(continuación del post anterior)
En 1833 Benjamin H. Day fundó el New York Sun y en cuatro años multiplicó sus cifras de venta por 15. ¿Cómo? Cambiando el formato y el concepto de noticia para que pudiera "satisfacer los gustos, intereses y capacidad de entendimiento de las capas sociales menos instruidas", por un lado; y por otro, pasando a meros apuntes breves y simplificados los grandes temas y noticias de carácter político o económico. Que la gente no se aburriera (como vosotros leyendo mi post).
La segunda gran regla de oro del periodismo actual es que la publicidad debe pagar el periódico, lo cual no deja de ser el pilar fundacional de la dictadura de los anunciantes sobre los contenidos informativos.
Al aplicarse los principios de la división del trabajo al periodismo, los periodistas se proletarizan y la empresa se fragmenta. Así le resulta más fácil al dueño-empresario dirigir las riendas del periódico y al periodista escribir al dictado de sus jefes. Al fin y al cabo, a esas alturas ya hemos perdido los objetivos de que los medios de comunicación social sirvieran a los hombres y socializaran el saber. Ahora deben conseguir satisfacer el objetivo de imposición y reproducción social que agrade a sus dueños. El periodista solo debe informar de hechos, sin hacer comentarios sobre los mismos. Así desde el poder pueden seguir utilizando a los informadores como meros transmisores de su ideología socio-económica esencialmente injusta.
Se trata de trabajar a favor de la "manufactura del consentimiento", según Walter Lippman. Es decir, tal y como explica Noam Chomsky, trabajar desde el periódico para "superar el hecho de que formalmente mucha gente tenga el derecho de votar" y nunca ello suponga un cambio en el poder, sino como mucho, un simple cambio de partido.
Uno de los más destacados teóricos de la publicidad, Ernst Dichter, comentaba que los medios se dedicaban a "fabricar espíritus", es decir, a moldear los gustos, aplanar las divergencias, convencer, uniformizar. De hecho, el término "pensamiento único" fue utilizado por primera vez por un publicista televisivo arrepentido, Jerry Mander, en 1977.
El ejemplo más evidente lo encontramos en Italia, donde quien ocupa el poder político es el dueño del mayor grupo empresarial de medios de comunicación de toda Italia y parte de Europa. No se trata de que Berlusconi intente adaptarse a los intereses de los italianos; sino de que los italianos se adapten a los intereses de Berlusconi. Su maquinaria mediática trabaja a destajo para conseguirlo.
La misma mierda con distinto olor.
Escrito por lua a las 22 de Marzo 2004 a las 04:52 PMDe hecho, el medio de comunicación como arma política no es exclusivo de Italia (hablando de democracias occidentales, claro está). José María Aznar ya lo hizo, con pobres resultados para variar, a través de su compañero de pupitre Villalonga y Mario Conde, otro manipulador con ambiciones políticas, compró Antena 3 y El Mundo con el mismo fin
Escrito por hallofon a las 22 de Marzo 2004 a las 05:17 PMHallofon: en respuesta a tus comentarios en ambos post, te digo que realmente tienes razón, y que tales alianzas político-mediáticas son claro signo de las estrechas relaciones que existen entre el poder económico, político y mediático-empresarial.
Antes el poder político controlaba a los otros dos. Ahora es el poder económico el que une, funde y controla a los demás.
Opino lo mismo q lua, pero de otra forma... Los mismos perros con diferentes collares... es q yo soy menos escatologica xD Besitos
Escrito por Lore a las 23 de Marzo 2004 a las 01:25 AM