"Había envejecido como un trozo de carne que se pudre en el estante de la despensa, sin la experiencia de la vida". Así se expresaba William Burroughs para referirse a la vida burguesa de la mayoría de nosotros. Tenemos una sola vida, nacemos con la fecha de caducidad ya puesta en el reverso y, aunque a veces hagamos como que se nos olvida, no hay mayor verdad que la de que algún día tenemos que morir.
Ante ese destino caben muchas opciones, pero substancialmente se resumen en dos: decidimos arriesgar u optamos por conservar, es decir o somos artistas o somos conservadores de museo. El artista es el que arriesga y se equivoca y vuelve a intentarlo por otro camino, de otra forma, y avanza un paso o dos y retrocede otros tantos o uno menos, y se estrella y se rompe y se vuelve a recomponer pero ahora de otra manera. El conservador de museo elige siempre lo menos arriesgado, la estabilidad sin cambios, es el que huye de toda situación crítica, del conflicto y se refugia en una temperatura y grado de humedad estables, fijos, no cambiantes. Cada uno de nosotros elige ser una cosa o la otra.
Desde el momento en que le tenemos miedo a morir, elegimos ya la opción de una vida lo más larga posible. Una vida llena de cuidados, preventivos, paliativos, curativos. Una vida tranquila, estable, sin cambios, sin mayores riesgos que el de saltarse de vez en cuando los niveles de azúcar o colesterol. Una vida para sacar nota, conseguir un mínimo y simple objetivo, profesional o académico, personal o familiar, social, y detenerse ahí, en ese momento, para procurar prolongarlo o conservarlo el mayor tiempo posible. Casi nadie elige una vida arriesgada, intensa o llena de excesos, porque eso implica cambios, riesgos, desequilibrio, aunque, es cierto, procura un nivel de satisfacción y autenticidad mayor.
Tenemos una vida y la sacrificamos por conservarla el mayor tiempo posible. La valoramos más que la propia vida y elegimos morirnos antes que morir. Morirnos en la rutina de la obra hecha, en vez del riesgo del "sin vivir".
Somos vulgares.
Vivir intensamente, elegir lo arriesgado, puede significar demasiadas veces ser muy infeliz. Hace unos años, muy pocos años, hubiese firmado tus palabras con un entusiasmo infinito. Pero la vida y las experiencias vividas me han llevado a replantearme si realmente soy más feliz como artista o como conservador de museo. Aún trato de averiguarlo.
Escrito por Zirbêth a las 4 de Abril 2008 a las 08:31 PM¿Aquí no existe la tercera vía?
Creo que soy consevador por naturaleza. Tomo a veces la vida como un tesoro, como los restos de una vasija antigua (de esas que a ti te gusta descubrir en tus ratos de arqueólogo) que me deleito en conservar, limpiar, cogida entre mis manos por miedo a que se caiga y se termine de perder lo que tanto costó recuperar. Arriesgar esa vasija, intentar que sea lo que no es restaurando artificialmente con pegotes me desagrada enormemente.
ZIRBETH: si vuelves a leer tu comentario no te costará encontrar la respuesta a tu reflexión personal.
DIOGENES: tu lo has dicho, cómo va a ser un arqueologo, si por definición se dedica a buscar lo antiguo para conservarlo.
Escrito por odyseo a las 5 de Abril 2008 a las 12:04 PMNo me planteo si soy vulgar o no, sí me planteo como vivo mi vida. Supongo que a veces soy artista y a veces conservadora del museo y a veces soy buscadora de pedazos rotos, para luego poder volver a reconstruirme. Soy quizás demasiadas cosas en una sola mujer, quizás eso me lleva a dispersarme en alguna ocasión, pero siempre acabo redescubriendo mi centro y en el fondo soy lo que soy, sin importar demasiado a que me dedico.
De todas formas para resumir, yo me siento más artista que conservadora del museo, pero siempre se me dió demasiado mal, clasificar las cosas en un orden determinado y sin orden ni concierto, solo existe el desconcierto, pero bueno, esto quizás no sea ni malo ni bueno,sin nos acercamos a la teoría del caos y le echamos un vistazo.
Besitos reflexivos.
Escrito por Brisa a las 6 de Abril 2008 a las 02:01 PMBRISA: mi querida amiga, te vas un poquito por las ramas :-))
Escrito por odyseo a las 6 de Abril 2008 a las 08:19 PMLa conservadora es la que la mayoría elige,poque no de otra manera el mundo sigue.La libertaria se da de vez en cuando y sirve para cambiar y modificar.Se complemetan:una hace de tesis y la otra de antítesis y hacen la síntesis como va saliendo por que las leyes de la dialéctica ¿ dónde están ?
Escrito por giorgiano a las 6 de Abril 2008 a las 11:15 PMPues no era mi intención en absoluto :(
Escrito por Brisa a las 6 de Abril 2008 a las 11:27 PMGIORGIANO: sí, pasamos por diferentes etapas, en el mejor de los casos.
BRISA: no te sientas mal, quería de alguna manera obligarte a que te definieras un poquito más. En tu comentario anterior te quedaste con el término vulgar más que con el sentido de todo el escrito. Todos somos un poco artistas y un poco conservadores, pero en cada momnento de nuestra vida predomina uno u otro. La proporción entre ellos es lo que nos convierte en una cosa o la contraria. Es solo una cuestión de proporciones. Perdona.
Escrito por odyseo a las 7 de Abril 2008 a las 10:39 AMCuando uno ha sido artista durante algún tiempo agradece ser conservador durante otro. No creo que se excluyan porque la vida es bastante larga y da tiempo a todo. Es cuestión de fases, más bien, o así lo veo yo. Además, no creo que sea muy sano estar siempre arriesgando.
Escrito por peke a las 7 de Abril 2008 a las 01:52 PMPEKE: claro, necesitamos de ambas actitudes, pero seguro que alguna termina por predominar en según qué momento de la vida.... que a mí no me parece tan larga.
Escrito por odyseo a las 7 de Abril 2008 a las 06:12 PMOdy, nada que perdonar :) es cierto eso que dices de las proporciones y quizás en ese caso aun ni siquiera puedo tener la certeza de lo que soy.
Pero a pesar de que supongo que no soy el prototipo de artista me siento como tal.
Un abrazo.
BRISA: yo estoy convencido y siento que tu eres más que otra cosa, una artista.
Escrito por odyseo a las 8 de Abril 2008 a las 12:15 PM