Para muchos analistas, como Vidal-Beneyto señalaba hace unos días en el País, vivimos una "imparable regresión ideológica y social" cuyo epicentro sitúan en los Estados Unidos. Solemos hablar del fenómeno del integrismo como si fuera nuevo y sólo afectara a las comunidades islámicas, cuando lo cierto es que es un fenómeno bastante antiguo y que afecta a todas las sociedades.
Dentro de la Iglesia Católica norteamericana, desde hace muchos años, se han formado grupos que critican al Vaticano por su laxismo moral y remozamiento teológico hasta el punto de haber fundado una secta denominada sedevacantista al considerar que el actual Papa es un usurpador liberal. Estos grupos ultraconservadores católicos están formando alianzas con los ultraconservadores protestantes como la Moral Majority del pastor Jerry Falwell, la Religious Roundtable, la Christian Voice o los teleevangelistas como Pat Robertson, fundador de la Christian Coalition, con casi dos millones de miembros y más de 1.600 grupos locales, control sobre la Regent University y sobre medios de comunicación como el TV Family Channel. Constituyen lo que se conoce con el nombre de la Nueva Derecha Cristiana, que ejerce un enorme poder sobre el Partido Republicano (hasta el punto de controlarlo enteramente en más de 30 Estados) y que apoyaron decididamente a George Bush en su anterior elección.
Estos grupos mantienen contactos más que evidentes con la Asociación del Rifle, con grupos paramilitares, neonazis y partidarios de un menor control por parte del Gobierno Federal (el mito de la libertad individual americana en el Far West) hasta el punto de haber apoyado acciones terroristas como el atentado de Oklahoma. Se calcula que militan en estos grupos más de cinco millones de personas en Estados Unidos.
Tenemos, por tanto,una estructura muy bien organizada que controla algunos medios de comunicación, sectores educativos de relevancia, sectores religiosos desencantados de las líneas oficiales de sus respectivas iglesias cristianas, y a uno de los dos grandes partidos políticos norteamericanos. A su alrededor conviven grupos de lucha anti-abortista, antiguos grupos anti-comunistas reciclados y diversos movimientos sociales conservadores, como el Fundamentalist School Movement, contrario a que en las escuelas se enseñen las teorías de la evolución, enemigos declarados del humanismo moderno, o del movimiento feminista.
Con estos ingredientes el caldo no puede estar más espeso. Obviamente no todos los grupos son iguales, pero sus objetivos comunes les convierten en el principal enemigo de la convivencia pacífica en el seno de una de las sociedades más avanzadas del mundo, amenazando directamente desde el pluralismo ideológico, la tolerancia moral y cultural, el dinamismo artístico y creativo, hasta la propia existencia de las minorías sexuales y étnicas.
No es de extrañar pues el revuelo causado hace unos días por el estreno de La Pasión de Cristo de Mel Gibson, el des-pecho de la Jakson, o los problemas de censura previa en la emisión de la entrega de los Oscar. Cualquier ocasión es buena para ir arañando espacios a la libertad, para imponer el pensamiento único.
¿Dónde se esconde Bin Laden?
Cuanta razón tienes. En tiempos de Clinton Jerry Falwell y Pat Robertson estaban considerados unos payasos (sobre todo el primero). Ahora, con el más tonto de los Bush al frente, se han convertido en una referencia en el pensamiento, y no se dan cuenta que son la otra cara de la moneda del fanatismo islámico que tanto dicen combatir
Escrito por hallofon a las 1 de Marzo 2004 a las 08:15 PM