Un fenómeno relativamente nuevo se va extendiendo por muchos países del planeta, sobre todo aquellos cuyas sociedades cada vez están más divididas (sociedad dual). En Argentina reciben el nombre de piqueteros. Se trata de organizaciones de parados, jubilados y estudiantes, que se han convertido en los principales actores de la protesta social en la calle.
Hoy asaltan un McDonald, mañana entran en la sede central del ejército y queman unas banderas, pasado hacen una sentada en el hall del Hotel Sheraton aprovechando que se alojan allí unos ejecutivos del FMI.
Son grupos integrados por personas que no tienen nada que perder, aunque a algunos de sus miembros les ha costado la vida (la policía de gatillo fácil es un peligro, sostiene Kirchner). Su método de lucha es la acción directa y están al margen de los sindicatos y partidos políticos. Sus actuaciones, cada vez más sonoras y llamativas, pretenden sobre todo eso, llamar la atención de una forma radical,
Esta radicalización no es gratuita. Cuanto más grandes son los niveles de pobreza de un lado de la sociedad y más grandes son las muestras de desigualdad y el exhibicionismo de la riqueza del otro lado de dicha sociedad, las acciones de protesta son más radicales.
Mientras un grupo minoritario alardea de unos niveles de consumo insultantes gracias a la recuperación de la economía (y de sus negocios, no siempre lícitos), la otra parte, la mayoría, debe sobrevivir con unos recursos cada vez más difíciles de conseguir, más escasos y más caros.
La igualdad social, esa utopía, nunca puede dejar de estar en la meta de cualquier actuación política democrática, salvo que se quiera caminar hacia el suicidio, la guerra civil o la dictadura militar, soluciones todas ellas que ya conocimos de sobra en el pasado. Hoy por nuestras calles deambulan grupos de jóvenes únicamente preocupados por nimiedades, mientras por la otra acera algunos se tapan la cara con pañuelos y pasamontañas para que la policía no les reconozca. Algún día no muy lejano, se encontrarán y, entonces, ¿quién cederá el paso?
Da miedo pensarlo.
Un detalle que se le ha pasado por alto a quien manda es que hay que explicarle al 'Cojo Mantecas' de turno que la solución más rápida no está en romper farolas, sino en buscar en uno mismo la solución a los problemas. En lugar de preguntarse '¿Qué no han hecho los demás por mí?' decir '¿qué hago?'. Construir en lugar de destruir.
Escrito por ubu a las 20 de Julio 2004 a las 12:06 PMasias por el comentario del otro día amigo. Vuelvo a la realidad bloguera.
Escrito por jasp a las 20 de Julio 2004 a las 01:38 PMEstoy de acuerdo con "Ubu", en lo de "construir en lugar de destruir"...Hay maneras y maneras!!!Un abrazo
Escrito por Bruixeta a las 20 de Julio 2004 a las 02:10 PMLa desesperación es la peor arma, porque deja de lado a la razón y al corazón.
Yo creo que "para que yo gane, otro no tiene que perder". Creo que es labor de todos construir un mundo nuevo a través del cambio no de la destrucción del mundo tal y como lo conocemos, y aunque Ody tienes razón en que la igualddad social es una utopía, debemos empezar a trabajar como si no lo fuera. Un beso muy fuerte.
Si el amigo Marx tenía razón, y el sistema capitalista lleva implícito en sí su autodestrucción, la solución parece obvia. Ahora bien, a mi me preocupa el "cómo" se producirá esto. Ciertos acontecimientos que están ocurriendo dan a entender que nadie querrá ceder el paso y entonces la salida ya la estamos viendo.¿Habrá tiempo de pararse a pensar las consecuecias que puede tener no ceder el paso y poner algún remedio antes? Me temo que hará falta mucha "lucidez" para que esto ocurra. No sé si las centrales eléctricas darán "luz" para tanto ciego.
Tú insiste, alguno se convertirá.
Sin embargo, a quién no le pide el cuerpo ponerse a arrojar piedras contra las lunas de los bancos y empresas de seguros, a montar un teatro en el hall de un hotel de lujo, asaltar en barco el forum Barcelona, o hacer una sonora pitada en una rueda de prensa de algún político....
La radicalidad debe estar en nuestros corazones y la fuerza de la razón nos debe acompañar en el camino, pero nunca debemos bajar la guardia.
Arrojar piedras no paga el alquiler.
Escrito por ubu a las 21 de Julio 2004 a las 11:48 AManch'io sono preoccupato. forse preoccupazione non è la parola giusta. penso davvero che prima o poi accadrà qualcosa di sorprendente. o, forse, qualcosa che conosciamo già per averlo studiato sui libri di storia. un abrzo ___g___
Escrito por giovanni a las 22 de Julio 2004 a las 02:45 PMSí, esto me suena conocido. Recuerdo que se decía: "El pueblo alemán sabía lo que hacían los nazis y nadie hacía nada". Ahora todos miramos impasibles, pero ¿qué podemos hacer?
Escrito por ubu a las 23 de Julio 2004 a las 11:50 AM¿Y por qué cuando una cabina se traga 1 euro se lía uno a mamporros con ella en lugar de llamar a Telefónica y esperar 2 años a que te devuelvan el euro (y con mucha suerte)?
Tirar piedras o romper cabinas quizá no arregle nada, pero si no te desahogas haciéndolo, un día revientas.
Escrito por Jarry a las 4 de Agosto 2004 a las 06:40 PM