con la creación de nuevas razas "perfectas" y subsiguiente abandono al que se someterá al "imperfecto". Para consolarme (es un decir) me refugio en el hecho de que probablemente no viviremos lo suficiente para contemplarlo con nuestro propios ojos

Escrito por hallofon a las 22 de Abril 2004 a las 11:14 AM

Emmmm Visto lo visto, como siempre, hay q apostar por la integridad mental de ambos, tanto del q solicita el tratamiento genetico, clomo del q lo practica o investga con ello. Creo q no dire nada más, q sino se liará :P Besotes

Escrito por lore a las 22 de Abril 2004 a las 01:10 PM

Hallofon: no creo que tu vida vaya a ser tan corta para no verlo, por desgracia (por lo de verlo, claro).
Lore: el sentido común, a veces, no es tan común como parece...

Escrito por odyseo a las 22 de Abril 2004 a las 01:22 PM

Yo creo que siempre habrá sitio para los sentimientos puros y las personas auténticas, sino tendremos que irnos a vivir a las cloacas, pero yo no pienso resignarme a vivir en un mundo reprogramado.

Escrito por lua a las 22 de Abril 2004 a las 05:48 PM

Como siempre te apuntas un diez con tu post, Odyseo, permíteme citar un fragmento de un artículo que leí en Gaceta UNAM justo ayer:


Se conserva sólo 0.1% de la diversidad de las expecies
Vive el planeta la sexta extinción masiva; ésta, ocasionada por el hombre
...Antes hubo otras, como la que acabó con los dinosaurios. La actual es resultado de la destrucción de los ecosistemas, de la sobreexplotación de especies y recursos naturales, como el agua o minerales, y de la explosión demográfica. "De algunas especies de animales sólo existen 225 ejemplares, mientras la población humana es de miles de millones"...

Al parecer somos parte un gran ciclo que muchos no comprendemos, y nuestra naturaleza humana nos obliga a acabar con el lugar que nos da la vida, me parece interesante que pasará en no se cuanto tiempo, cuando se acaben los recursos naturales no renovables, independientemente de que ahorremos agua o no, tarde o temprano se terminará, aún cuando los procesos de purificación existen, no solo de agua vive el hombre, pero como dice hallofon, quien sabe si lo vivamos.

Saludos.

Escrito por Juwe a las 22 de Abril 2004 a las 06:59 PM

Gracias, Juwe, efectivamente, el problema es más amplio de lo que yo he abordado. Desde el punto de vista ecológico, el hombre es el principal enemigo y destructor del planeta y de la vida.

Escrito por odyseo a las 22 de Abril 2004 a las 07:25 PM
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