"... En el juego de naipes que llamamos "vida" cada cual juega lo mejor que sabe las cartas que le han tocado. Quienes insisten en querer jugar no las cartas que le han tocado, sino las que creen que debería haberles tocado, son los que pierden el juego.
No se nos pregunta si queremos jugar.
No es ésa la opción: tenemos que jugar.
La opción es: ¿cómo?"
(A. de Mello)
Me recuerda el mensaje que se puede extraer tras la lectura de un libro que inunda en estos días todas las librerías: La Buena Suerte, de Fernando Trías de Bes y Alex Rovira: lo esencial es aprender a vivir de tal manera que seamos causa de todo lo que nos ocurre.
Decía Herman Hesse, por boca de su Sidharta, que el hombre puede elegir entre ser como la hoja de un árbol que cae mecida por el viento y llevada por éste a cualquier sitio, o ser como una estrella que tiene clara su órbita y su destino en el universo y no lo altera bajo ninguna circunstancia.
Yo hace años elegí dejar de ser hoja que cae y convertirme en estrella. Tuve que cambiar muchas cosas, elegir caminos nuevos para llegar a sitios distintos, porque para que ocurran cosas nuevas, hay que abandonar lo conocido y aventurarse por lo desconocido y nuevo, ya lo decía San Juan de la Cruz en su Noche oscura del alma.